Cuando hablamos de preservación de fertilidad, nos referimos sobre todo a la:

– congelación de gametos: óvulos o espermatozoides

– congelación de tejido gonadal: ovario o testículo

– o a la congelación de embriones

Aunque también existen otras estrategias.

¿Cuándo está indicado? En realidad, siempre que haya riesgo de pérdida de la fertilidad:

– bien por un proceso oncológico: la quimioterapia y la radioterapia producen un daño a nivel ovárico irreversible, que dependerá sobre todo de la dosis, duración y tipo de tratamiento oncológico.

– bien por un proceso benigno que precise tratamientos quimioterápicos, como ciertas enfermedades autoinmunes o hematológicas, o enfermedades benignas del ovario, como la endometriosis

– bien por el retraso de la maternidad, a esta la conocemos como preservación electiva de la fertilidad.

En general la estrategia más utilizada es la criopreservación de ovocitos. En cuanto a la preservación por motivos médicos, la congelación de tejido ovárico queda reservada para niñas prepúberes o en aquellos casos en los que no tenemos tiempo para realizar una estimulación ovárica.