Los grelos se cosechan en invierno y son los tallos tiernos de los nabos. Tienen un color verde intenso y son muy ricos en vitamina A, C, fibra y folatos. Los folatos son un grupo de vitaminas esenciales para la división celular, de ahí la recomendación de tomar suplementos de ácido fólico durante el embarazo, aunque también intervienen en muchas funciones.

En Galicia, la crema de grelos es un plato tradicional, y estos tallos se pueden encontrar fácilmente en cualquier tienda de verduras u hortalizas. Ahora, cuando acaba el invierno, es el mejor momento para saborearlos. Una ración de grelos duplica las ingestas recomendadas al día —IR/día—de vitamina A para hombres y mujeres de 20 a 40 años que realicen una actividad física moderada, y aporta una cantidad excelente de vitamina C (135% de las IR/día) y folatos (56% de las IR/día).

De todos modos, aquí no son tan populares, por lo que si te cuesta encontrarlos, puedes preparar esta misma receta sustituyendo los grelos por guisantes, una legumbre muy saludable, que también es rica en vitamina A, fibra y folatos, y que contiene casi tantas proteínas como el huevo. En forma de crema, tanto los guisantes como los grelos resultan mucho más apetecibles, además, al añadirles leche y patata, su sabor se suaviza, y resulta más dulce.

 

Ingredientes: (para 4 personas)

  • Un manojo de grelos frescos o 500 g en conserva. O bien, la misma cantidad de guisantes.
  • 1/2 litro de leche entera
  • 1 cebolla pequeña
  • 2 patatas medianas
  • 1 puerro grande o 2 medianos (sólo utilizaremos  la parte blanca).
  • 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • Sal y pimienta negra recién molida (al gusto)

 

Preparación

  1. Pon agua a hervir en una cazuela con sal (al gusto) y una pizca de bicarbonato (la puntita del cuchillo) que ayuda a fijar el color de los grelos. Este truco vale para otras verduras como las espinacas o las acelgas.
  2. Cuando arranque a hervir, vierte los grelos y deja que se cuezan entre cinco y diez minutos. Escúrrelos bien y reserva.
  3. Si los compras ya cocidos, o bien utilizas guisantes (también cocidos), solo hay que escurrirlos bien.
  4. Corta la cebolla y el puerro en juliana, y sofríe la mezcla en una cazuela a fuego medio, con tres cucharadas de aceite de oliva virgen extra. Pela las patatas y córtalas en daditos para que después se cuezan más rápidamente.
  5. Añade las patatas y la leche entera a la cazuela. Si quieres que te quede más cremosa, puedes añadir un par de quesitos en forma de dados o del tipo El caserío a la mezcla.
  6. Cuando esté a punto de hervir o empiecen a formarse burbujas y las patatas empiecen a deshacerse, añade las hojas de los grelos ya cocidas o los guisantes que hayas reservado. Deja que la mezcla siga cociendo en el fuego unos 10 minutos. Prueba la mezcla y, si lo requiere, rectifica la sal y añade un poquito de pimienta negra molida.
  7. Cuando ya esté lista, tritura el conjunto con la batidora y, si quieres que resulte más fina, pásala por un pasapuré. Para decorar puedes añadir pan tostado, o un poco de nata líquida ligera por encima.

 

¡Facilísima!  ¿verdad? Pues espera a probarla…