Una buena salsa o condimento puede transformar por completo un plato. Pero la mayoría preferimos comprar este tipo de productos a elaborarlos. Sin embargo, los que venden en el supermercado contienen más sal, grasas, azúcares, aditivos y calorías innecesarias. Así que vale la pena hacerlos en casa. Ya verás cómo notarás la diferencia. En este post te proponemos 3 aliños sencillos para aderezar diferentes platos que, además de ser saludables, ¡están buenísimos!

Tahini, con limón y ajo

Esta salsa es muy nutritiva y rica en proteínas. El tahini se elabora con semillas de sésamo y aceite. Aporta ácidos grasos (oleico y linoléico) y es un regulador de los niveles de colesterol. Tiene un efecto antioxidante y es rico en calcio (aporta 426mg por cada 100g). El aceite de oliva virgen extra es rico en ácidos grasos monoinsaturados, insaturados y vitamina E. Tiene una acción antioxidante y un efecto protector sobre la salud cardiovascular. Esta salsa la puedes utilizar para aderezar ensaladas de tomate, salteados de verduras con arroz y brochetas de pollo. Si la guardas en un tarrito de vidrio en la nevera se conserva hasta 6 meses. También sirve para preparar hummus.

Ingredientes

  • 2 cucharadas de semillas de sésamo
  • Aceite de oliva virgen extra
  • 3 dientes de ajo
  • Zumo de limón
  • Una pizca de sal (opcional)

Elaboración

Las semillas de sésamo se pueden comprar en crudo y tostarlas ligeramente en la sartén o ya tostadas. Si las tuestas en la sartén, debes dejar que se enfríen antes de utilizarlas.

Coloca las semillas tostadas en la batidora y tritúralas hasta conseguir una masa espesa.

Añade una cucharada bien colmada de aceite de oliva virgen extra de primera presión en frío. Remueve bien la mezcla hasta que se diluya. Quedará una pasta un poco espesa, es normal

Una vez listo el tahini, pon en el vaso de la batidora seis cucharadas generosas de esta pasta, tres dientes de ajo sin el germen, unos 110 ml de zumo de limón y una pizca de sal; tritura bien durante un minuto, ¡y lista!

Vinagreta francesa, con mostaza y miel

Es una receta tradicional que los franceses elaboran en casa. Tiene un sabor intenso pero suave. La mostaza de Dijon es una de las más naturales. Esta vinagreta la puedes utilizar para aliñar todo tipo de ensaladas de hoja verde. También combina bien con platos de marisco, aves y verduras. 

Ingredientes

  • 3/4 de taza de aceite de oliva virgen extra
  • 1/4 de taza de vinagre de vino blanco
  • Mostaza original de Dijon
  • Pimienta negra (opcional)
  • Sal
  • Miel de sabor suave

Elaboración

Vierte en la batidora tres partes de aceite de oliva virgen extra por una de vinagre, y una pizca de sal al gusto.

Bate la mezcla, añade una cucharada de mostaza de Dijon hasta que adquiera la textura de una emulsión, y seguidamente la pimienta.

Por último, añade una cucharadita de café de miel que tenga un sabor suave y vuelve a batir la mezcla para que se integren bien los ingredientes. Una vez que la pruebes, querrás repetir…

Salsa de yogur, cebollino y menta

El yogur es un alimento completo y saludable, rico en proteínas, calcio y probióticos. Esta salsa es nutritiva pero ligera y la menta le da un toque refrescante y gourmet. Combina muy bien con ensaladas verdes de fruta manzana con pasas, melón…), y platos de pescado, como el salmón al limón o marinado, así como con crudités de verduras y pollo a la brasa.

Ingredientes

  • 1 yogur natural (normal o griego), sin azúcar
  • Unos tallos de cebollino
  • 1 cucharada sopera de zumo de limón
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal y pimienta al gusto

Elaboración

Vierte 125 g de yogur sin edulcorar en el vaso de la batidora.

Lava y seca muy bien el cebollino, pícalo y añádelo al yogur junto con un puñadito de hojas de menta troceadas y un chorrito de aceite de oliva. Bate o remueve la mezcla hasta obtener la consistencia deseada.

Finalmente incorpora la sal, la pimienta y el zumo de limón. Si la salsa está concentrada, puedes añadir algo más de yogur para suavizarla.

Esta salsa puede conservarse un par de días en la nevera si le añades el limón, pero no mucho más. Recuerda que si la quieres servir caliente solo puedes calentarla, y de forma leve, una vez.