A pesar de vivir en uno de los países que disfruta de más horas de sol al año, gran parte de las mujeres españolas tenemos déficit de vitamina D. La razón es que no tomamos el sol a diario, y, en verano, que es cuando más lo podemos aprovechar, utilizamos protectores solares. También hay que tener en cuenta que nuestra dieta no cubre las necesidades, salvo que tomemos alimentos suplementados con vitamina D. Por eso, no siempre conseguimos mantener el nivel que se considera adecuado.

Este déficit, si no es importante, no debe preocuparnos, ya que se puede compensar tomando suplementos. Pero es algo que debemos vigilar, ya que la vitamina D ayuda a la absorción intestinal del calcio para fijarse en los huesos, lo que se traduce en su fortalecimiento. Por eso, a largo plazo puede pasarnos factura, porque la menopausia provoca la pérdida de densidad ósea, un hecho que aumenta el riesgo de osteoporosis y de sufrir fracturas. Además, esta vitamina también regula los niveles de tensión arterial, de secreción de insulina, de serotonina y muchas cosas más. De hecho, existen estudios que investigan su relación con algunos tipos de cáncer, como el de mama, enfermedades autoinmunes e incluso el éxito de los tratamientos de reproducción asistida, ya que una parte importante de las mujeres que presentan problemas de infertilidad tienen un nivel bajo de esta vitamina. De todos modos, sobre este último punto existen diversidad de opiniones.

Pero, ¿cuál es la solución? ¿tomar suplementos de por vida? Y, al ser una vitamina que se almacena en el tejido graso, ¿la suplementación puede provocar calcificaciones u otros problemas de salud? Si te preocupa este tema, debes saber que la ingesta de suplementos a las dosis que se pautan no tiene ningún efecto negativo, aunque siempre es mejor que nuestro organismo obtenga esta vitamina de forma natural, a partir de los alimentos, y la sintetice a través de la exposición solar. Pero, ¿cómo podemos asegurarnos un buen aporte?

En general, obtener vitamina D a través de la dieta no es fácil, ya que no todos los alimentos la contienen. Una buena fuente es el pescado azul, como la caballa, el salmón y el atún.  Las sardinas conservadas en aceite aportan un poco más. Las setas, el hígado de vaca, el queso y la yema de huevo también la contienen, pero en menor cantidad.  Por ello, actualmente hay muchos alimentos enriquecidos con esta vitamina, como los cereales para el desayuno. También se añade a la leche, la soja y los yogures. En el caso de los niños, el embarazo y a partir de los 50 es muy importante también asegurar un buen aporte de calcio a través de la dieta. Los lácteos suplementados con vitamina D son uno de los pocos alimentos que aportan calcio y esta vitamina al mismo tiempo.

Para facilitar su síntesis, basta con exponer la piel de forma directa y sin factor de protección solar unos 20-30 minutos al día. Eso sí, en verano debes evitar las horas en que las radiaciones tienen una mayor intensidad (de 9:00 a 12:00 de la mañana es una buena franja horaria). Y un dato que quizá desconoces: si eres de las que se pone morenísima en la playa, no bajes la guardia, porque estar más morena no significa que tu cuerpo tenga más reservas de vitamina D, ya que precisamente puede indicar lo contrario, la dificultad para absorber las radiaciones solares.

Para saber si necesitas suplementos, debes comprobar cómo están tus niveles, algo que se puede averiguar fácilmente a través de un análisis de sangre y que puedes solicitar a tu ginecólog@. En nuestro centro, la valoración de este parámetro se incluye en las analíticas de chequeo de la revisión anual. Y si ya has cumplido los 50 años, hazte una densitometría. Se trata de una exploración muy sencilla, que permite evaluar la densidad mineral de tus huesos para detectar el riesgo de osteoporosis y actuar en consecuencia. ¡Te quedarás más tranquila!

En Dexeus Mujer, contamos con un equipo médico especializado en menopausia y también podemos ofrecerte asesoramiento nutricional. Si tienes cualquier duda ¡consulta a tu ginecólog@ o envíanos un comentario!