Introducción


La diabetes gestacional no presenta signos específicos pero podrá sospecharse, en algunos casos, si existe incremento excesivo de peso, cansancio, sed o aumento en la cantidad de la diuresis.


El término de diabetes gestacional se emplea para describir la intolerancia a los hidratos de carbono que ocurre durante el embarazo o que existía previamente pero que es reconocida por primera vez durante la gestación.

La única condición para que se desarrolle la diabetes gestacional es que la mujer se halle gestante. Sólo una de cada cuatro embarazadas presentan factores de riesgo que permitan sospechar la enfermedad, por este motivo es aconsejable efectuar un screening de todas las gestantes a fin de poder detectar la enfermedad.

La incidencia de diabetes gestacional oscila ente 3-6% según los grupos de población estudiada.

Se consideran factores de riesgo para poder padecer una diabetes gestacional:

  • Edad materna por encima de 35 años.
  • Antecedentes de nacimiento de un hijo con un peso superior a 4.000 gramos (macrosoma).
  • Antecedentes de muertes fetales sin causa conocida.
  • Diabetes gestacional en embarazo anterior.
  • Antecedentes familiares de Diabetes Mellitus o diabetes gestacional.
  • Obesidad, en general peso superior a 90 kilogramos.
  • Analíticas previas con determinación de glucemia en ayunas mayor de 140 mg/dl (7,8 mM) o determinación de glucemia al azar mayor de 200 mg/dl (11 mM).

En las mujeres con factores de riesgo, lo ideal sería constatar cifras de glucemia correctas antes de la gestación. También seria aconsejable tomar ácido fólico y hallarse en el peso ideal antes de quedarse embarazada.

Diagnóstico


Cuando existen factores de riesgo se inicia el screening en la primera visita del embarazo, después se siguen controles entre las 24-28 semanas y más tarde, entre las 32-35 semanas. Si no existen factores de riesgo sólo se efectúa un test entre las 24-28 semanas.


Para el screening de la diabetes gestacional se utiliza el test de O´Sullivan, que consiste en determinar la cifra de glucosa en sangre venosa 1 hora después de haber tomado 50 gramos de glucosa por vía oral. Se puede realizar en cualquier momento del día, no es necesario estar en ayunas y tampoco es necesario determinar la glucemia basal.

El test de O´Sullivan es patológico cuando la glucemia es mayor o igual que 140 mg/dl o 7,8 mM.

Cuando el resultado del test de O´Sullivan está alterado se debe completar el estudio con una prueba de sobrecarga de glucosa (curva de glucemia). Para efectuar la curva de glucemia correctamente se debe tener en cuenta:

  • No se debe restringir la dieta los 3 días previos.
  • La dieta debe tener un contenido de hidratos de carbono mayor o igual a 150 gramos.
  • La prueba debe realizarse por la mañana con un ayuno previo de 8-14 horas.
  • Debe permanecerse sentado y sin fumar durante la prueba.

Los límites de referencia de la curva en sangre venosa son los siguientes:

  • Ayunas: 105 mg/dl.
  • 1 hora: 190 mg/dl.
  • 2 horas: 165 mg/dl.
  • 3 horas: 145 mg/dl.

Se considera una curva de glucemia patológica cuando existen dos o más valores por encima de los valores referidos. Un valor alterado de la curva obliga a repetirla en 3 semanas, si se repite la alteración se considera que existe una diabetes gestacional.

Seguimiento y control


La embarazada con diabetes gestacional debe tener una actitud positiva, y mantener una gran comunicación con su médico. El médico asesorará a la embarazada adaptando su dieta, recomendando el ejercicio físico adecuado y eventuales pautando los tratamientos necesarios según las peculiaridades de cada caso.


La gestante con diabetes gestacional deberá visitar al médico (obstetra y/o diabetólogo) para instaurar una dieta adecuada en la que se evitarán los azúcares de absorción rápida (azúcar, chocolate, caramelos, mermeladas...). La dieta tendrá un contenido calórico alrededor de 2000-2500 cal/día (35 Kcal/kg de peso ideal/día). La dieta deberá ser variada, manteniendo las siguientes proporciones: 45-50% de hidratos de carbono (frutas, pan, pasta, arroz verduras), 20% de proteínas y el resto de grasas. Teniendo en cuenta las características individuales y apetencias la ingesta total diaria se repartirá en unas 6 comidas.

Complementariamente se han de controlar las glucemias en sangre capilar 1 hora después de las comidas (deben ser inferiores a 140 mg/dl o 7,8 mM). Si una vez perfilada la dieta y cumplida estrictamente no se controlasen las glucemias, probablemente se tratará de una gestante candidata a tratarse con insulina.

Desde el punto de vista obstétrico se controlará cada 2-3 semanas hasta la semana 34-35 y luego semanalmente. Se establecerá el crecimiento fetal a las 28-30 semanas y, posteriormente, a las 34-36 semanas se efectuará un perfil biofísico para valorar el bienestar fetal procurando finalizar el parto a término si los controles metabólicos son correctos.

Los análisis rutinarios se ampliarán con cultivos de orina mensuales y determinaciones de fructosamina y hemoglobina glicosilada.

Asimismo, debe procurarse no sobrepasar durante el embarazo un incremento de peso de unos 11-12 kilogramos.

Con todos estos controles se consiguen, en general,  resultados perinatales óptimos.

Consecuencias


Cuando la diabetes gestacional no se controla correctamente el riesgo de que muera un feto se incrementa ligeramente respecto a las mujeres no diabéticas, sin embargo si se controla correctamente este riesgo casi desaparece.


Cuando no se controla la diabetes gestacional, para la madre existen riesgos de infección de orina, incremento excesivo de peso, parto prematuro y, en menor escala, complicaciones parecidas a las de la diabetes no gestacional.

Respecto al feto, los riesgos son macrosomía, hiperbilirrubinemia, policetemia, hipocalcemia, hipoglicemia, distress respiratorios (membrana hialina). Las glucemias mantenidas a una cifra superior a 150 mg/dl pueden provocar acidosis fetal y pérdida del bienestar del feto.

Durante el parto sólo hay pequeñas diferencias respecto a una gestante no afecta de diabetes gestacional. Se deben evitar soluciones glucosadas, betamiméticos y corticoides, así como practicar controles de los niveles de glucemia. Si la embarazada es tratada con insulina debe aplicarse un protocolo específico. Por otro lado, es aconsejable tener diagnosticados los fetos macrosomas para intentar prevenir la posible distocia de hombros durante el parto.

El seguimiento de las pacientes afectas de diabetes gestacional muestra que alrededor de un tercio pueden desarrollar una diabetes en los años siguientes. Sin embargo, después del parto la gran mayoría de diabetes gestacional desaparecen, excepto en aquellas diabéticas preexistentes en las que sí va a permanecer. Entre 6 semanas y 6 meses después del parto es conveniente efectuar una prueba de tolerancia de glucosa con 75 gramos y determinación de glucemia a las 2 horas a fin de confirmar la normalización del proceso.

Si se ha padecido diabetes gestacional en un embarazo, ésta  suele presentarse con una alta frecuencia en gestaciones posteriores.


Preguntas frecuentes

¿Tendrá el bebé diabetes o bajo peso si la madre tiene diabetes gestacional?
El hecho de que se haya diagnosticado una diabetes gestacional no significa necesariamente que el hijo nazca con diabetes. Por otro lado, no debe ser preocupante el peso del bebé al nacer, ya que si se siguen los controles establecidos, una dieta adecuada y se controla por un especialista, el bebé nacerá con el peso que le corresponde.