La pizza es uno de los platos preferidos de todo el mundo y muy socorrido para una comida o cena rápida. Sin embargo, no siempre se considera un “alimento sano” porque puede ser muy calórico dependiendo de la masa y los ingredientes.

Pero si cambiamos la tradicional masa de harina y pan por una base de coliflor (muy recomendado si estás embarazada por su alto contenido en folatos) la puedes comer en cualquier momento sin remordimientos.

La coliflor posee múltiples beneficios nutricionales: aporta muy pocas calorías y es rica en vitamina C (aunque una parte se pierde con la cocción) y fibra, que ayuda a regular el tránsito intestinal. Contiene folatos y vitaminas del grupo B (tiamina, riboflavina y B6). Los folatos contribuyen a la formación de las células sanguíneas y al buen funcionamiento del sistema inmunitario. También es rica en potasio, que beneficia al sistema nervioso, los músculos y la tensión arterial, y tiene propiedades diuréticas y antiinflamatorias.

Otra de las ventajas de esta receta es que puedes añadir los ingredientes que más te gusten (o eliminar los que no quieras), y además es muy fácil de preparar, ¡manos a la masa!

Ingredientes

  • 1 coliflor pequeña
  • 1 huevo
  • 150 gr de queso mozzarella rallado
  • Tomate frito o salsa de tomate casera
  • Tomatitos cherry
  • Queso rallado
  • 1 pizca de sal
  • Orégano molido
  • Hojas de albahaca para decorar

Preparación

Limpiamos la coliflor, quitamos los tallos y rallamos la masa, podéis hacerlo con un rallador de queso o en una picadora. Una vez que tenemos toda la masa de la coliflor rallada, la introducimos en el microondas ocho minutos a máxima potencia. La sacamos del microondas y le añadimos un huevo, una pizca de sal y el queso mozarella rallado, lo mezclamos todo muy bien.

En una bandeja de horno, sobre la que ponemos papel de horno, extendemos la mezcla con forma redonda, la podéis hacer del tamaño que queráis, hemos hecho dos medianas y cuatro pequeñas. Las introducimos en el horno, precalentado, a 180ºC unos 20 minutos. Una vez que ha pasado el tiempo, nuestra base de pizza estará dorada, la sacamos del horno, le ponemos por encima tomate frito o natural, unos tomatitos cherry cortados por la mitad, un poco de orégano y queso rallado. Gratinamos unos cinco minutos, añadimos unas hojas de albahaca y… ¡pizza lista y crujiente para comer!