Este mes te proponemos una receta muy fácil y saludable, que sirve para que los niños coman verdura y para solucionar una cena sin tener que enredar mucho en la cocina. Puedes utilizar tanto hojas de espinacas ya limpias para ensaladas (tipo baby), como congeladas o frescas previamente hervidas al vapor o rehogadas en una sartén a fuego suave. La cremosidad del queso tipo ricota o requesón, una vez elaborados los rollitos, hace que se vuelvan tiernas, y su sabor neutro potencia el de las espinacas, más potente, que queda suavizado por el del calabacín.

Las espinacas son una de las verduras más versátiles en la cocina y muy ricas en vitaminas y minerales. En concreto, aportan una gran cantidad de folatos, vitamina C, y, en menor proporción, vitamina E, B6 y riboflavina. También contienen betacarotenos, unos compuestos que se transforman en vitamina A en nuestro organismo y desempeñan acciones antioxidantes y estimuladoras del sistema inmune.

Se pueden consumir durante todo el año, porque se cultivan en invierno y en verano. Las de invierno son resistentes a las heladas, por lo que los cambios del tiempo no les afectan tanto como a otras verduras y hortalizas. En cuanto a los minerales, tienen una elevada proporción de magnesio y de hierro, y también contienen fósforo y calcio. Hay que decir que su contenido en hierro es menor del que anunciaba Popeye y que no se absorbe tan bien como el que aporta la carne u otros alimentos de origen animal, pero la vitamina C presente en la espinaca facilita su asimilación.

En cuanto al requesón o queso ricota, no es en sí un queso sino un producto lácteo que se obtiene mediante la fermentación del suero sobrante de la elaboración de los quesos. Es muy rico en proteínas y muy bajo en grasas, ya que contiene la tercera parte de la grasa que el queso de Burgos y casi ocho veces menos que un queso semicurado. Además, tiene un sabor suave y delicado que realza el de los alimentos con los que se combina. 

Ingredientes (4 personas)

  • 4 calabacines grandes
  • 500 g de requesón o tipo ricotta
  • 400 g de espinacas
  • 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • Finas hierbas para aderezar

 Preparación:

  • Pela y corta los calabacines en láminas de tamaño similar, que sean finas y delgadas. Si tienes algún robot de cocina que se pueda utilizar para laminar te resultará más fácil.
  • Pon un poco de aceite en una sartén y, a fuego suave, deja que se doren las láminas de los calabacines durante 1 minuto por un lado y después otro minuto más por el otro, pero sin que se ablanden del todo. También puedes utilizar el horno, (que caliente por arriba y abajo), pero tardarás más porque hay que esperar a que se caliente.
  • Una vez que estén doradas las láminas, retíralas y espera que pierdan un poco el calor para manipularlas.
  • Si utilizas espinacas frescas, rehógalas en una sartén, o en una olla al vapor, hasta que se empiecen a cocer, pero solo unos minutos, para mantener al máximo su valor nutricional. Retíralas y resérvalas en un plato bien escurridas.
  • Coloca las láminas de calabacín sobre una bandeja, vierte por encima el queso cottage fresco o ricota y añade seguidamente las espinacas.
  • Enrolla los calabacines formando rollitos y colócalos en vertical sobre el plato.
  • Mezcla el aceite de oliva con las finas hierbas, agrega un poco de sal y viértelo sobre los rollitos.

¡Buenísimos!