Si tu ginecólogo te ha programado una histeroscopia y nunca has oído hablar de esta técnica, ¡no te asustes! Es una prueba bastante frecuente en ginecología. Consiste en explorar directamente el interior del útero y el cuello uterino con una pequeña cámara. De ese modo se puede obtener información más detallada que con otras técnicas de exploración más conocidas, como la ecografía.
Se puede utilizar tanto para hacer un diagnóstico como para tratar algunas patologías uterinas u otras afecciones. La ventaja principal es que es una técnica mínimamente invasiva y casi indolora para la paciente que permite, si es necesario, practicar cirugía en casos de patología endometrial con una fantástica recuperación postoperatoria.
La Dra. Nuria Barbany, coordinadora de la sección de Ginecología Quirúrgica de Dexeus Mujer explica en qué casos se recomienda, qué ventajas tiene y qué puedes hacer antes y después de hacerte la prueba.
¿Cuándo está indicada?
Se recomienda cuando existen síntomas o se detectan alteraciones que sugieren la posibilidad de anomalías intrauterinas. Está indicada para:
- Diagnosticar la causa de sangrado uterino muy abundante, anormal o pérdidas entre reglas.
- En caso de problemas de infertilidad o esterilidad (tras 2 o 3 fallos de implantación o abortos espontáneos de repetición).
- Sospecha de patología uterina tras ecografía, citología o biopsia.
- Hemorragia uterina anormal en mujeres que se encuentran la etapa de la premenopausia o postmenopausia.
- Extraer tejido cicatricial del útero o restos abortivos.
- Retirar un dispositivo intrauterino.
- Presencia de pólipos, miomas intrauterinos, fibromas o malformaciones.
- Hipertrofia endometrial.
¿Se puede hacer en consulta o requiere ingreso hospitalario?
En la mayoría de los casos se realiza de forma ambulatoria y no requiere anestesia o solo anestesia local. Si se considera necesario, puede administrarse medicación de forma previa (acción relajante o antiinflamatoria).
¿Cuánto dura?
En cuanto a la duración, puede ser muy rápida -unos 15 minutos- o alargarse hasta 30 minutos o una hora, en función de la causa y el tipo de intervención que se tenga que realizar.
¿En qué consiste?
La intervención consiste en introducir una cámara de 3-4 mm de diámetro a través de la vagina y el cuello uterino para alcanzar el endometrio. Para facilitar la exploración, se administra suero fisiológico, que amplia ligeramente la cavidad y ayuda a mejorar la visibilidad. La cámara está conectada a un monitor, lo que permite al equipo médico visualizar y dirigir la exploración. Por ello, el médico puede explicar en todo momento lo que observa. En algunos casos, durante este proceso se toman muestras muy pequeñas de tejido (como en una citología) para realizar un análisis microscópico posterior. Si se aplica para extraer miomas o pólipos, se trata de una histeroscopia quirúrgica. En este caso, sí puede ser necesario aplicar sedación y anestesia.
¿En qué casos está contraindicada?
En general es una técnica sencilla que no tiene contraindicaciones, pero no se aconseja aplicarla en casos de infección genital aguda, inflamación pélvica o embarazo. Se tiene que programar fuera del periodo menstrual.
Posibles riesgos y complicaciones
La histeroscopia es una prueba muy habitual y muy segura. Es posible que después sientas un poco de dolor pélvico o molestias leves, como cuando se tiene la regla, y algo de sangrado. Las complicaciones son raras, aunque en algún caso puede producirse sangrado vaginal más abundante, infección o alguna pequeña lesión uterina. Si el dolor es más intenso o tienes fiebre, acude directamente a tu ginecólogo. En cualquier caso, la experiencia del equipo médico es clave para minimizar complicaciones y maximizar la fiabilidad del diagnóstico.
Tras la prueba, ¿qué puedo y qué no puedo hacer?
Hay que descansar unos minutos y si todo ha ido bien, después puedes hacer vida normal. Para prevenir infecciones, se recomienda no tener relaciones sexuales ni usar tampones y evitar los lavados vaginales durante unos días, dependiendo de si te han realizado una histeroscopia diagnóstica o quirúrgica. También es conveniente no realizar baños de inmersión -bañera o jacuzzi- y evitar nadar en piscinas.

