Te contamos cómo prevenirlos y tratarlos

Aunque no te lo creas, estar embarazada en verano tiene muchas ventajas. De entrada, puedes dedicar más tiempo a mimarte durante las vacaciones, así como a descansar, nadar, hacer ejercicio e ir vestida de forma más ligera e informal.

Pero la piel está más expuesta al sol y el calor, la humedad y la intensidad de las radiaciones ultravioletas pueden favorecer o agravar algunos problemas de piel que son frecuentes en esta etapa, como los picores que provoca la distensión de la piel, la aparición de manchas o las estrías. Así que hay que estar especialmente alerta, protegerse bien e hidratarse de forma regular, por dentro y por fuera.

En este post la Dra. Gemma Márquez, dermatóloga del centro IDERMA, ubicado en el Hospital Universitario Dexeus, ofrece algunos consejos prácticos para prevenirlos y tratarlos.

Línea alba

Es una mancha vertical que empieza en el pubis y termina en el ombligo o, a veces, un poco más arriba. Suele surgir hacia el cuarto mes de embarazo –aunque puede aparecer algo más tarde–. Es una marca que ya tenemos, pero los cambios hormonales del embarazo provocan variaciones en la melanina, una sustancia que producimos para pigmentar la piel y protegerla de los rayos ultravioleta, que la oscurecen, haciéndola visible, especialmente en mujeres de tez morena.

Consejos: No se deben utilizar cremas blanqueadoras u otros productos para eliminarla. Pero para prevenirla, es importante evitar exponerse al sol de 12h a 16h y utilizar una crema protectora de alto factor de protección solar, acorde a nuestro tipo de piel y que proteja de los rayos UVA y UVB. Tras el parto, los niveles hormonales tenderán a regularizarse y desparecerá como ha venido, así que ¡tranquila! No tiene mayor importancia.

Estrías

Son unas líneas parecidas a las cicatrices que aparecen en el cuerpo debido a cambios bruscos de volumen. Las estrías son atrofias cutáneas por el adelgazamiento y hundimiento de la epidermis y la dermis.  Inicialmente son de un color rosado violáceo y después se harán blanquecinas o nacaradas. Su aparición es frecuente en el embarazo, sobre todo a partir del segundo y tercer trimestre, en las zonas que más sufren cambios de volumen, como el abdomen, caderas, ombligo y pechos.

Consejos: Estas marcas no desaparecen, sobre todo cuando se vuelven de color nacarado Aunque existen tratamientos para mejorar su apariencia, que pueden realizarse tras el embarazo. Para prevenirlas lo mejor es utilizar cremas hidratantes antiestrías, aplicadas mañana y noche en las zonas que sufren mayor distensión como el abdomen, las caderas y el pecho. Las cremas antiestrías suelen contener principios activos como la centella asiática o el aceite de rosa de mosqueta, que ayudan a mantener la elasticidad de la piel. Sin embargo, puede ser que no resulten efectivas a la hora de prevenir la aparición de las estrías. Además, es importante evitar la ganancia de peso excesivo. Y si finalmente aparecen, mantener la calma, seguir con la hidratación diaria de la piel y consultar con un especialista una vez finalizado el embarazo para pautar algún tratamiento específico que ayude a mejorarlas.

Picores

Según la SEGO (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia) afectan a entre un 2 y un 20% de las embarazadas, y, sobre todo, se localizan el abdomen y en la parte de alta de las caderas, donde el cuerpo se tensa más.

Consejos: Rascarse es lo que menos te conviene, porque puede provocar aún más picor y favorecer la irritación de la piel. Para prevenirlos, es importante evitar la humedad y el calor excesivo, no exponerse al sol en las horas de mayor intensidad solar y mantener la piel siempre limpia y fresca. Date duchas de agua fría o templada.
Para aliviar el picor también es importante hidratar la piel de forma regular con cremas hidratantes y emolientes, que sean específicas para pieles sensibles. No es necesario que se lleven tu presupuesto, pero sí que sean de venta en farmacia, no lleven perfume y estén indicadas para cuidar pieles sensibles o para el embarazo. Pide consejo a un profesional. También es importante utilizar ropa cómoda 100% de algodón o de lino, que no se ajuste y que facilite la transpiración de la piel. En el caso de que estos picores persistan, y el curso del embarazo sea el correcto, puedes consultar con un dermatólogo/a para intentar pautar un tratamiento más específico adaptado a la gestación, y así intentar mejorarlo.

Muy Importante: si el picor es muy intenso y afecta también a manos y pies u otras partes del cuerpo puede ser un síntoma de colestasis del embarazo, una enfermedad del hígado que afecta aproximadamente al 1-2% de las mujeres embarazadas y que debe ser controlada por tu ginecólogo/a.

Melasma

Son manchas de tono oscuro, que se localizan principalmente en el rostro, sobre todo en las mejillas, la frente, el mentón y la zona por encima del labio superior, aunque también pueden aparecer en el cuello y los antebrazos. Tienen bordes irregulares y su color oscuro varía de intensidad. Son más frecuentes en mujeres de piel morena y también es frecuente su aparición durante el embarazo –afectan a 1 de cada 4 embarazadas–, así como en mujeres que utilizan anticonceptivos hormonales que contienen estrógenos. La razón es que los cambios hormonales asociados al embarazo provocan cambios en la producción de melanina que favorecen la aparición del melasma –o cloasma– si estamos expuestos a la radiación solar.

Consejos. Ante todo, no te preocupes antes de tiempo, ya que el melasma no afecta a todas las embarazadas. La mejor manera de prevenirlo es protegernos del sol con una crema con factor de protección solar 50+ diario, y volverlo a aplicar cada 2 horas si estamos al aire libre. En el caso que aparezca, debemos mantener de forma muy estricta la fotoprotección solar, incluso añadiendo gorras o viseras. Una vez finalizado el embarazo, es aconsejable consultarlo con el dermatólogo/a para tratar de forma correcta el melasma, ya que es una mancha que puede ir reapareciendo cada verano con la exposición solar, aunque ya no estés embarazada.

Eritema

El calor, el sudor, el ambiente húmedo y el contacto con el bañador mojado puede provocar eritemas (enrojecimiento de la piel) en mujeres que tienen la piel especialmente sensible o antecedentes personales de dermatitis atópica. Suelen desaparecer por sí solas y no tienen importancia ni comportan problemas para el embarazo o el bebé

Consejos: Es aconsejable hidratar la piel con cremas emolientes o lociones hidratantes cada día, el mejor momento es después del baño tras secar la piel.  

Picaduras de insectos y medusas

En verano son frecuentes, especialmente en zonas de montaña o si te bañas en el mar.

Consejos: Para prevenir las picaduras de insectos lo mejor es utilizar ropas ligeras que cubran la piel, sobre todo al atardecer, así como evitar estar cerca de aguas estancadas o zonas muy húmedas. Además, se pueden usar repelentes a base de citronela, en forma de pulseras o parches que se enganchan en la ropa. En caso de picadura de medusa, hay que informar a los servicios de urgencias que suelen estar en las playas para que te aconsejen el tratamiento más adecuado según tu momento de la gestación, y también informar al ginecólogo/a. Aunque lo mejor es evitar bañarte en zonas donde se prevé que haya medusas.

Y, recuerda, ante cualquier duda, consulta al dermatólogo/a y pídele algunas recomendaciones específicas para ti y para tu tipo de piel.