La incontinencia urinaria es un problema de salud importante. Afecta a un 20% de las mujeres de entre 35 y 65 años. Un porcentaje que, a partir de los 75 supera el 40%. Pero la mayoría de las mujeres que lo sufren no lo cuentan porque les avergüenza, o creen que es una consecuencia natural de la edad y/o de los embarazos y partos que han tenido. Sin embargo, no es “normal”, y muchos casos podrían evitarse si se tomaran medidas de prevención, o solucionarse si se tratan correctamente. Así que siempre hay que acudir al médico, aunque sea muy leve.

Las causas pueden ser muy distintas: problemas en el cierre del esfínter urinario, en la coordinación de la musculatura de la vejiga, en el funcionamiento de los nervios o descenso de órganos pélvicos (prolapsos) debido a la falta de tono del suelo pélvico. Por ello, es fundamental que un especialista lo valore para decidir qué tratamiento puede ir mejor. Si es tu caso, debes consultarlo con tu ginecóloga/o, que conoce tu historial clínico, para que haga una primera valoración

La buena noticia es que muchas veces se puede solucionar con la ayuda de la fisioterapia, como ocurre en la atrofia vaginal asociada a la menopausia. En estos casos, es fundamental tratar primero ese problema, ya que están íntimamente ligados. El láser es una de las opciones con las que se trabaja, además de otras tecnologías cada vez más prometedoras. Su aplicación aumenta la elasticidad y consistencia del tejido, y suele funcionar muy bien ante problemas de falta de tensión e incontinencias leves «de esfuerzo» (cuando «se te escapa» al correr o hacer un esfuerzo).

A algunas mujeres les impone un poco su aplicación, porque se trata de una zona sensible. Para eliminar dudas, lo mejor es informarse bien y consultarlas. El tratamiento con láser en estos casos consiste en aplicar pequeños pulsos de energía sobre la mucosa. El objetivo es estimular la producción de colágeno y regenerar la zona vaginal y periuretral. Se realiza de forma ambulatoria y es prácticamente indoloro. En nuestro centro contamos con una Unidad especializada, la Unidad de Ginecología Regenerativa que lo aplica desde hace ya unos años.

Además de ayudar a contrarrestar las pérdidas de orina, la aplicación del láser tiene otros efectos positivos:  reconstituye el pH vaginal, mejora el tono y la lubricación de la vagina, disminuye la sequedad y la predisposición a sufrir un prolapso vaginal y reduce las molestias durante las relaciones sexuales.

¿Y cuándo se empiezan a notar los resultados? En general, es necesario realizar dos o tres sesiones separadas entre sí por un tiempo de un mes, aunque depende de cada caso. También es importante ser consciente de que sus efectos no son “eternos”. Pueden durar entre 6 y 12 meses. Hay que tener en cuenta que el tejido se va deteriorando de forma natural con el paso de los años, y que los resultados dependen de muchos factores: la causa de la incontinencia, la edad de la paciente, su historial clínico, sus hábitos, peso, su actividad… Por ello hay que ser muy realista con las expectativas. A menudo se aconseja combinar el láser con otras técnicas para optimizar los resultados.  

Si te interesa este tema, tienes o crees que podrías tener un problema de este tipo, infórmate. La ginecología regenerativa es una subespecialidad de la ginecología relativamente nueva que a veces se asocia solo a aspectos estéticos, pero va mucho más allá, ya que puede ayudar a tratar problemas de tipo nivel físico y funcional que tienen un impacto importante en la calidad de vida. ¡Así que, no tengas vergüenza y da el paso!