El día que te toca realizar la prueba de embarazo (BHCG), la puedes hacer en una analítica de sangre o en un test de orina (2 días más tarde que el de sangre). Cuando te haces la prueba, estás de 4 semanas teóricas. La ventaja de hacerla en sangre, es que conoceremos su valor y además sabremos los niveles de la progesterona, hormona imprescindible para que la gestación progrese. Según los resultados de ambas, te daremos las recomendaciones pertinentes.

La BHCG empieza a segregarse cuando el embrión se ha implantado, ya que es el responsable de su liberación. Su función es favorecer el desarrollo del embarazo y formar la placenta y su concentración aumenta progresivamente a medida que avanza el embarazo (hasta el tercer trimestre, en que se estabiliza). Durante las primeras semanas se duplica cada 48-72 horas, y esto es un signo de que el embarazo progresa adecuadamente.

En cuanto a los cuidados alimentarios, son lo mismo que para cualquier mujer embarazada: dieta equilibrada y prevención de la Toxoplasmosis y la Listeriosis y vida normal, salvo que se considere gestación de riesgo (si existe sangrado, hematoma, dolor, etc..), en cuyo caso te indicarían reposo.

En general si haces tratamiento hormonal, este se suele mantener hasta la semana 10 de embarazo, pero tu médico especialista te dará las indicaciones de forma personalizada. El mayor riesgo de aborto es durante el primer trimestre (hasta la 12 semana), pero haber visto el embrión con latido en la primera ecografía ya indica un ¡pronóstico favorable!