La maternidad hoy no tiene nada que ver con la que vivieron la mayoría de nuestras madres o abuelas. En España cada vez tenemos menos hijos y más tarde. Y, en gran parte por este retraso, también ha aumentado el número de mujeres que tienen problemas de fertilidad –una realidad que ya afecta a 1 de cada 6 personas a nivel mundial, según la OMS–.

Por otro lado, se han diversificado los modelos familiares. Muchas mujeres que hace años no hubieran podido ser madres, han conseguido ese objetivo gracias a la ayuda de la reproducción asistida y a la donación de óvulos, esperma y embriones.

También ha cambiado la percepción social de la maternidad. La ilusión es la misma, pero ya no se “idealiza”. La ubicuidad de las redes sociales –para lo bueno y para lo malo – ha permitido dar voz a múltiples experiencias y destapar la otra cara de la moneda, como las secuelas físicas que a veces conlleva el embarazo y el parto, las dificultades para conciliar vida laboral y familiar, políticas insuficientes de apoyo a las familias, los abortos silenciados, la depresión postparto o el reparto desigual de las tareas domésticas y las responsabilidades familiares.

Pero también se han producido avances positivos: Las mujeres están mejor informadas y ha aumentado el empoderamiento. Muchas deciden ser madres en solitario o preservar su fertilidad para no renunciar a la maternidad. También defienden su derecho a decidir cómo quieren vivir su parto y reclaman una participación más activa en ese proceso.

Asimismo, las nuevas generaciones muestran una actitud más receptiva hacia la donación y el uso de técnicas de reproducción asistida. Más de la mitad asegura que recurriría sin problemas a estas técnicas y a la donación de gametos para conseguir un embarazo en el caso de que no pueda lograrlo de forma natural, cifra que llega a casi el 60% en el caso de los millennials.

Más cosas: la ampliación del permiso de paternidad ha facilitado un mejor reparto de la responsabilidad del cuidado de los hijos, aunque todavía no es equitativo, ya que las mujeres siguen llevando la mayor parte del peso.

Asimismo, la nueva Ley de Familias ha establecido nuevos permisos retribuidos y derechos, que han permitido ganar algo de terreno en la conciliación y reconocer jurídicamente la diversidad de modelos familiares.

Como vemos, hay muchas cosas que han cambiado para mejor, pero en otras todavía queda camino por recorrer. En este post, recogemos algunas cifras y datos significativos que reflejan el nuevo escenario:

Cada vez tenemos menos hijos
España es uno de los países de Europa con una tasa más baja de hijos por mujer: 1,16.
La media europea se sitúa en 1,46, oscilando entre el 1,08 de Malta y el 1,79 de Francia. Sin embargo, el número de hijos que las mujeres afirman que desearían tener sigue siendo aproximadamente dos en la mayoría de los países.


Las españolas, entre las madres más mayores de la UE

La edad media en las que las españolas tienen su primer hijo es de 32,6 años.
Solo la supera Irlanda, con 32,7, y la sigue, muy de cerca, Italia, con 32,4.

Crece el número de mujeres que son madres a los 40 o más tarde
En 10 años, el número de mujeres que se ha estrenado en la maternidad cumplidos los 40 o incluso unos años más tarde ha aumentado un 27,9%.  

Los bebés nacidos con ayuda de la reproducción asistida, al alza

El número total de niños que en España han nacido con la ayuda de las técnicas de reproducción asistida ya supera los 40.000.

Se duplican los hogares monoparentales

Actualmente el número de hogares monoparentales es más del doble que hace treinta años. Y casi alcanza los 2 millones Y más de un 80% de estos, son mujeres con hijos a su cargo.

Aumentan los matrimonios entre mujeres

En los últimos 15 años, los matrimonios entre personas del mismo sexo han aumentado un 17,62%. Además, en 2006 el 69,56% de estos fueron entre hombres, mientras que en 2021 el 56,51% fueron de mujeres.

Ahora nos casamos cumplidos los 30… y largos

En 1983 era de 25,2 y 27,9 años para mujeres y hombres respectivamente. En 2021 las edades son 36,7 y 39,5 años en cada caso.

Los jóvenes tardan en emanciparse

En España, la edad a la que se abandona el hogar paterno es una de las más elevadas de toda Europa: 29 años; y un alto porcentaje de adultos jóvenes siguen viviendo con sus padres. Mientras que en la UE, la edad media a la que se abandona el hogar de los padres está por debajo de los 25 años en Francia y Alemania, y por debajo de los 20 en Suecia y Finlandia (Eurostat, 2019).

Permisos por paternidad: un paso adelante

Entre 1996 y 2008, los permisos de maternidad crecieron de forma constante, y los porcentajes de mujeres que se acogieron al mismo estuvieron siempre en torno al 98%.
Desde 2009 y hasta 2018, la tendencia fue la contraria, probablemente por la implementación del permiso de paternidad en 2007. Aun así, el porcentaje de permisos de las mujeres también se situó sobre el 98% en relación al de los hombres.

Excedencias para cuidar a los hijos: más solicitudes

Las excedencias por cuidado de hijos y/o hijas han aumentado entre 2005 y 2022, han pasado de 28.403 a 37.012. Además, se han redistribuido las solicitudes por sexo: en 2005, el 84,42% de estas excedencias fueron de mujeres y en 2022 fueron el 78,62% frente al 21,38% de los hombres.

Tenemos menos hijos de los que queremos
Un 35% de las mujeres que han superado la edad reproductiva óptima, desearían haber tenido más hijos de los que tienen.

¿Qué opinan las nuevas generaciones? Como hemos avanzado, los jóvenes muestran una actitud más receptiva hacia la donación y el uso de técnicas de reproducción asistida. Sin embargo, ellas están más dispuestas que ellos a recurrir a la donación de gametos: 55% vs. 50%. Otro dato positivo: las jóvenes son conscientes de que es preferible tener hijos a los 30 que a los 40.