Si la cocina no es lo tuyo, puede que la idea del batch cooking no te entusiasme de entrada. Esta expresión significa “cocinar por bloques” y consiste en dedicar unas horas a preparar diferentes platos y guarniciones para solucionar los menús de toda una semana. La ventaja es que te aseguras una buena alimentación, ahorras tiempo y optimizas recursos.

La clave está en que lo que prepares con antelación se pueda combinar entre sí, se conserve bien varios días en la nevera y/o se pueda congelar. Así podrás recrear tus propios menús y adaptarlos a tus gustos ¡e incluso innovar! Si te animas a probarlo, aquí tienes algunos consejos útiles.

Lo primero, planifica. Coge lápiz y papel -o abre un excel- y haz un planning semanal de comidas y cenas, de lunes a viernes. En total son 10 menús. Piensa cuáles son los platos que te gustan y comprueba qué elaboraciones tienen en común. Revisa qué alimentos tienes en la nevera y en el congelador para aprovecharlos, si puedes. Una vez decididos los menús, haz la lista de la compra y acércate al súper el sábado. Así puedes elaborar los menús el domingo. 

Sé práctica y piensa “a lo grande”. Las piezas enteras salen mejor de precio y dan más de sí (puedes comprar un pollo y pedir que te lo deshuesen o un pescado sin espina y troceado). A la hora de comprar los ingredientes para elaborar salsas, cremas de verduras y guarniciones, aumenta las cantidades y tendrás para varias semanas, ya que se pueden congelar sin problemas.

Envases, bolsas zip y etiquetas. Una vez cocinados, puedes guardar los alimentos por raciones. Necesitarás tuppers individuales herméticos, fiambreras con compartimentos si comes en el trabajo y bolsas de congelación tipo zip, que ocupan menos. Las etiquetas deben ser anchas para apuntar el menú y la fecha de congelación.

A la hora de congelar. Ten en cuenta que, aunque los alimentos aguanten bien el congelado, es aconsejable consumirlos en un plazo de 3 meses, y antes de congelarlos, debe enfriarse. A la hora de descongelar, es importante que no se rompa la cadena del frío. Coloca por la noche en la nevera los alimentos que vayas a consumir al día siguiente para descongelarlos.

Dispón siempre de básicos: arroz, pasta, quinoa y legumbres como garbanzos, lentejas y guisantes cocidos son la base de muchos platos y se pueden guardar por raciones. Con ellos puedes preparar ensaladas, patés y hummus, platos calientes o poke bowls.

Guarniciones. Son imprescindibles: salsa de tomate, pesto, verduras y hortalizas asadas o al vapor (patatas, espárragos trigueros, berenjena, calabacín…) Son aliados que complementan y mejoran cualquier plato.

Carnes y pescados. Debes elaborar con ellos platos guisados, que solo se tengan que descongelar. La carne picada de ternera y cocinada da mucho juego, puedes utilizarla para elaborar salsa boloñesa, berenjenas rellenas, canelones, lasaña…. También puedes congelar varias raciones de filetes de pescado cocinados al vapor o macerados con hierbas o especias.

Cremas y purés de verduras: permiten comer caliente y de cuchara cuando te apetezca y también pueden acompañar platos de pescado. Pero es importante que no lleven mucha patata, ya que es un alimento que no congela bien. También mejor sin nata líquida, siempre la puedes añadir después. Si dispones de recipientes herméticos, las sopas y cremas de verduras duran cuatro días en la nevera.

Cocina de aprovechamiento: lo bueno del batch cooking es que optimizas los recursos. Si haces caldo de pollo, puedes aprovechar el pollo y la carne para preparar diferentes elaboraciones: croquetas, canelones, lasaña… Con las patatas puedes hacer puré y con los garbanzos y el caldo, elaborar cuscús y otros platos. La carne picada de ternera también da mucho juego: la puedes utilizar para hacer albóndigas, lasaña, berenjenas rellenas y salsas.

Vinagretas y otros aliños. Puedes dejarlos preparados, pero hay que conservarlos en botellitas o recipientes de cristal y no añadiros al plato hasta el último momento. Así los alimentos se conservan mejor y no se reblandecen. Eso sí, controla los tiempos. Las vinagretas pueden guardarse entre 5 y 7 días. Recuerda que las que llevan el ajo y el vinagre, aumentan la potencia de su sabor con el paso de los días.

Tus aliados en la cocina: el microondas, el mini-pimer, los robots de cocina y el horno. Puedes utilizarlos de forma simultánea. Permiten ganar mucho tiempo para triturar ingredientes, preparar salsas y cremas, cocinar y asar hortalizas y platos a la vez. Utiliza la rejilla y las bandejas de horno para preparar diversas elaboraciones. Los recipientes de silicona para el microondas también son muy útiles.

Propuestas de menús

Echa un vistazo y apunta en tu lista lo que te resulte más fácil de hacer y apetecible:

Entrantes: verduras salteadas, vichysoisse, gazpacho, hummus de garbanzos, puré de guisantes, judías verdes con hierbas aromáticas, brócoli al vapor, sopa de tomate…

Guarniciones: arroz basmati, tomate natural frito, crema de champiñones, pisto de verduras, cebolla caramelizada, patatas asadas, espárragos verdes al vapor, berenjenas, calabacín y pimientos asados, huevos duros.

Aliños: olivada, salsa de soja, aceite de albahaca, salsa pesto, vinagreta de mostaza Dijon

Sugerencias de platos: espinacas con garbanzos y huevo duro, sepia con guisantes, berenjenas gratinadas, macarrones a la boloñesa, carpaccio de bacalao con tomate y olivada, cuscús con verduras, pasta con salsa pesto, pollo al horno con crema de champiñones, revuelto de espárragos verdes, merluza con pisto de verduras, albóndigas con salsa de tomate, filete de lubina con espárragos al vapor, arroz basmati con verduras y salsa de soja.