A partir de los cuarenta, más de una tercera parte de los hombres tienen problemas de erección. Un trastorno que aumenta con la edad. Pero la mayoría lo atribuye a ese hecho y no lo consulta. Sin embargo, esta disfunción puede ser un signo indicativo de una enfermedad o problemas cardiovasculares que pueden pasar desapercibidos, por lo que conviene consultar al médico.

No hay que asustarse, pero sí ser precavido, ya que según una encuesta de la Fundación Española del Corazón, más de un 60% de los pacientes con enfermedad coronaria tiene esta disfunción, aunque la mitad desconoce que está relacionada con su enfermedad.

Además, se ha demostrado que, en muchos casos, los problemas cardiovasculares pueden aparecer entre dos y cinco años después de los primeros síntomas de disfunción eréctil. Un dato que es clave, ya que esa información permite disponer de un margen de tiempo para poner en marcha una serie de medidas y cambios en el estilo de vida quge ayuden a prevenir su aparición, como cuidar la dieta, perder peso, hacer deporte de forma regular, reducir el consumo de alcohol y no fumar.

La relación entre los trastornos cardiovasculares y problemas de erección es fácil de entender, ya que en estos casos, la causa que genera la disfunción es un fallo en la acción vasodilatadora que dificulta la entrada de sangre en el pene y, por tanto,  la erección. Además, los factores de riesgo son comunes: envejecimiento, hipertensión, colesterol alto, diabetes, tabaquismo, obesidad y sedentarismo.

Sin embargo, lo que a ellos más les preocupa, al menos de entrada, es el impacto que este hecho puede tener en su vida sexual. Otra razón de peso para acudir al médico. Pero muchos tienen dudas sobre el tratamiento ya que la mayoría solo han oído hablar de la viagra y mal, porque a pesar de su popularidad, todavía circulan rumores sobre este fármaco y sus riegos que crean rechazo y desconfianza.

Así que, si es tu caso o el de tu pareja, y tienes dudas, esta información te resultará de utilidad:

  1. ¿Cuáles son los síntomas de alerta? Cuando la disfunción eréctil se produce de forma repetida (continuada o no) en el último año.
  2. ¿Por qué hay que acudir al médico? Porque además de ser un indicador de riesgo cardiovascular, la disfunción eréctil puede ser un síntoma de otras enfermedades subyacentes que pueden pasar desapercibidas como diabetes mellitus, dislipidemia o hipertensión arterial.
  3. Las causas más frecuentes son los trastornos cardiovasculares, pero también puede ser provocada por el consumo de fármacos (un 30% de los medicamentos pueden provocar ese efecto), problemas hormonales, problemas psicológicos (suponen un 40% de los casos), neurológicos, lesiones en la médula espinal e intervenciones quirúrgicas.
  4. ¿Se puede solucionar? Sí. Un  90% de los casos se pueden tratar y solucionar.
  5. ¿Cómo se hace el diagnóstico? Para hacerlo es fundamental conocer la historia clínica del paciente y llevar a cabo una exploración física, así como el control de la tensión arterial y realizar una analítica de sangre y hormonal. Existen otras pruebas más específicas, pero no siempre se llevan a cabo. El médico decide en cada caso si son necesarias.
  6. ¿Cómo se trata? En general, se aconseja reducir los factores de riesgo que hemos citado antes y cambiar la medicación si es necesario. En función de la causa se puede indicar un tratamiento oral, psicológico u hormonal. Dentro del tratamiento oral hay múltiples opciones, y el paciente puede elegir la que se adapte mejor a sus necesidades.
  7. ¿El tratamiento afecta a la vida sexual? El tratamiento mejora la erección y por tanto también la actividad sexual, pero no aumenta el deseo.
  8. Cirugía e implantes: ¿cuándo son necesarios? Solo se aplican cuando el paciente no responde a otros tratamientos.