Cada vez son más los hogares que conviven con mascotas. En España hay unos 29 millones, según datos de la ANFAAC (Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía). Los perros son mayoría, seguidos por peces, gatos, pájaros y, en menor proporción, pequeños mamíferos. Hace unos años, lo normal era incorporarlos a la familia tras tener hijos. Pero con los índices de natalidad “bajo mínimos”, lo que está ocurriendo ahora es justo lo contrario: cada vez hay más hogares en los que el primero en llegar es la mascota y después viene el bebé. Si es tu caso y estás embarazada, es probable que te preguntes cómo reaccionará cuando este nazca o cómo será la convivencia entre ellos, así como si puedes hacer algo para ir “preparando el terreno” o reforzar la higiene para evitar la transmisión de parásitos o algunas enfermedades. En este post te ofrecemos algunos consejos prácticos y nos centramos en perros y gatos, que son con los que más se interactúa y se establece un vínculo afectivo.

SI TE PREGUNTAS…

¿Se dan cuenta del embarazo? Según explica Tamara Hernán, enfermera veterinaria y educadora canina y felina, los perros y gatos sí que detectan cambios en tu cuerpo y en tu olor por los cambios hormonales, tu estado de ánimo y tus rutinas. Pero no son conscientes de qué estás embarazada o de que va a nacer un bebé, a no ser que hayan vivido ya un primer embarazo y relacionen esos cambios con el resultado final.

¿Pueden tener celos del bebé? Tampoco “sienten celos” cuando llega el recién nacido, ya que no han convivido con él. Si se muestran más sensibles o se hacen pipí en lugares inadecuados, tal vez es porque notan cambios en las rutinas de casa y eso les provoca estrés, o porque estamos más cansados, estresados u ocupados y no les atendemos de la misma manera. También es posible que tengan algún problema fisiológico que no detectemos y atribuyamos a los cambios en casa cuando no es así, así que hay que estar atento.

¿Y si se muestran indiferentes? Si te parece que tu mascota“no se entera de nada”, no te sientas mal o creas que le da lo mismo. En realidad, es buena señal, porque significa que “nada en casa ha cambiado en vuestro día a día y en su percepción hacia ti”, explica Tamara.

¿Cuidará del bebé?  Si cuando nace el bebé se muestra más o menos protector no significa que “le quiera más o menos”. Hay perros más tranquilos y con más instinto de defensa o predisposición a la protección que otros. Depende del carácter, la raza, su edad, adiestramiento, el aprendizaje o las experiencias previas que haya tenido.

CÓMO PREPARAR EL TERRENO

Un buen consejo es ir preparando el terreno antes de que se conozcan, para que se vaya familiarizando con algunas novedades:

  • Positiviza la presencia de objetos nuevos, como el carrito de paseo o la silla del coche antes de que nazca el bebé. Sal a pasear con carrito + perro e instala la silla del coche un par de meses antes para que se vaya acostumbrando y no relacione bebé con menos espacio.
  • Deja que entre en la habitación del bebé, se familiarice y huela los muebles nuevos. Nada de vetarle la entrada a espacios que ya conoce o que suele frecuentar y tampoco hay que cambiar sus rutinas.
  • Intenta socializar al perro con bebés o niños si no ha tenido contactos antes y observa cómo se comporta.
  • Haz un chequeo a tu perro antes del día del primer encuentro para comprobar que está bien de salud.
  • Acude a un experto en educación canina si se detectas algún problema de comportamiento antes de que llegue el nuevo miembro de la familia. 
  • Una limpieza bucal nunca está de más, por si se acerca mucho al bebé para olerle o le lame.

PRECAUCIONES

¿Hay riesgo de que puedan transmitir enfermedades al feto o al bebé? En general con los animales domésticos los riesgos son muy bajos, porque están menos expuestos al contacto con bacterias. “Lo que importa es que estén vacunados al día y correctamente desparasitados”, indican desde el centro Valencia Veterinaris de Barcelona. De hecho, lo que ocurre es lo contrario: los niños que conviven con animales suelen tener menos alergias y problemas respiratorios como el asma. Si tienes dudas, lo mejor que puedes hacer es consultar a tu ginecólogo/a y al veterinario/a. 

Gatos y riesgo de toxoplasmosis. Durante el embarazo, debes evitar el contacto directo con el arenero donde el gato hace sus necesidades, ya que las heces pueden transmitir un parásito denominado toxoplasma. Si no has tenido previamente contacto con este parásito y te infectas durante el embarazo podría afectar de forma grave al feto. Por ello, cuando te toque limpiar el arenero de tu gato debes usar guantes y lavarte bien las manos después. El riesgo es mayor si te contagias durante el primer trimestre. De todos modos, tu médico te puede hacer un seguimiento y en el caso de que des positivo, sigue sus indicaciones, no siempre tiene efectos a nivel fetal.

Consejos para el primer encuentro y la convivencia

La presentación

  • Procura que sea un momento en que los dos estén relajados. Si es posible, es preferible que hayan salido a pasear antes un rato. También es crucial saber si han estado tranquilos durante tu ausencia en la clínica o han pasado estrés.
  • Mejor en un espacio exterior: Los perros son territoriales y su hogar es su territorio. Busca un espacio neutro y al aire libre para hacer las presentaciones y establecer el primer contacto:  un parque cerca de casa es una buena opción.
  • Pon al bebé a su altura. Colócalo en la cuna transportable o una sillita adecuada (como la que utilizas para el coche). Si el bebé está sano, y no te parece mal, deja que se acerque a olerlo o incluso le lama. Eso refuerza el vínculo. SI le ladra, no le riñas ni le sujetes la cuerda con tensión. Tal vez es por nerviosismo o excitación. Aléjate en dirección opuesta al bebé y haz que te siga. Relájale y actúa con normalidad.

Cuando el bebé ya esté en casa

  • Advierte a los amigos y familiares que vienen de visita que también muestren atención hacia tu perro. Si no, no entenderá por qué ha pasado de ser el protagonista de la casa a ser ignorado. Al bebé por el momento le da igual el orden en cuestión de recibir atenciones, así que ¡aprovechad!
  • Nunca les dejes solos. Vigila que siempre haya un adulto en la interacción entre ellos.
  • Normas de convivencia. A la que el bebé empiece a gatear, enséñale poco a poco a tratar con cariño al perro y no tirarle del pelo, ni de la cola, etc…
  • Control horas de comidas: Cuando empiece con la alimentación complementaria, vigila también que no tire o le dé comida que pueda ser peligrosa para tu perro (chocolate, uvas, cebolla…), aunque la mayoría de los primeros alimentos que consume, al ser sin sal ni azúcar, no suponen un problema (más allá de que tu perro coja unos kilos de más…)
  • Su compañía es buena para el bebé. Entre los múltiples beneficios se encuentran varios estudios que relacionan los bebés que crecen con un perro en casa luego tienen una mayor facilidad para socializar, en general, menos alergias alimenticias y menor incidencia de asma y estrés.