Si nunca te ha preocupado la salud de tus huesos, pero ya has cumplido los 50, es el momento de hacer un chequeo. La razón es que, con el paso de los años, además de perder masa muscular, también perdemos masa ósea. Es algo que suele pasar desapercibido porque ni se ve ni se nota, al menos aparentemente. Pero la pérdida es progresiva, y el proceso se acelera a partir de la menopausia. Por ello, si te acercas a esta etapa, o ya la has pasado, pregunta a tu ginecólogo/a si debes hacerte una densitometría. Se trata de una prueba muy segura y sencilla, pero poco conocida. En este post, nuestro equipo de expertos del Servicio de Diagnóstico Ginecológico por la Imagen (DGI) y el Dr. Pascual García Alfaro, responsable de la Unidad de Menopausia de nuestro centro, explican cómo se realiza y qué podemos hacer para reforzar nuestros huesos.


¿En qué consiste? El nombre ya da alguna pista: su objetivo es medir la cantidad de calcio que contienen los huesos, lo que determina su densidad. La técnica utilizada no es invasiva y utiliza dosis mínimas de radiación. De acuerdo con las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la lectura debe hacerse en el hueso de la columna lumbar y fémur.

¿En qué se diferencia de una radiografía normal? De entrada, la radiación que se aplica es mucho más baja (inferior a una décima parte de la irradiación de una radiología de tórax). Se trata de una técnica radiológica que mide de forma específica la densidad mineral ósea (DMO). La radiografía convencional, al contrario que la densitometría ósea, no es un método eficaz para hacer una valoración cuantitativa de la densidad mineral ósea; la radiografía se utiliza para detectar o examinar fracturas recientes o patologías del hueso.

¿Cómo se mide la densidad de los huesos? El valor de la DMO es variable y se determina en función de unos valores medios establecidos sobre el conjunto de la población, que sirven de referencia, así como el sexo y la edad. Las diferencias se miden en unidades llamadas “desviaciones estándar” (DE). Una calificación de T SCORE-0 significa que la densidad de tus huesos es igual a la normal de una persona adulta joven y sana. Cuantas más desviaciones estándar por debajo de 0, indicadas con números negativos, más baja es tu densidad ósea y mayor el riesgo potencial de sufrir una fractura.

¿Cuánto dura la prueba? La duración oscila entre 10 y 30 minutos. No es necesario estar en ayunas ni desvestirse, pero sí quitarse la ropa y objetos que lleven metal (una falda, vestido o pantalón con cremalleras o un cinturón con hebilla, por ejemplo).

¿Por qué es útil? Porque permite averiguar si existe una cierta fragilidad ósea y tomar las medidas preventivas adecuadas para evitar posibles fracturas. Con la edad, los huesos no consolidan con la misma facilidad y rapidez que cuando se es joven y sufrir fracturas a partir de los 50, 60 y 70 años comporta problemas de movilidad y autonomía que suponen un lastre importante en personas mayores, además de provocar dolor y acarrear otros problemas.

Y si sale que tengo una baja densidad ósea ¿hay tratamiento?  Sí, además de tomar suplementos de vitamina D y asegurar un buen aporte de calcio, existen tratamientos farmacológicos para evitar la pérdida de masa ósea que el médico puede indicar en función de cada caso, si se consideran necesarios.

Si te la haces una vez, ¿hay que repetirla? Sí, pero debe ser el médico quien te indique la regularidad, en función de la edad, los factores de riesgo y los resultados que se hayan obtenido la primera vez. Si sigues un tratamiento, se suele repetir para comprobar si este surte efecto.

¿Hay personas más expuestas al riesgo que otras? Sí. Si tienes antecedentes familiares de osteoporosis es imprescindible, y también si eres delgada, tienes una constitución pequeña, no haces deporte de forma regular, has tenido una menopausia precoz, cáncer, tienes problemas de absorción de los alimentos, intolerancia a la lactosa o una enfermedad crónica que requiera tomar medicamentos que contienen glucocorticoides (como asma o artritis reumatoide). Curiosamente, las mujeres de piel blanca y las de origen asiático están más expuestas que las de otras etnias.

¿Por qué aumenta la pérdida ósea con la menopausia? Porque disminuye la producción de estrógenos, unas hormonas que, entre otras funciones, actúan sobre el metabolismo del hueso, frenando la pérdida de calcio.

¿Qué podemos hacer para reforzar nuestros huesos?  La densidad ósea y su fortaleza depende de muchos factores, la herencia genética o la edad son algunos de ellos, y no se pueden modificar. Pero podemos adoptar algunos buenos hábitos, como tomar alimentos ricos en calcio o productos enriquecidos (se recomienda entre 1.000 y 1.200 mg/día); hacer ejercicio (se aconseja, por ejemplo, caminar, bailar o practicar tai-chi, entre 30/40 minutos por sesión); tomar el sol a diario sin protección unos 5-10 minutos, para favorecer la síntesis de vitamina D, que ayuda a que el calcio se fije en los huesos, evitar el tabaco y limitar el consumo de alcohol. Parece una larga lista, pero, en realidad, son hábitos que podemos incorporar fácilmente a nuestra vida diaria, si nos lo proponemos.

Si te interesa este tema o tienes dudas, consulta a tu ginecólogo/a o ¡déjanos un comentario!