Si das el pecho a tu bebé, es posible que notes algunos cambios o molestias en tu zona íntima como sensación de sequedad vaginal, falta de lubricación, dolor durante las relaciones sexuales o incluso pérdidas de orina. Estos síntomas son similares a los que experimentan las mujeres durante la menopausia y se conocen por el nombre de “síndrome genitourinario de la menopausia”.

En ambos casos, aunque por motivos diferentes, están directamente relacionados con los cambios hormonales que se producen en estas etapas. Pero a diferencia del síndrome genitourinario de la menopausia, en el caso de la lactancia falta información y también investigación. Además, la mayoría de las mujeres que los experimentan no los asocian a la lactancia. Sin embargo, y por el paralelismo, los expertos han propuesto utilizar el mismo nombre para este síndrome.

¿Por qué aparece?

Durante la lactancia, los niveles de la hormona prolactina -fundamental para la producción de leche- aumentan, lo que inhibe la producción de estrógenos y andrógenos. Este descenso hormonal tiene un impacto directo en la salud vaginal y urinaria de la mujer y puede provocar diferentes síntomas. Los más frecuentes son sequedad e irritación vaginal, menor lubricación y sensibilidad, dolor durante las relaciones sexuales, mayor riesgo de infecciones vaginales y urinarias, incontinencia o necesidad urgente de ir al baño.

¿Es muy frecuente?

Se trata de un problema mucho más común de lo que se cree, ya que, según las estimaciones, afecta a entre el 40- 60% de las mujeres lactantes. Pero a pesar de ser bastante frecuente, muchas no lo consultan por vergüenza, desinformación o porque creen que es “normal” tras el parto, no en sí por la lactancia. Por otro lado, en las consultas posparto no siempre se hace una valoración de la salud vulvovaginal, porque no es algo que se haya sistematizado, lo que deja a muchas mujeres sin diagnóstico ni tratamiento adecuado.

¿Desaparece tras lactancia?

Normalmente los síntomas, si aparecen, se presentan durante los primeros seis meses tras el parto y desaparecen en cuanto viene de nuevo la regla y se recupera el ciclo menstrual. “Pero algunas mujeres siguen manteniendo la lactancia con el sacaleches y/o conservan la toma nocturna durante un tiempo, lo que puede hacer que la amenorrea -falta de regla- y los síntomas del síndrome genitourinario se alarguen más allá de los seis meses”, explica la Dra. Sonia Rombaut, jefe del Servicio de Obstetricia de Dexeus Mujer.

Según indica la Dra. Rombaut, “adoptar el término síndrome genitourinario de la lactancia como proponen los expertos puede ayudar a visibilizar este problema, fomentar el cribado en las revisiones posparto, impulsar estudios y guías específicas de tratamiento y ofrecer tratamiento para favorecer la salud vaginal y mejorar el bienestar de muchas mujeres”.

¿Qué soluciones hay?

La buena noticia es que, aunque no existen recomendaciones específicas sobre el síndrome genitourinario de la lactancia ni está reconocido oficialmente este término, sí hay estudios demostrados sobre cómo abordar el síndrome genitourinario de la menopausia (SGM), por lo que algunos de los tratamientos indicados en estos casos podrían aplicarse, siempre y cuando sean compatibles con la lactancia. Por ejemplo:

  • Hidratantes y lubricantes vaginales no hormonales.
  • Ejercicios del suelo pélvico guiados por fisioterapeutas.
  • Apoyo psicológico y educación sexual durante el posparto.
  • En casos persistentes o severos, y bajo supervisión médica, se podría considerar la aplicación de estrógenos locales de baja dosis.

Recuerda:

Si estás embarazada, pide información, y si acabas de ser madre y tienes algunos de estos síntomas, no te resignes.
Lo más importante es consultarlo con un especialista: ginecólogo, matrona o fisioterapeuta especializado en salud perineal.