Se acerca la Navidad y, aunque este año no podamos celebrarla como nos gustaría, vale la pena mantener la ilusión de los días de fiesta, tanto por los niños como por las personas mayores de la familia. Por eso este mes te proponemos un plato delicioso que puedes servir tanto de entrante como principal. Además, y por lo general, gusta a todo el mundo, y tiene ese toque festivo, ya que incluye una base de hojaldre, por lo que requiere un poco de tiempo y dedicación. Si ya has hecho elaboraciones de este tipo te va a resultar muy fácil, y si no, ya verás como no es tan complicado como parece y te animas a repetirlo.

En cuanto a su valor nutritivo, el salmón es un pescado rico en ácidos grasos monoinsaturados, que protegen la salud del sistema cardiovascular, vitaminas y minerales, y su aporte graso es solo de 12g por cada 100g de producto fresco. Entre los minerales destaca el fósforo (aporta casi la mitad de las cantidades recomendadas /día para este mineral), selenio, yodo y potasio. También aporta vitaminas del grupo B, en particular B6, B12, y vitaminas D y E.

Las espinacas aportan fibra, hierro, magnesio y vitamina C, que favorece la absorción del hierro, así como betacarotenos o provitamina A, que desempeñan una acción antioxidante y estimuladora del sistema inmune.

La masa de hojaldre se puede comprar, aunque lo mejor es elaborarla en casa. Entre sus ingredientes se incluye la mantequilla, pero la cantidad por ración que ingiere cada comensal en la croûte no es muy elevada, por lo que no aporta muchas calorías. Si al final decides hacerla en casa, recuerda  que requiere un tiempo de reposo en la nevera, por lo que deberás prepararla con antelación o bien hacerla unos días antes y congelarla. En cuanto a la bechamel puedes utilizar leche semidesnatada para elaborarla, y es un elemento esencial que une a todos los demás y suaviza el sabor del pescado y las espinacas, lo que hace que resulte mucho más apetecible para los niños y el plato, en conjunto, resulte muy completo desde el punto de vista nutricional.

Ingredientes (para 6 personas)

  • 500 g de salmón fresco (un lomo, sin espinas)
  • 2 láminas de hojaldre (cómpralas ya listas para hacer al horno)
  • 400 g espinacas
  • 1 cebolla de 200g
  • 500ml de leche para hacer la salsa bechamel
  • 30 g d harina (2 o 3 cucharadas soperas)
  • 1 huevo
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Pimienta negra molida

Elaboración

  1. Ponemos las espinacas a hervir en un cazo, pero solo unos minutos, para que queden tiernas. Las escurrimos y reservamos.
  2. Pelamos la cebolla y la cortamos en rodajas finas. Calentamos un poco de aceite en una sartén y la pochamos a fuego muy suave, hasta que se haya vuelto transparente. Agregamos las espinacas chafadas, salpimentamos y removemos la mezcla a fuego suave unos dos minutos. Reservamos.
  3. Elaboramos la bechamel poniendo un poco de aceite en la sartén, añadimos la harina y poco a poco vamos incorporando la leche a la mezcla, hasta que alcance el espesor deseado. Luego añadimos la sal y damos unas vueltas más a la mezcla, a fuego medio. En cuanto esté lista, apagamos el fuego y la reservamos. Debe enfriarse antes de incorporarla al plato.
  4. Pasada una media hora, cortamos una de las láminas de la masa de hojaldre en crudo en dos rectángulos, uno servirá de base para colocar el salmón, y el otro, un poco más ancho, lo utilizaremos para cubrirlo por encima posteriormente.
  5. Colocamos el lomo de salmón sin espinas (asegúrate de que las has eliminado) sobre el rectángulo de base de hojaldre en crudo más estrecho, añadimos un poquito se sal y vertemos por encima las espinacas y la salsa bechamel a temperatura ambiente.
  6. Batimos el huevo y pincelamos los laterales del hojaldre. Cubrimos el salmón con las espinacas y la bechamel y colocamos el otro rectángulo de la masa cruda del hojaldre por encima. Presionamos los bordes para que se peguen a los de la base.
  7. Cortamos otro rectángulo de la segunda lámina de la masa de hojaldre en crudo que tenga del mismo tamaño que la que hemos utilizado para cubrir el salmón. Le pasamos un rodillo de rejilla para hacer unos agujeritos y lo colocamos sobre la lámina anterior.
  8. Antes de colocar en el horno, pintamos de nuevo la superficie con el huevo batido, recortamos los bordes e introducimos el pastel en el horno a 210 grados centígrados durante unos 25-30 minutos, hasta que se empiece a dorar.
  9. Conviene colocar el pastel en la parte inferior del horno para que la base quede crujiente. Si es necesario, podemos subirlo después a la parte de grill para que acabe de hacerse y dorarse por la parte superior.

A la hora de servir en la mesa, se coloca sobre una bandeja entero y se trocea en raciones.

Bon appetit!