Los miomas uterinos, también llamados fibromas, son el tumor sólido benigno más frecuente en mujeres en edad fértil. Se originan a partir del sobrecrecimiento de las células procedentes del miometrio. Su tamaño es muy variable y, a pesar de que pueden tener un crecimiento progresivo, suelen reducirse con la menopausia. Aunque muchas pacientes no presentan síntomas, los miomas pueden provocar sangrado menstrual excesivo, presión en la zona pélvica y compresión de estructuras vecinas como la vejiga, el recto y los vasos, así como problemas de infertilidad y complicaciones obstétricas. En estos casos, el tratamiento quirúrgico suele ser la mejor solución.