5 síntomas que no debes pasar por alto

Aunque la mayoría de los problemas ginecológicos no son graves y no requieren una visita de urgencia, hay algunos síntomas que no debemos pasar por alto, ya que pueden indicar la presencia de enfermedades o alguna irregularidad que es importante diagnosticar y tratar. Sin embargo, a menudo les restamos importancia pensando que no requieren atención médica, o que ya se pasará. Por ejemplo, durante la menopausia es “normal” tener irregularidades menstruales, pero un sangrado excesivo o que se alarga más de 3 o 4 días o la presencia de dolor pélvico puede indicar la existencia de un mioma uterino, y tener picores o la necesidad de orinar de forma frecuente pueden ser un síntoma de infecciones vaginales o urinarias. En este post, la Dra. Alicia Úbeda, responsable del Servicio de Ginecología de nuestro centro, indica algunos síntomas que no debemos pasar por alto y que requieren una visita médica más inmediata:

  • Dolor en la zona del bajo vientre. Lo primero que hay que hacer es descartar la posibilidad de que estés embarazada, ya que este síntoma puede estar presente en el primer trimestre, indicar un embarazo ectópico (fuera del útero) o riesgo de aborto. Otros motivos que pueden provocarlo son una inflamación interna (enfermedad inflamatoria pélvica, EIP), la presencia de quistes en los ovarios, un mioma en el útero o endometriosis. También puede indicar la presencia de problemas de salud gastrointestinales o una hernia. En general, para confirmar el diagnóstico lo habitual es hacer una buena exploración clínica, a veces una prueba de imagen como una ecografía, y comprobar si el cuadro va acompañado de otros síntomas, como cambios en el flujo vaginal o dolor al tacto.
  • Sangrado vaginal. Si estás embarazada, puede ser un síntoma de embarazo ectópico o riesgo de aborto, pero no te alarmes, porque también puede ocurrir en las primeras semanas de un embarazo normal durante la formación de la placenta. No obstante, debes informar siempre a tu ginecólogo/a. Si estás tomando anticonceptivos puede ser un síntoma de desajuste hormonal, y será necesario consultar al médico para que lo evalúe y te indique si es conveniente cambiar de método. Si se produce después de la menopausia también debe ser evaluado, porque puede indicar la presencia de un pólipo, una infección o cáncer de útero. En otras ocasiones, un sangrado menstrual excesivo puede ser causa de anemia, por lo que no debe de pasarse por alto. Pero no te alarmes. lo importante es hacer el diagnóstico cuanto antes para poder iniciar el tratamiento.
  • Lesiones de la piel de la vulva (úlceras, manchas oscuras, blancas o rojas). Al igual que en otras zonas de la piel del cuerpo, en la vulva pueden aparecer manchas marrones claro o angiomas, que son inocuos. Sin embargo, si cambian de color o son negras es preferible que consultes. Si aparecen úlceras también deben de ser investigadas, ya que pueden ser debidas a la toma de algunos medicamentos, al virus del herpes o a otras infecciones más graves, como la sífilis, si has tenido una relación sexual de riesgo.
  • Picores en la zona vaginal. Son uno de los motivos más frecuentes de consulta y suelen ser indicativos de infección bacteriana o por hongos (como las cándidas). Pero precisamente por este motivo, se les resta importancia, muchas mujeres se automedican y/o se acude a la visita más tarde de lo que debiera. Sin embargo, es importante completar los tratamientos para evitar recaídas y que los medicamentos pierdan eficacia. Los tratamientos repetidos con óvulos o cremas y las duchas vaginales pueden perjudicar gravemente la flora vaginal y favorecer que los síntomas se vuelvan crónicos. así que acude a un especialista, sigue las indicaciones y no te trates por tu cuenta.
  • Irregularidades en el pecho. En general, las mujeres estamos atentas y somos sensibles a la aparición de bultos o pequeños quistes internos en el pecho. Ante todo, y para no alarmarse, hay que tener en cuenta que a menudo son lesiones benignas. Pero hay otros síntomas que requieren consultarse, como hendiduras, erupciones en la piel, secreción a través del pezón, pezón invertido, la aparición de una vena creciente, o una irregularidad o asimetría que no existía previamente.

Si tienes alguno de estos síntomas o molestias, no dudes en consultar siempre con tu ginecólogo/a.