Aunque la primera idea que te venga a la cabeza al hablar de ginecología regenerativa o «ginecoestética» sea la de una labioplastia –que, por cierto, se encuentra entre los Top 20 en la lista de procedimientos estéticos más solicitados en Estados Unidos– esta especialidad no se limita a realizar retoques y operaciones de cirugía en las zonas íntimas, sino que trata todo tipo de problemas anatómicos y funcionales de la zona genital y pélvica, como cicatrices, asimetrías, flacidez, laxitud o sequedad vaginal. Son aspectos que, independientemente de que nos preocupe más o menos la parte estética, merecen atención, ya que pueden provocar molestias al hacer deporte, dolor durante las relaciones sexuales u otros trastornos que tienen un impacto en la calidad de vida y que pueden afectar tanto a mujeres jóvenes como a más mayores. Por este motivo, en Dexeus Mujer hemos creado la nueva Unidad de Ginecología regenerativa, funcional y estética para tratar todos estos problemas. En esta entrevista, la Dra. Luciana Bergamaschi, responsable de esta nueva Unidad, nos cuenta en qué casos puede ser útil y qué tipo de tratamientos se pueden aplicar.

Dra. Luciana Bergamaschi Responsable Unidad de Ginecología regenerativa, funcional y estética

Dra. Luciana Bergamaschi Responsable Unidad de Ginecología regenerativa, funcional y estética

A todas las mujeres nos gusta cuidar de nuestro cuerpo, pero, en general, a nuestras partes más íntimas no les prestamos demasiada atención, a no ser que tengamos algún problema concreto. ¿Por qué se habla tan poco?
Es una cuestión que depende de la concienciación personal. Es verdad que los médicos no suelen hablar abiertamente de estos problemas, pero las mujeres, en general, tampoco se quejan o preguntan.

¿Por pudor?
A veces por pudor, pero también porque se cree que son problemas personales, asociados a la menopausia, el postparto o el paso de los años, y los asumen con resignación pensando que «no queda otro remedio», o que la alternativa es pasar por el quirófano a un precio poco asequible y sin saber cuál será el resultado…

Y ¿no es así?
No. En los últimos años se han desarrollado muchas técnicas novedosas, que activan la regeneración de los tejidos de forma natural, son asequibles y se pueden aplicar de forma ambulatoria.

¿Qué tipo de problemas son los más frecuentes?
Son frecuentes los problemas de atrofia y sequedad vaginal asociados a la menopausia o derivados de tratamientos médicos, como ocurre con pacientes que han tenido cáncer de mama; pero también tratamos eczemas crónicos; cicatrices de la zona perineal que no han quedado bien tras una episiotomía o que son dolorosas, problemas de laxitud o pérdida de tono, y aspectos estéticos de asimetrías o desproporción, como labios muy prominentes o retraídos. Si afectan a la sexualidad el tratamiento lo hacemos junto con otros médicos de nuestro centro expertos en sexualidad.

¿Qué tratamientos se aplican?
Los hay muy novedosos y otros que ya hace años que se utilizan: el láser fraccionado, que mejora el tono, la lubricación y la tensión en el canal vaginal, el ácido hialurónico, que tiene una acción hidratante y de aumento de volumen, el plasma rico en plaquetas, que activa de forma natural la regeneración de los tejidos, o la carboxiterapia, de acción vasodilatadora, que favorece el aporte de oxígeno y nutrientes a las células. A veces se pueden combinar con otros tratamientos, o entre sí.

Y ¿qué resultados ofrecen?
Depende del punto de partida y de si hay enfermedades asociadas, de si se cumplen las pautas indicadas y de la respuesta individual de cada mujer.

¿Son definitivos? ¿o es necesario un mantenimiento?
Depende de qué estemos tratando. Algunos aportan mejoras, pero necesitan un mantenimiento y otros no lo necesitan. De todos modos, los tejidos cambian con el paso de los años, así que es mejor hablar de efectos «permanentes» que de «definitivos».

Algunos problemas, como la atrofia o la sequedad vaginal están relacionados con la menopausia o el paso de los años, pero ¿afectan a todo el mundo por igual?, ¿de qué depende?
No, no afectan a todas las mujeres por igual. Depende, entre otras cosas, de la calidad del tejido propio de la persona y de factores como el número de partos que haya tenido (y cómo hayan sido), su estado hormonal, la medicación que haya tomado, si tiene problemas de salud, si es fumadora, si hace deporte, su estilo de vida y su vida sexual.

Como pacientes, ¿qué síntomas pueden alertarnos de que algo no va bien?
Si notas sequedad en la zona vaginal, o dolor durante las relaciones sexuales por falta de lubricación, tienes infecciones vaginales o urinarias de repetición después de la menopausia, orgasmos menos intensos, escozor o picor vulvar que no mejora con los tratamientos habituales, es aconsejable consultar a un especialista.

En cuanto a intervenciones de estética, ¿se puede hacer de todo o hay que poner límites? Porque hay modas pasajeras y quizás intervenciones que no son necesarias…
En cuestiones de estética hay que tener en cuenta lo que preocupa a la paciente y valorar cada caso de forma individual, para aconsejar. Para algunas mujeres tener una cicatriz puede ser un problema y otras no le dan importancia, a no ser que les cause molestias. Pero hay personas que cicatrizan mal y nunca lo han consultado pensando que ha quedado así y no hay nada que hacer. En cuanto al aspecto físico de la vulva, no hay un patrón único, es lo mismo que sucede con el pecho. Es una cuestión de sentirse bien a nivel personal.

En general, las cuestiones de estética y de salud se tratan por separado, pero en esta Unidad se dan cabida a ambas, ¿hasta qué punto pueden o no estar relacionadas?
No siempre, pero hay situaciones, como ocurre con la atrofia vaginal, en las que puede ser necesario tratar tanto el problema de la funcionalidad como el aspecto físico y no es una cuestión «de que se vea bonito», sino de que la persona se sienta bien y de poder mantener su funcionalidad. Es decir, nuestro objetivo no es «rejuvenecer», sino mejorar la calidad de vida de las mujeres. Las necesidades de cada persona son diferentes, pero, en cualquier caso, la edad o el envejecimiento no deben ser un problema para poder sentirse bien con el propio cuerpo o disfrutar de una vida sexual más satisfactoria.

Entonces, ¿nunca es tarde para empezar a cuidarse?
Sí, aunque cuanto antes se empiece, mejor.

Si tienes alguna molestia durante las relaciones sexuales, has tenido un parto reciente y tienes alguna cicatriz que te molesta o notas sequedad vaginal, contacta con nosotros y te ayudaremos.