En Dexeus Mujer tenemos un Departamento de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i) que lleva a cabo estudios de investigación enfocados a la mejora de la efectividad en las técnicas de reproducción asistida.

En los últimos estudios que estamos liderando, la atención se dirige hacia aquellas mujeres que, sin ser infértiles, pueden tener más dificultades que otras para quedarse embarazadas por diversas razones: han cumplido los 40 (o superan de largo esa edad), tienen una baja reserva ovárica, menopausia precoz o no responden bien a los tratamientos de estimulación hormonal.

El mensaje para todas ellas es que no pierdan la esperanza, porque hay muchas líneas de investigación en curso para ayudarlas. En este post, que recoge información facilitada por nuestro equipo médico, os explicamos en qué consisten esas investigaciones en el campo de la reproducción asistida y qué opciones de tratamiento existen en estos y otros casos difíciles.

 

¿Las mujeres planificamos mal la maternidad?
No es tanto un problema de planificación como de falta de información. La calidad de los óvulos de una mujer empieza a caer en picado a partir de los 36 años. Pero la mayoría no lo sabe.

¿Por qué nadie nos avisa?
Algunos médicos sí lo hacen. Pero no todos, porque abordar este tema y preguntar abiertamente a una paciente qué planes tiene respecto a su maternidad se considera “algo demasiado personal”. Pero los ginecólogos tenemos la responsabilidad de informar a nuestras pacientes de que la edad ideal para concebir es de los 25 a los 36 años y recomendarles que, aunque ni siquiera se hayan planteado todavía tener un hijo, se hagan unas pruebas para conocer cuál es su reserva ovárica y sus posibilidades reales de ser madres.

¿A qué edad?
Lo ideal es antes de cumplir los 36 años, por si quieren preservar sus óvulos.

¿Y si los resultados de las pruebas no son buenos…?
Pues mejor saberlo cuanto antes, para consultar qué opciones tenemos para mejorar nuestras posibilidades de ser madre, en función de cada caso.

¿Qué se entiende por ‘reserva ovárica’?
Los médicos utilizamos este término para referirnos tanto a la cantidad de folículos antrales que contienen los ovarios y permiten predecir el número de los que se podrán estimular y, por tanto, de óvulos maduros que se podrán obtener, como a la calidad de los mismos. En general, la calidad está directamente relacionada con la edad. Cuánto más joven, mayor calidad.

¿Qué tipo de pruebas permiten evaluarla?
A través de un simple análisis de sangre podemos conocer los niveles de diversas hormonas que indican si los ovarios funcionan correctamente en relación a la edad que tiene la paciente , y una ecografía transvaginal basta para hacer el recuento de los folículos antrales y detectar posibles patologías del aparato reproductor que podrían dificultar un embarazo, como malformaciones, pólipos, miomas, etc.

 ¿Cuándo se considera que una mujer tiene una “reserva ovárica baja”?
En general, un recuento igual o inferior a 4 ovocitos por ovario o de 7 en total (sumando los de ambos ovarios) y niveles bajos de hormona antimülleriana (AMH) son dos indicadores de baja reserva. La AMH está relacionada con el desarrollo de los óvulos. Cuanto más alto es el nivel de AMH, mayor es el número de folículos presentes y, por lo tanto, mayor es la cantidad de óvulos disponibles.

¿Qué porcentaje de mujeres tienen ese problema?
No es muy alto. Pero en los últimos años ha aumentado debido al retraso de la maternidad, ya que la edad media de las mujeres que recurren a centros de reproducción asistida en España es de 40 años. En general, alrededor de un 25% de las pacientes que recurren a las técnicas de reproducción asistida por problemas de infertilidad tienen una reserva ovárica baja.

¿Cómo afecta este hecho a las posibilidades de quedarte embarazada?
Tener pocos ovocitos no significa que no podamos obtener óvulos de calidad. Pero reduce las posibilidades de lograr un embarazo porque al haber menos cantidad, también son menos las posibilidades de obtener embriones viables, y si a ese hecho le sumas una edad avanzada, también hay más riesgo de que algunos presenten anomalías cromosómicas.

Pero los tratamientos hormonales de estimulación aumentan el número de ovocitos ¿no?
Sí, pero no todo el mundo responde igual, y, en general, las mujeres que presentan una reserva ovárica baja también ofrecen una baja respuesta a estos tratamientos. Por ello, los médicos aconsejamos realizar más de un ciclo de estimulación, ya que se ha demostrado que acumular ovocitos o embriones puede aumentar la tasa de embarazo, aunque los resultados dependen de cada caso y la edad de cada paciente.

En cuanto a la investigación, ¿qué mejoras veremos en el futuro?
Aún no lo sabemos. Actualmente estamos liderando un ensayo clínico en el que participan expertos de Europa, Australia y Asia que investiga si un tratamiento médico a base de testosterona podría ayudar a mejorar la receptividad de los ovarios a la estimulación hormonal. Otros trabajos se centran en analizar las variaciones genéticas que predisponen a una baja respuesta, para elegir aquellos fármacos que permitan mejorar la respuesta a la estimulación ovárica en función del perfil de la paciente. En genética, y en medicina en general, el futuro apunta precisamente hacia el desarrollo de tratamientos diseñados de forma específica para cada paciente.

¿Y qué se puede hacer en los casos de menopausia precoz?
La estimulación ovárica no tiene ningún efecto porque los ovarios ya no pueden producir óvulos viables. Actualmente la única opción para las mujeres que presentan un envejecimiento ovárico prematuro es recurrir a una donante. Aunque también hay investigaciones en curso dirigidas a activar los pocos ovocitos que puedan quedar en el ovario, y otros que están investigando con células madre. Aún es pronto para ofrecer resultados, pero es fundamental seguir investigando.