Consejos para elegir y acertar el tratamiento

¿Por fin os habéis decidido? ¡Qué ilusión! Pero, ¿por dónde empezar?, os preguntaréis. Quizá ya tenéis claro quién va a quedarse embarazada o tal vez hayáis entrado en alguna web de donantes de semen, aunque solo sea por curiosear… La inseminación artificial suele ser el tratamiento más económico, así que hay quien lo escoge como primera opción por “probar suerte”. Sin embargo, a partir de cierta edad es mejor no arriesgarse, ya que hay otros métodos que ofrecen mayores posibilidades de lograr un embarazo.

Si os lo estáis pensando y aún no habéis decidido el tratamiento, en este post la Dra. Dalia Rodríguez, especializada en Reproducción asistida, os ofrece algunos consejos que os pueden ayudar.

  • ¿Qué posibilidades tenemos de lograr un embarazo? Lo primero que tenéis que saber – y que preguntar – es la probabilidad de lograr un embarazo, ­lo que los profesionales llaman, técnicamente, “tasa de éxito”­ de las tres opciones de tratamiento de reproducción asistida que podéis elegir: la inseminación artificial IA), la fecundación in vitro (FIV) y el método ROPA o Recepción de Óvulos de la Pareja. El ROPA suele ser el elegido cuando se desea compartir la maternidad: es decir, una dona el óvulo y la otra gesta al bebé. En general, y aunque puede variar un poco de un centro a otro, la tasa de éxito de estos métodos gira en torno al 15-20%, 30-50 % y 30-50%, respectivamente.
  • La edad es clave. Aunque la técnica de reproducción asistida que hayáis decidido realizar, con la recomendación médica correspondiente, es un dato que conviene tener en cuenta, para averiguar cuál es vuestra probabilidad de gestación, hay algunos factores, como la edad, que son claves y que condicionan el éxito de cada tratamiento. A partir de los 35 años la calidad de los óvulos de las mujeres disminuye de forma significativa, y ello se traduce en una mayor tasa de embriones con baja calidad, que no darán lugar a un embarazo evolutivo. Otra dato importante es comprobar cómo está vuestra reserva ovárica. La reserva ovárica se puede valorar muy fácilmente a través de una ecografía. Lo que se mira es el número de folículos antrales, que es el número de folículos que se podrían desarrollar en vuestros ovarios si hacéis un tratamiento de estimulación para una FIV o para el ROPA, y cuánto más alta sea, mejor. También se valora analizando una hormona que se llama AMH (hormona Antimulleriana). Se ha comprobado que si realizas una FIV, la posibilidad de lograr un embarazo que finalice con el nacimiento de un bebé es directamente proporcional al número de ovocitos que se obtengan.
  • Primera visita informativa. Aunque siempre está bien echar un vistazo a las páginas web de los centros que os interesen, y a las promociones que ofrecen, lo mejor es hacer una primera visita informativa en un centro especializado en Reproducción Asistida y ¡aprovecharla al máximo!. Eso permite establecer un primer contacto personal y directo, contrastar impresiones, y resolver dudas, así como tantear un poco la opinión del experto respecto a cuál puede ser la opción más adecuada para vosotras (o, si hacéis más de una visita, contar con una segunda opinión). Evidentemente, hasta que no os hagan las pruebas necesarias no os podrán aconsejar con certeza. Pero el hecho de que estudien bien vuestro caso inspira confianza y denota un compromiso profesional, dos factores que también son elementos decisivos a la hora de escoger el centro.
  • Pruebas que tendréis que haceros sí o sí. Habitualmente, antes de iniciar un tratamiento siempre se piden una serie de pruebas básicas, y desconfiad si no es así: un análisis de sangre y revisión ginecológica completa, ecografía y citología, e incluso mamografía si se considera necesario por la edad (si eres mayor de 40 años). El objetivo es confirmar que no tenéis ningún problema de salud, infertilidad o patología que pueda complicar o dificultar el embarazo, como la endometriosis o miomas uterinos. Si se detecta algún problema os explicarán cuál es el siguiente paso. Si no vais a hacer el método ROPA, solo tendrá que hacerse las pruebas la que va a llevar a cabo el embarazo, claro.
  • Los antecedentes familiares también cuentan. En la primera visita de reproducción os preguntarán si en tu familia o en la de tu pareja ha habido algún problema de infertilidad o antecedentes de alguna enfermedad hereditaria que pueda ser transmisible. A veces, aunque no la padezcas, puedes ser portadora sin saberlo, que es lo que ocurre con las llamadas enfermedades genéticas de carácter recesivo. Se llaman así porque solo se transmiten cuando los dos progenitores son portadores del gen alterado que las provoca, y entonces, el bebé la hereda.
  • Consultad si ofrecen asesoramiento genético. Es fundamental para evaluar el riesgo y prevenir la transmisión a la descendencia de algunas enfermedades provocadas por mutaciones de genes de carácter recesivo, como hemos comentado antes, u otros problemas de origen genético, que pueden estar detrás de abortos de repetición, por ejemplo, o antecedentes familiares de infertilidad. Por ello se recomienda realizar un test específico, como el qCarrier o test de portadores que ofrecemos en nuestro centro, y que también se efectúa al donante de semen para realizar correctamente el matching (nombre técnico que se utiliza para designar la elección del donante idóneo en cada caso).
  • Servicios y ventajas adicionales: El hecho de que el centro disponga de sus propios laboratorios agiliza todo el circuito y la obtención de resultados. También es aconsejable preguntar si ofrece atención a urgencias de 24 h y otros servicios extra, como psicología, acupuntura, asesoramiento en nutrición, etc. Todo lo que os pueda interesar.  El Hospital Universitario Dexeus cuenta, además, con la Certificación Applus Hospital Seguro COVID-19.
  • Posibilidad de segundos intentos. A veces, por un tema económico, nos decantamos por tratamientos que no incluyen una segunda opción. En función de las circunstancias personales es importante dejarse aconsejar y valorar la posibilidad de escoger un tratamiento que incluya más de un intento, que puede ser repetir el tratamiento de estimulación ovárica, si tenemos una baja reserva o no hemos respondido bien al primero, o realizar más de una transferencia embrionaria, por si no se logra la implantación a la primera. A la larga, sale a cuenta si en vuestro caso está indicado, porque además de contar con más posibilidades de éxito, da tranquilidad.

Sopesar los pros y contras

Todos los tratamientos tienen puntos a favor e inconvenientes, pero sopesarlos es una valoración que debe hacer ante todo el experto, para aconsejaros, y después vosotras, una vez informadas y con los resultados en mano de las pruebas que os hayan hecho, para decidir. Aquí os resumimos algunos pros y contras de las diferentes opciones.

La inseminación artificial

Ventajas: teóricamente es el más rápido y menos costoso. Requiere menos intervención médica y el más parecido a una fecundación espontánea, ya que el proceso de inseminación de semen en el útero es muy sencillo e indoloro. Se hace en la misma consulta, y solo tendrás que permanecer en reposo de 10 a 15 minutos después de la inseminación. Además, se puede llevar a cabo sin tratamiento hormonal previo y permite realizar varios intentos en un plazo más corto de tiempo.

Inconvenientes: no se aconseja a mujeres mayores de 36 años, ya que en este caso la posibilidad de que se produzca la fecundación de forma espontánea es menor. Si tienes algún problema de salud, más de 39 años, o antecedentes de infertilidad o de enfermedades hereditarias en la familia es preferible optar por una fecundación in vitro que incluya Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP).

Fecundación in vitro

Ventajas: ofrece una tasa de éxito más elevada que la de la inseminación artificial y, en general, es más rápido y tiene un coste menor al método ROPA. Además, solo una de vosotras ha de hacer el tratamiento y permite, si es necesario, realizar un estudio para seleccionar al embrión que presente mejores características.

Inconvenientes: es necesario realizar una estimulación hormonal ovárica y es un poco más largo que la inseminación artificial y más costoso, ya que requiere que la fecundación del óvulo se realice en el laboratorio y realizar una transferencia embrionaria posterior. El DGP, si es necesario, también aumenta el coste.

Recepción de Óvulos de la Pareja (ROPA)

Ventajas: la mayor ventaja de esta opción es que os permite compartir la maternidad y, por tanto, legalmente las dos sois madres biológicas y tendréis los mismos derechos y deberes respecto a vuestro futuro bebé. En España, solo se practica en centros privados y siempre que las mujeres estén legalmente casadas. Cataluña es una excepción puesto que el Código Civil Catalán permite la ovodonación intrapareja sin estar casadas, pero tendréis que acreditar la vecindad civil catalana.

Inconvenientes: el tratamiento suele ser más largo que los anteriores, y tiene mayor coste, porque requiere realizar pruebas médicas y una revisión ginecológica completa a ambas, así como otros chequeos médicos para comprobar estado de salud, y también seguir un proceso de estimulación ovárica (a la que dona el óvulo), y otro de preparación del endometrio para la receptora, que deberá sincronizarse con el de su pareja para poder realizar la transferencia del embrión, una vez fecundado.