La entrada del 2021 y la llegada de las primeras vacunas contra la COVID-19 abren una puerta a la esperanza hacia una nueva normalidad. Sin embargo, aún parece que tardará, al menos unos cuantos meses. Por ello es muy importante que no bajemos la guardia y que sigamos cuidándonos.

Uno de los principales problemas que ha traído la pandemia, entre muchos otros, es que ha centralizado la actividad sanitaria, lo que ha hecho que se aplacen muchas visitas de control y pruebas médicas que, al no ser urgentes, hemos ido posponiendo. Pero los especialistas insisten en que es importante no retrasarlas, ya que en muchos casos, como ocurre con las mamografías para la detección del cáncer de mama, el diagnóstico precoz es un factor clave.

Así que, aprovechando que estamos a punto de estrenar nuevo año, hemos pedido a nuestro equipo médico una lista de consejos para cuidar la salud femenina durante los próximos 12 meses. En este post, la Dra. Alicia Úbeda, Jefe del Servicio de Ginecología de nuestro centro, indica qué es importante tener en cuenta en cada punto. ¡Ya puedes estrenar la agenda del 2021 anotando las primeras citas!

  1. Ponte al día en anticonceptivos. Actualmente en España se comercializan cinco tipos: la píldora combinada que se toma por vía oral (hay muchas opciones), la mini-píldora (que no contiene estrógenos), el aro vaginal, los parches, los implantes subdérmicos y el DIU (de cobre u hormona). Ahora hay algunos que incluso permiten inhibir la regla durante varios meses. La composición y combinación de hormonas que contienen varía de unos a otros, por ello es importante pedir consejo médico antes de empezar a utilizarlos. Así que, si no acabas de sentirte cómoda con el que utilizas, has cumplido los 35 años, has sido madre recientemente o no te planteas la maternidad a corto ni medio plazo, es importante que consultes, porque puede que te convenga cambiar de método. Pide cita a tu ginecólogo/a para que te informe. 
  1. Recuerda que debes hacerte una mamografía de control de forma regular. Existe mucha confusión sobre cuándo y con qué frecuencia se debe hacer una mamografía. En nuestro centro, la recomendación es que las mujeres se hagan una mamografía una vez al año a partir de los 40 años de edad y hasta los 75, momento en que se pueden espaciar la frecuencia a controles bienales. En cualquier caso, todos los médicos coinciden en que es fundamental llevar a cabo revisiones de control periódicas. Si tienes antecedentes de cáncer de mama en la familia, pide visita con un especialista en riesgo oncológico para que determine de forma individualizada cómo deberán ser tus controles. 
  1. Bebe entre 1,5 y 2 litros de agua cada día. En general, se aconseja esa cantidad porque es la que, aproximadamente, cada día perdemos, a través de la respiración (400 ml), el sudor (350 ml), la orina (1.500 ml) y las deposiciones (150 ml). Y el agua es un elemento que nuestro cuerpo no puede almacenar ni reponer.  Este consejo no es exclusivo para la salud femenina, pero sí recomendable para todo el mundo. Las necesidades pueden variar en función de la edad, el sexo, la intensidad y la duración de la actividad física que podamos realizar al día, así como si sudamos más o menos, el calor y la humedad ambiental. Durante el embarazo, por ejemplo, esta ingesta se ha de aumentar a 2-2,5 litros al día.
  1. Mantén tu suelo pélvico en buena forma. Son unos músculos que tapizan la parte inferior de la pelvis y rodean los esfínteres de la uretra y del ano. Además, colaboran en el sostén y mantenimiento de la posición adecuada de los órganos que se encuentran en la pelvis (vejiga, útero, uretra y recto) y participan en la dilatación para facilitar el parto y las relaciones sexuales. El hecho de que se debiliten o pierdan tensión, por lo tanto, puede afectar a todos esos órganos y a sus funciones. Si vas a ser mamá o ya has dado a luz, consulta a tu ginecólogo/a, ya que el embarazo y el parto pueden afectar al tono de esta musculatura. Otros factores de riesgo son tener antecedentes familiares o malos hábitos de micción, realizar trabajos que requieran un gran esfuerzo físico, practicar deportes de impacto y la tos frecuente (por consumo de tabaco o problemas respiratorios, por ejemplo). En nuestro centro contamos con una Unidad especializada en Fisiología del suelo pélvico.
  1. Si has cumplido los 50, presta atención a tus huesos. Con la menopausia disminuye la masa ósea, y con los años aumenta la fragilidad de los huesos y el riesgo de sufrir una caída. A partir de los 40 años, además, es importante hacerse analíticas para controlar los niveles de vitamina D, que es necesaria para la absorción del calcio. Aunque te sorprenda, en nuestro país suelen ser bajos, porque a pesar del buen clima, nos exponemos al sol de forma directa solo en los meses de verano y con protección solar y la mayoría hacemos vida y trabajamos en espacios interiores. La densitometría es una prueba que mide la cantidad de calcio que hay en nuestros huesos y permite evaluar el riesgo de sufrir osteoporosis y fracturas. Consulta a tu ginecólogo/a si es conveniente hacerla. 
  1. Dedica al menos 30-45 minutos diarios a hacer algo de ejercicio. Elige un deporte o actividad que te guste, para que no te dé pereza y puedas practicarlo con regularidad. Lo que importa precisamente es evitar el sedentarismo y seguir una rutina. Es mejor caminar cada día 30 minutos que hacer una excursión de cinco horas el fin de semana, y si utilizas bastones, como en la marcha nórdica, mejor. La natación es otro de los más completos. Hacer estiramientos o Pilates también es importante para mantener la flexibilidad de las articulaciones.
  1. Mímate durante la menopausia. Es una etapa muy buena para dedicarse más tiempo. Hay que aprovecharla para revitalizar la vida de pareja –si se tiene– o social y las relaciones con los amigos, así como tener una actitud más centrada en una misma y en el presente. Cuida tu dieta y tus hábitos incluso antes de notar los primeros síntomas, mantente en tu peso, haz deporte y consulta cualquier irregularidad. De todos modos, la menopausia varía mucho de una mujer a otra, y solo un 20%, aproximadamente, de las mujeres necesitan tratamiento de terapia hormonal sustitutiva. En nuestro centro tenemos una Unidad especializada de Menopausia que aborda esta etapa de forma integral. 
  1. Sigue una dieta equilibrada, y asegúrate que incluya un buen aporte de fibra y de ácidos grasos omega 3. Consulta a un nutricionista para que compruebe si tu alimentación se ajusta a tus necesidades, y asegúrate que incluya un buen aporte de fibra. La fibra dietética se encuentra principalmente en frutas, verduras, cereales integrales y legumbres. Normalmente se recomienda su consumo para prevenir el estreñimiento, pero incluir alimentos ricos en fibra en la dieta tiene muchos otros beneficios para la salud, ya que ayudan a controlar los niveles de azúcar en sangre y a mantener un peso adecuado (porque producen una mayor sensación de saciedad). También disminuyen el riesgo de tener problemas cardiovasculares y son beneficiosos para la flora y la buena salud intestinal. Son buenas fuentes de ácidos grasos omega 3 los pescados azules (salmón, sardinas, boquerones, caballa, atún…) 
  1. No descuides tu salud sexual. La falta de lubricación o de deseo, sentir dolor en el momento de la penetración, los cambios en la zona vaginal asociados a la menopausia o la falta de tono muscular en la zona vaginal tras el parto son algunos problemas frecuentes que se deben consultar y se pueden tratar. Por otro lado, si te has expuesto a alguna relación de riesgo, es importante que te hagas una revisión para comprobar que no tienes ninguna infección de transmisión sexual. En nuestro centro atendemos estas consultas en un módulo de visitas de urgencias, aunque no tengas hora. También contamos con una Unidad de Sexualidad y otra especializada en Ginecología Regenerativa, Funcional y Estética. 
  1. Protégete frente al Virus del Papiloma Humano (VPH). Asimismo, a partir de los 20-25 años es importante realizar una citología de forma periódica. Este chequeo requiere la toma de una muestra de células y es la forma más eficaz de diagnosticar de forma precoz un cáncer de cuello de útero o sus lesiones precursoras. Si no te has vacunado frente al virus del papiloma humano (VPH), que es el causante mayoritario de estas lesiones, solicita información a tu ginecólogo/a.
  1. No pases por alto las alteraciones en el ciclo menstrual. Si la menstruación te provoca dolor, sangrado excesivo, tienes desajustes o tus reglas duran más o menos de lo normal, consulta a tu ginecóloga/o. A veces no concedemos importancia a este tipo de alteraciones, pero pueden ser un signo indicativo de algún trastorno hormonal, un mioma u otros problemas que es importante diagnosticar. Hay pruebas que pueden hacerse para llegar a un diagnóstico y que tu médico te explicará.
  1. Si tienes más de 30 años y no te planteas ser madre a corto o medio plazo, pide una valoración de tu reserva ovárica. Es muy fácil, con una ecografía y una analítica basta, y una vez tengas los resultados en mano, consulta a tu ginecóloga/o si, en tu caso, podría estar indicado hacer un tratamiento para preservar tu fertilidad. A menudo creemos que es un gasto innecesario y que no va a pasar nada por esperar unos años más, pero no es así. Los óvulos envejecen, y de forma más rápida que nosotras. Cada año que pasa, sobre todo a partir de los 35, su calidad disminuye y, con ello, las posibilidades de lograr un embarazo.

Y tú, ¿ya tienes cita con tu ginecólogo/a para tu revisión anual? Si tienes cualquier duda, ¡déjanos un comentario! ¡Feliz 2021!