Sabemos que el paso del tiempo afecta a nuestros óvulos. Cada año se reduce su número y también su calidad. Es un proceso natural, que se acelera a partir de los 35 años. Pero los mecanismos que hay detrás de este proceso aún no se conocen muy bien.

Sin embargo, el hecho de que unas mujeres tengan la menopausia antes que otras, o que su reserva ovárica sea menor hace pensar que existen factores genéticos individuales que pueden influir. Por ello, algunos investigadores tratan de aportar nuevas pistas, a través del estudio de alteraciones genéticas que pueden intervenir en acelerar o retardar este proceso. Otros intentan averiguar si se puede prever el momento en el que se iniciará la menopausia, o investigan cómo mejorar la calidad de los óvulos a través de diversas estrategias.

Se trata de investigaciones muy recientes, y de momento ninguna ofrece resultados concluyentes. Pero todas ellas abren una puerta a la esperanza y al desarrollo futuro de nuevos tratamientos que permitan alargar la fertilidad, o prevenir su declive, especialmente en mujeres jóvenes.

En este post, el Dr. Nikolaos Polyzos, Jefe del Servicio de Medicina de la Reproducción de Dexeus Mujer resume brevemente en qué consisten algunas de las principales líneas de investigación en curso en este terreno:

  • Ensayos con células madre. Las células madre se caracterizan por su capacidad para desarrollarse y transformarse en otros tipos de células. Existen múltiples estudios que trabajan con ellas para regenerar y reparar tejidos enfermos o dañados. En el área de la reproducción, el objetivo es lograr que puedan desarrollar funciones ováricas, pero los ensayos que se han realizado son pequeños –en cuanto al número de pacientes estudiadas– y, de momento, no ofrecen resultados concluyentes.
  • Tratamientos de testosterona. Se ha comprobado que los niveles de testosterona en la sangre disminuyen significativamente con la edad. Por ello se considera que esta hormona puede jugar un papel importante en el envejecimiento reproductivo. En este ámbito se han realizado diversos ensayos administrando una dosis suplementaria de esta hormona, pero las diferencias en cuanto a su duración y las dosis suplementadas han impedido obtener resultados definitivos. En este sentido, Dexeus Mujer ha puesto en marcha un ensayo clínico multicéntrico denominado TTRANSPORT (Testosterone TRANSdermal gel for Poor Ovarian Responders Trial), cuyo objetivo es valorar si la administración de testosterona antes de iniciar la estimulación ovárica, mediante la aplicación de un gel sobre la piel, puede mejorar la respuesta en mujeres con baja reserva ovárica. En principio se prevé que los resultados preliminares de este estudio estén disponibles en 2022.
  • Germline nuclear transfer (transferencia de núcleo de células germinativas). Se trata de una línea de investigación aun experimental. Consiste en introducir el núcleo –que contiene la información genética–  del óvulo de una mujer de edad avanzada en el citoplasma del óvulo de una donante joven, desprovisto previamente de su núcleo, para utilizarlo con finalidad reproductiva. Esta técnica no está permitida legalmente en todos los países y también es objeto de debate a nivel ético, por lo que todavía se encuentra en fase de estudio y desarrollo.
  • Factores de crecimiento. Los factores de crecimiento influyen en múltiples procesos biológicos que potencian el desarrollo y regeneración de las células. Tienen múltiples usos en diferentes especialidades médicas, y se han realizado un gran número de estudios y publicaciones científicas avalando sus resultados. La técnica consiste en extraer –a partir de una muestra de sangre de la propia paciente–  proteínas y otros compuestos con actividad biológica que aceleran la regeneración de los tejidos. En reproducción asistida se han utilizado para aumentar la receptividad del endometrio en mujeres que no obtenían un grosor adecuado para la transferencia embrionaria. Actualmente se están realizando estudios para valorar si puede mejorar la respuesta ovárica en pacientes con baja reserva ovárica. Aún no se dispone de resultados, pero puede ser un tratamiento esperanzador.

Como ves, hay muchas líneas de investigación abiertas, y es probable que en pocos años se avance mucho más de lo que imaginamos. Pero no podemos luchar contra la naturaleza: la genética determina en qué momento se inicia a menopausia en cada mujer, y la calidad de los óvulos está directamente relacionada con la edad materna. Por ello, los expertos recomiendan a todas las mujeres que pidan una valoración de su reserva ovárica y que, si se ven obligadas a aplazar la maternidad, opten por congelar sus óvulos antes de cumplir los 35 años, para preservar su fertilidad.