Si te gusta el gazpacho y también experimentar en la cocina, tienes que probar esta receta. Es muy fácil y en verano un entrante de 10: hidrata, refresca, aporta antioxidantes y lo mejor: está buenísima. Además, la sandía lo suaviza y le da un toque ligeramente dulce, respetando su esencia original.

De hecho, existen múltiples versiones del gazpacho: de cerezas, remolacha, melón… Pero el de sandía es uno de los más acertados, ya que es la fruta que contiene más agua (95% de su peso), que es esencial en este plato, y tiene un sabor neutro, que no se impone. No obstante, tiene un índice glucémico alto, por lo que las personas con diabetes deben tener en cuenta este dato.

Eso sí, hay que elegir una sandía que esté en su punto y mejor sin pepitas. Contrariamente a lo que se cree, las que no tienen semillas no son transgénicas, sino el resultado de la hibridación, una práctica común entre los agricultores que consiste en cruzar diferentes especies para obtener cualidades que supongan mejoras en el producto final. En cuanto al valor nutricional, contiene todas las vitaminas y minerales del gazpacho tradicional, y la sandía aporta hierro, potasio, fósforo, y compuestos antioxidantes, como el retinol (provitamina A), y el licopeno.

Ingredientes (4 personas)

  • 250 g de sandía (pelada y sin pepitas)
  • 250 g de tomate maduro
  • 1 pimiento verde alargado (italiano)
  • 1 diente de ajo
  • 100 g de pan duro
  • 15 ml de vinagre de Módena
  • 30 ml de aceite de oliva virgen extra
  • Agua y sal

Elaboración

  1. Corta el pan y colócalo en un bol. Vierte un poco de agua fría para que se ablande. Déjalo unos 10 minutos.
  2. Lava bien los tomates. Deben estar en su punto, ni muy maduros ni verdes. Elimina la piel y la parte dura o verde si la hay. Trocéalo.
  3. Lava el pimiento, quita las semillas y la parte superior. Córtalo en trozos regulares.
  4. Pela el diente de ajo y retira la parte interior o germen. Trocea el resto.
  5. Vierte todos estos ingredientes en el vaso de la batidora eléctrica y bate bien la mezcla. Reserva.
  6. Trocea la sandía en dados, elimina la corteza y las pepitas.
  7. Añade la sandía al vaso de la batidora junto el pan reblandecido -bien escurrido- y el vinagre. Tritura el conjunto, prueba el sabor y sazona al gusto.
  8. Agrega el aceite de oliva virgen extra y de nuevo bate el conjunto a máxima potencia unos 4 o 5 minutos, hasta obtener una textura cremosa.
  9. Si quieres que resulte más líquido, vierte agua mineral al gusto hasta que consigas la consistencia adecuada.
  10. Si tiene restos de pieles puedes pasarlo por un colador fino.

Viértelo en un recipiente de vidrio, deja que se enfríe en la nevera… ¡y listo para servir!

Un apunte: debe servirse siempre muy frío, y aunque lo habitual es tomarlo al mediodía, también se puede tomar por la noche, aunque de entrante, porque al tener una gran proporción de agua, puede dificultar la digestión.