Nada puede superar a la leche materna, pero a veces no es posible dar el pecho o hay mujeres que prefieren la lactancia artificial. Esta opción –por mucho que hayas oído y leído– no es perjudicial ni para el bebé ni para la madre. Pero, al igual que la lactancia natural, genera dudas y tiene sus ventajas e inconvenientes. La Dra. Roser Porta, pediatra y responsable de la Unidad de Neonatología del Hospital Universitario Dexeus, nos explica cómo lograr que resulte más fácil.

¿Qué diferencias esenciales hay entre un método y otro?
La diferencia esencial está en la composición de la leche:  la leche materna aporta anticuerpos y probióticos que no contienen las leches infantiles de formulación, que están elaboradas a partir de proteínas de la leche de vaca. También está adaptada al sistema digestivo del bebé, que es inmaduro, especialmente en las primeras semanas. La composición de la leche materna varía según los días de vida y la edad que tenga el bebé, mientras que la composición de las leches infantiles de iniciación es siempre la misma.

¿Es verdad que los niños alimentados con biberón crecen más rápido y suelen estar más rellenitos? No. Si seguimos las recomendaciones en cuanto a cantidades y regularidad de las tomas y, en el caso del pecho no hay problemas de producción de leche ni de agarre, los niños alimentados con pecho y biberón crecen al mismo ritmo.  Lo normal es ganar entre 150g y 200g de peso a la semana, de media. Pero es verdad que hay que seguir de forma más estricta los controles en el pediatra para no sobrealimentarlos.

¿La lactancia artificial puede favorecer el desarrollo de cólicos?
No tiene por qué. Pero puede ocurrir si el bebé no succiona bien y traga aire o ingiere muy rápidamente el alimento. Por eso es importante mantener la frecuencia de las tomas establecida, de manera que no coma con ansia ni nervioso. También hay que vigilar que la tetina sea adecuada a su edad. La apertura determina el flujo de alimento que puede ir ingiriendo con la succión.

¿Y es normal que vayan más estreñidos?
Normalmente las deposiciones son más duras y menos frecuentes que las de los bebés alimentados con leche materna, así que te ahorrarás algunos  pañales… Pero eso no significa que tengan que ir más estreñidos. Si ves que le cuesta o que no hace con frecuencia, consulta a tu pediatra.

¿Y si es alérgico a la leche de vaca?  ¿Es fácil detectarlo?
Sí, los síntomas más habituales son: deposiciones muy líquidas, poco aumento de peso y vómitos.

¿Qué opciones hay en estos casos?
Lo primero que debes hacer es informar a tu pediatra para que lo confirme y te indique las posibles alternativas, además deberá hacer un seguimiento más estrecho. En cuanto a las alternativas, actualmente existen fórmulas infantiles cuya composición evita la proteína de vaca entera. La mayoría están enriquecidas con vitamina D y calcio. Lo que nunca debes hacer es dar a un bebé menor de 6 meses una bebida vegetal de consumo general en tetra brick o hecha en casa, ¡ni se te ocurra! porque es muy perjudicial. Siempre debes utilizar fórmulas adaptadas a su edad y preparadas especialmente para la alimentación infantil. También es importante que mires la composición, ya que el contenido de proteínas y vitaminas puede diferir entre las marcas.

Hay fórmulas con sabores a vainilla o chocolate, ¿son igual de recomendables?
No, porque contienen más calorías y azúcar. Si no le gusta el sabor puedes cambiar de marca o probar otro tipo de fórmula, pero siempre bajo el consejo de tu pediatra.

¿Qué hay que tener en cuenta al elegir el biberón?
Nada especial, hay miles de marcas. Escoged uno que os guste y comprobad si al bebé le va bien. Si no, se cambia por otro, pero no hay que dar muchas vueltas a este tema. Lo que sí es importante es renovar las tetinas con frecuencia para evitar que estén dañadas o se deformen.

¿Hay leches artificiales mejores que otras?
No. La composición puede variar y, de hecho, ha ido cambiando conforme ha avanzado la investigación, pero hay unos requisitos que todas deben cumplir. El Comité de Nutrición de la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN) es el encargado de realizar estas recomendaciones, que la Unión Europea, a través de sus directivas, ha transformado en normas de cumplimiento obligado.

¿Las fórmulas infantiles sacian más o es que son más difíciles de digerir?
Su digestión es más lenta, pero no difícil. Por ello, los bebés alimentados con biberón suelen aguantar más tiempo entre toma y toma, y también es posible que empiecen antes a dormir más horas seguidas por la noche (4-5 horas). Pero la frecuencia de las tomas debe ser la que te indique el pediatra, que normalmente es 1 toma cada 3-4 horas.

¿Y si está dormido y le toca la toma hay que despertarle?
Si es de noche no, aunque hay que estar pendiente por si se despierta. Si es de día y han pasado más de las tres-cuatro horas recomendadas sí.

¿Es verdad que en la lactancia artificial el chupete se puede introducir antes?
Sí, de hecho incluso se recomienda, porque ayuda a prevenir la muerte súbita del lactante.

En cuanto al biberón, qué es mejor: ¿esterilizar o no esterilizar?
No es necesario esterilizar el biberón, basta con lavarlo con agua y un jabón suave (que no cree mucha espuma ni esté perfumado) después de cada toma y aclararlo bien.

 

RECOMENDACIONES PARA PREPARAR EL BIBERÓN

  • Lávate muy bien las manos con agua y jabón
  • Extrema la higiene de la superficie de trabajo
  • Utiliza agua mineral embotellada
  • No calientes el agua. Lo mejor es que esté a temperatura ambiente. Calentar un poco el agua para que esté tibia no aporta nada y aumenta el riesgo de contaminación bacteriana
  • Prepara el biberón justo antes de cada toma, no con antelación (nada de dejarlo en la nevera o fuera).