En los últimos años se ha multiplicado la oferta de productos dietéticos para personas con intolerancias alimentarias. En general, estos problemas se consideran un “mal menor” y no se les da mucha importancia. Pero la tienen porque, además de limitar la dieta, muchas son de origen autoinmune y pueden afectar a la salud en términos generales.

Aun así, se suelen diagnosticar tarde, porque se confunden con otros trastornos digestivos. Un claro ejemplo es la intolerancia al gluten, que no debe confundirse con la enfermedad celíaca o celiaquía. La intolerancia se manifiesta solo con problemas digestivos y no tiene por qué afectar a la mucosa intestinal. En cambio, la celiaquía es una enfermedad crónica de base autoinmune que afecta al 1% de la población, aunque muchas personas son asintomáticas, por ello está infradiagnosticada.

En el caso de la celiaquía, la proteína del gluten provoca una inflamación en la mucosa intestinal que dificulta la absorción de nutrientes. Puede provocar pérdida de peso, diarrea, malestar general, astenia, anemia por déficit de hierro, alteraciones intestinales con hinchazón, dolores articulares, así como problemas de fertilidad y algunas alteraciones ginecológicas, como ciclos menstruales irregulares, amenorrea o ausencia de menstruación, dolor pélvico crónico y dificultades para lograr un embarazo o que este llegue a término.

Uno de los motivos por los que afecta a la fertilidad es que muchos de los nutrientes que son claves para la implantación del embrión y su desarrollo (hierro, zinc, ácido fólico, vitamina B12, etc.) no se pueden asimilar, de ahí que afecte a la concepción. Además, los suplementos nutricionales tampoco se absorben correctamente, porque la pared intestinal está dañada e incluso algunos estudios sugieren que la placenta también puede verse afectada. De hecho, muchas mujeres descubren que tienen este problema cuando intentan quedarse embarazadas y no lo consiguen. “Por ejemplo, tener abortos de repetición sin una causa aparente podría estar ocultando una enfermedad celíaca, que puede afectar a la microbiota intestinal y ser otro factor a tener en cuenta en infertilidad”, explica la Dra. Dalia Rodríguez, especialista del Servicio de Medicina de la Reproducción de Dexeus Mujer. Además, la insuficiencia placentaria también puede dar lugar a un retraso en el crecimiento intrauterino o que el bebé nazca con bajo peso.

“Ahora hay una mayor concienciación, pero algunos de estos casos todavía se clasifican como “infertilidad de causa desconocida”, porque las pruebas de celiaquía no están incluidas dentro del estudio básico de la esterilidad. Por ello es importante tenerlo presente”, puntualiza la Dra. Dalia Rodríguez. El diagnóstico es sencillo: basta con hacer un análisis de sangre para detectar si tenemos anticuerpos. Aunque para confirmar si el intestino está dañado, se debería hacer una endoscopia con biopsia de la mucosa duodenal.

La ventaja de tener el diagnóstico es que permite iniciar una dieta sin gluten y evitar muchos de estos problemas. Si eliminas el gluten de tu dieta, también podrás evitar la celiaquía que es la enfermedad que genera y que, a diferencia de la intolerancia, que solo provoca problemas a nivel digestivo, puede afectar a otros órganos y sistemas del cuerpo.

En general, las personas que tienen intolerancia al gluten deben evitar todos los cereales que contienen esta proteína: trigo, cebada, centeno, espelta y kamut, así como todos los productos que se pueden elaborar con ellos: pan, harina, sémola, pasta, galletas, tortitas. La alternativa es optar por cereales como el arroz, el mijo, el maíz o trigo sarraceno.

Un dato importante: una persona celíaca sin diagnosticar o que no siga una dieta libre de gluten puede presentar también intolerancia a la fructosa (el azúcar que contienen las frutas de forma natural), a la lactosa (azúcar natural que contiene la leche) o al sorbitol (un laxante). La razón es que las enzimas que degradan estas sustancias se encuentran en el intestino y al estar dañado no puede procesar bien estos componentes.

En resumen:

Si tienes intolerancia al gluten, lo mejor que puedes hacer es ponerte en manos de una nutricionista y/o un endocrinólogo para que te ofrezca unas pautas, tanto si estás pensando en ser madre a corto plazo como si no. En nuestro centro contamos con una Unidad especializada en asesoramiento nutricional que dirige Xus Murciano.

Si tienes celiaquía, te debe seguir además un especialista en medicina digestiva y en ocasiones un inmunólogo y un especialista en reproducción asistida si se asocia con problemas de esterilidad, ya que en este caso la enfermedad debe abordarse de forma multidisciplinar.

CONSEJOS PRÁCTICOS

Si te han diagnosticado, es importante que tengas en cuenta algunas precauciones para evitar contaminaciones cruzadas:

  • No compres productos a granel ni artesanales que no estén etiquetados.
  • Si comes fuera consulta si hay menú para celíacos.
  • Ante la duda de si un alimento puede contener o no gluten, no lo consumas.
  • Nunca manipules un producto con los mismos utensilios que has utilizado para cocinar alimentos con gluten y limpia bien las superficies de trabajo en la cocina antes de colocar alimentos con y sin gluten en el mismo espacio.

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