La mayoría de las mujeres damos por hecho que somos fértiles desde el momento en el que nos viene la regla. Pero tener la regla no es una garantía de fertilidad. Para saber si todo “funciona correctamente” hay que hacer un estudio específico. Puede que nunca te lo hayas planteado, pero vale la pena, porque en el caso de que exista cualquier problema tendrás más margen de maniobra para actuar, informarte, tomar decisiones y tratarlo.

¿Y cómo se puede averiguar? Es muy sencillo. En primer lugar, hay que valorar la reserva ovárica. Basta con hacerse una ecografía ginecológica para observar cuantos folículos están en proceso de crecimiento en cada ovario. Dentro de los folículos se desarrollarán los ovocitos u óvulos (normalmente uno en cada folículo). “En general, se considera normal un recuento total superior a 7 folículos”, explica el Dr. Manuel Álvarez, especialista en reproducción asistida de Dexeus Mujer.

El estudio de la reserva ovárica se completa con un estudio de la hormona antimülleriana (AMH). También es muy fácil. Sólo tienes que hacerte un análisis de sangre. La AMH –por si nunca has oído hablar de ella–  es una proteína que se produce en el ovario y permite valorar la cantidad de óvulos (el potencial reproductivo) que tiene cada mujer en un momento determinado. Es importante también realizar una exploración ginecológica para detectar cualquier posible irregularidad o problema estructural, como puede ser alguna malformación o disfunción en el útero o tu sistema reproductor.

Además, existen patologías que pueden comprometer la fertilidad: la endometriosis, la enfermedad inflamatoria pélvica, el síndrome del ovario poliquístico (SOP), tener fibromas o miomas uterinos, trastornos autoinmunes (eso requiere una evaluación por otros especialistas), algunas infecciones de transmisión sexual… Pero si te haces revisiones ginecológicas de forma regular, muchas de estas enfermedades se pueden detectar y tratar.

Por otro lado, hay factores de nuestro estilo de vida que perjudican la fertilidad y que podemos cambiar para evitarlo. Así que aprovechando que junio es el mes de la fertilidad, te ofrecemos una checklist para cuidarla:

  • Mantente en tu peso. En general, se ha observado que las mujeres con sobrepeso u obesidad pueden tener más problemas para lograr un embarazo y llevarlo adelante con éxito sin complicaciones.
  • Evita el sedentarismo.  Practicar ejercicio de forma regular tiene efectos beneficiosos a nivel cardiovascular, metabólico, endocrino y neurológico: favorece la circulación, protege el corazón, mantiene a raya el colesterol, aumenta la resistencia física, fortalece los huesos y los músculos y ayuda a controlar del peso corporal y los niveles de azúcar en sangre. También reduce el estrés, mejora la calidad del sueño y el estado de ánimo. Todo ello se traduce en una mejora del estado físico que favorece el buen funcionamiento de nuestro organismo y aumenta nuestro bienestar personal, lo que, indirectamente, favorece la actividad reproductora.
  • Cuida tu alimentación. Aunque la fertilidad no depende de nuestra alimentación, una alimentación saludable refuerza nuestro estado de salud general y, por lo tanto, favorece la actividad reproductora. Por otro lado, los problemas de absorción o la falta de algunos nutrientes pueden provocar problemas en el desarrollo del embarazo y tu salud o la del bebé. Por ello, además de una dieta equilibrada, necesitas aumentar el aporte de hierro, tomar ácidos grasos omega 3, asegurarte un buen aporte de calcio y vitamina D y tomar suplementos como el ácido fólico (dos o tres meses ya antes de la búsqueda del embarazo). Si tienes intolerancias o problemas de absorción intestinal debes acudir a un especialista en nutrición y/o endocrinología. 
  • Combate el estrés: El estrés puede afectar a la ovulación y disminuir el deseo sexual. A veces ni siquiera se es consciente o no se reconoce. Por ello hay que estar atenta: si te cuesta concentrarte, notas cambios en tus hábitos de sueño (te despiertas antes o te cuesta dormir), te sientes deprimida, tienes ansiedad, te has alejado de tus amigos, tienes cambios en el apetito o de peso es posible que se deba al estrés.
  • Elimina el tabaco: Aunque no se puede establecer una relación directa de causa-efecto, se ha demostrado claramente su efecto tóxico.El humo del cigarrillo contiene miles de componentes con diversos efectos (nicotina, nitratos, hidrocarburos aromáticos policíclicos, monóxido de carbono, benceno, amoníaco, alquitrán…) e incluso metales pesados, como plomo y cadmio. Todas y cada una de las etapas de la función reproductiva son “objetivos” de esos componentes: el proceso de maduración de los óvulos, la producción de hormonas, el transporte embrionario, la receptividad endometrial, el flujo sanguíneo uterino, la formación de vasos sanguíneos en el endometrio…
  • Evita el consumo de alcohol. Si quieres quedarte embarazada, debes evitarlo. El alcohol tiene un efecto tóxico sobre el organismo. Provoca alteraciones gástricas y hepáticas que dificultan la absorción y almacenamiento de nutrientes y vitaminas. A nivel del sistema nervioso tiene un efecto neurotóxico. También afecta al sistema inmune y puede provocar arritmias, insuficiencia cardíaca congestiva, fallo cardíaco e incluso coronariopatías. En los hombres perjudica la calidad del esperma y en las mujeres puede alterar la regulación hormonal y el ciclo menstrual.
  • No bajes la guardia frente a las ITS. Protégete siempre con métodos de barrera si no tienes una relación estable o no estás segura de si tu pareja está libre de ITS. Recuerda que muchas no producen síntomas. Algunas, si no se tratan, pueden comprometer la fertilidad.
  • Respira aire puro siempre que puedas. Varios estudios han constatado que la polución atmosférica disminuye la calidad del esperma e incrementa el riesgo de abortos.
  • Chequea tu salud de forma regular. Además de no saltarte las revisiones ginecológicas, es importante que estés atenta a otras cuestiones, como los problemas de tiroides o algunas disfunciones metabólicas o endocrinas que pueden tener un impacto en la fertilidad.
  • Si tienes pareja, ¡inclúyela en tu checklist! Es importante que él o ella también cuide su salud sexual y reproductiva y siga los consejos indicados. Si queréis tener descendencia juntos/as, también os podéis plantear hacer un test de fertilidad de pareja para comprobar si tenéis algún problema de incompatibilidad genética.