Por suerte, más del 80% de las consultas por enfermedades de la mama se deben a patologías benignas, que no deben confundirse con un cáncer. Sin embargo, es normal que si detectas cualquier bulto o alteración en tus mamas te alarmes, porque para la mayoría de las mujeres este tipo de lesiones benignas son bastante desconocidas.

En general, suelen ser alteraciones de tipo funcional, inflamatorio o infeccioso. Las lesiones más habituales son los quistes mamarios, y los fibroadenomas. Pero también pueden aparecer abultamientos de grasa en la piel –se denominan lipomas– y papilomas intraductales, un tipo nódulos benignos que se ubican en los conductos por los que se secreta la leche.

Distinguir unas lesiones de otras es algo que solo puede hacer un experto y, a menudo, puede ser necesario realizar varias pruebas para ofrecer un diagnóstico. Pero eso no significa que sea más grave o de peor el pronóstico. En este post, la Dra. María García Gallardo de nuestro centro, especialista en Ginecología oncológica y Patología mamaria, nos indica qué diferencias existen entre unas y otras y qué tratamiento se suele seguir en cada caso.

Quistes mamarios

Su tamaño pueden oscilar entre 1 milímetro (o menos) y varios centímetros. Se deben a una acumulación de líquido dentro de las glándulas de las mamas, por ello, suelen ser blandos al tacto. Su aparición y crecimiento se relaciona con los cambios hormonales, pero también se pueden formar debido a una infección o al bloqueo de un conducto. Pueden aparecer a cualquier edad y son más frecuentes de lo que muchas mujeres creen, y característicos de algunos tipos de mama, como las mamas densas o fibrosas, que acumulan más tejido fibroglandular.
Tratamiento: En general no requieren tratamiento ni ningún tipo de intervención. De hecho, en la mayoría de los casos suelen pasar desapercibidos, porque son muy pequeños y no los notamos, aunque se pueden observar en las mamografías y ecografías de control. Además, no duelen, aunque en algunos casos puedes notar dolor en la zona o mayor sensibilidad, sobre todo los días previos a la menstruación, y si están localizados en una zona superficial o tienen un tamaño grande. Si son de gran tamaño y molestan, puede ser necesario vaciarlos. Se realiza mediante una punción con aguja fina.

Galactocele

Es un quiste único que contiene leche líquida o espesa. Se forma debido a una dilatación de un conducto galactóforo (son los que transportan la leche desde los lóbulos mamarios hasta el pezón). Este tumor está relacionado con la lactancia y suele desarrollarse cuando esta se interrumpe bruscamente, o cuando por algún motivo esa zona mamaria no se ha vaciado correctamente.
Tratamiento: Habitualmente con medidas físicas de aplicación de calor local y masajear para facilitar el drenaje de  la zona suelen desaparecer.

Fibroadenomas

Aparecen con frecuencia en mujeres jóvenes, de entre 15 y 30 años. Son estructuras algo más compactas o consistentes, ya que se deben a la acumulación de tejido fibroso y glandular. Al tocarlos, se mueven, como los quistes, y tienen unos límites definidos (los tumores malignos son sólidos, no se delimitan bien ni presentan movilidad al tacto). No obstante, en algunos casos, por su composición o porque no se aprecian bien, es posible que el médico recomiende hacer una biopsia para confirmar el diagnóstico.
Tratamiento: A veces pueden provocar molestias justo antes de la menstruación, por la congestión mamaria de esta fase del ciclo. El dolor se puede tratar con analgésicos o antiinflamatorios tópicos. Si no son grandes ni causan molestias, no se suele intervenir. Si crecen de forma rápida, molestan o preocupan se pueden extirpar mediante cirugía.

Lipomas

Los lipomas son bultos de grasa que crecen lentamente y en general se localizan entre la piel y la capa muscular oculta. En general no provocan dolor y se mueven con facilidad al presionarlos. La causa de su aparición no se conoce, aunque se cree que hay un componente genético porque es habitual que se den casos en varios miembros de una misma familia. Pueden aparecer a cualquier edad, aunque es más frecuente entre los 40 y 60 años.
Tratamiento: Normalmente no necesita tratamiento, pero si es molesto o provoca dolor, se puede extirpar mediante una intervención quirúrgica.

Papiloma intraductal

Existe un grupo de tumores benignos que pueden provocar que se secrete algo de sangre a través del pezón. Es el caso del papiloma intraductal. Se localiza en los conductos por donde se secreta la leche y se encuentra debajo del pezón. Su aparición es más frecuente al inicio de la menopausia.
Tratamiento: Se aconseja una extirpación completa, ya que entre un 10% a 30% de posibles papilomas por imagen tienen algún grado más de complejidad o riesgo de malignidad.

Mastitis

Es una inflamación provocada por una infección de la glándula mamaria, generalmente por gérmenes de la piel. Se caracteriza por enrojecimiento y dolor en la mama. La mastitis puede producirse en mujeres lactantes si se bloquean los conductos de la leche. Otro factor de riesgo es el tabaco.
Tratamiento: Suelen requerir tratamiento antiinflamatorio y antibióticos. En casos mal resueltos se puede requerir la cirugía.

RECUERDA:

  • Ante cualquier irregularidad en la mama siempre debes consultar a un especialista.
  • Para detectarla, los médicos recomiendan hacer revisiones ginecológicas regulares.
  • Toda revisión ginecológica debería incluir la exploración mamaria, sea a la edad que sea.
  • A partir de los 40 años, además de la exploración, se aconseja realizar mamografía para cribado de cáncer.

Si no sabes cómo hacer la autoexploración, en este vídeo te lo explicamos:

CÓMO REALIZAR LA AUTOEXPLORACIÓN MAMARIA