Un 80% de las mujeres no sabe cuál es la talla de su pecho, y a la hora de elegir sujetador se guía más por el diseño que por las medidas que le corresponden. Si es tu caso, probablemente pienses: ¡bueno, pero con probármelo, ya está! Pues parece ser que no, ya que la mayoría tampoco acierta al elegir.

Las “señales” que denotan una mala elección son:

  1. Tirantes que dejan marca o que se caen con facilidad.
  2. El tejido hace arrugas.
  3. Contorno incorrecto: lo ideal es que se abroche en la segunda línea de corchetes y que ni te apriete ni vaya holgado.
  4. El sujetador deja marcas en la piel.
  5. Los aros no se adaptan a tu pecho o el relleno los presiona.

Lo más sorprendente es que siendo una prenda tan utilizada, muchas mujeres desconozcan su talla ya que se trata de un tema que va más allá de una simple cuestión estética: una correcta sujeción del pecho es fundamental para mantenerlo firme y evitar una mala posición de espalda. Además, el pecho de una mujer cambia en función de las circunstancias personales y el paso de los años. Todas pasamos por diferentes etapas: la pubertad, embarazo, lactancia, menopausia, envejecimiento, y el sujetador debe adaptarse a todos esos cambios.

Un experto explicaba que, a pesar de las modas y de las consabidas medidas 90-60-90, “no existe el pecho perfecto”. Cada mujer es diferente y su pecho también. Así que, en realidad, el pecho perfecto es “aquel con el que se siente cómoda cada mujer”. Y algo parecido ocurre con el sujetador: el sujetador “perfecto” simplemente es aquel que se adecua al cuerpo de cada mujer.

Por ello es fundamental acertar la talla. El problema es que “la mayoría de las mujeres cree que su talla es un número: 85, 90, 95, pero, en realidad, la talla es el resultado de un juego de proporciones, que se define a partir de dos conceptos: el contorno (anchura de la espalda) y el volumen del pecho (la copa).”, explica el equipo de diseño y patronaje de women’secret.

Si te fijas, verás que en la etiqueta de cualquier sujetador consta un número y una letra. El número marca la medida del contorno y la letra el volumen del pecho. Para conocer tu talla, debes calcular esas dos medidas. ¿Cómo se calculan? Coge una cinta métrica y mide el contorno de tu espalda justo por debajo del pecho (sin apurar). El resultado es tu contorno. Repite la operación colocando ahora la cinta justo por encima del pecho, a la altura de tus pezones. El resultado es el volumen de tu pecho (la copa).

La talla, por tanto, no es ni un número ni una letra concreta, sino la combinación de esos dos valores. Por ejemplo: si tu contorno mide aproximadamente 70 cm, y el volumen de tu pecho 85 cm, tu talla es una 85 B. Pero si eres más ancha de contorno (80 cm), aunque tengas el mismo volumen de pecho (85 cm) tu talla es una 95 A. La letra de la copa que consta en la etiqueta indica la proporción que existe entre el volumen del pecho de una mujer y el contorno de su espalda. Si la diferencia es de unos 15 cm, necesitas una copa B, si es menor una A, y si es de 16 cm o más, necesitas una copa C, D, E…

Hay mujeres de poco contorno que tienen mucho pecho y al revés, más anchas de espalda pero con poco pecho. Por eso, las marcas de lencería ofrecen para un mismo modelo de sujetador diferentes medidas de contornos (75, 80, 85, 90) y de copas (A, B, C, D, E, F, G…), de manera que todas las mujeres puedan encontrar la talla que necesitan (dentro de lo que se consideran “medidas estándar”, claro).

Por lo tanto, la talla 95 A no equivale a tener mucho pecho, si no a un contorno de espalda más bien ancho en relación al volumen del pecho. Y al revés: una 80 D o 85F correspondería a una mujer cuyo volumen de pecho es generoso en relación a su contorno, como podría ser el caso de la actriz latina Sofía Vergara.

Esta tabla te servirá de guía.

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Y si aún así te queda alguna duda, puedes consultar esta página para calcular tu talla on line.