Como cualquier otro medicamento, los anticonceptivos hormonales tienen efectos secundarios. En general son poco frecuentes, pero es importante estar atenta. Uno de ellos es la sequedad vaginal. Se trata de un efecto que provoca molestias, como irritación, picor, dolor, escozor o descamación. También afecta a la calidad de vida: por ejemplo, algo tan sencillo como ponerse o quitarse un tampón puede resultar más molesto o doloroso, las relaciones sexuales pueden ser menos placenteras o podemos tener más tendencia a sufrir infecciones vaginales por hongos. Así que, aunque es un efecto que puede aparecer, no debe considerarse algo «normal» y hay que buscar una solución.

Pero ¿cuál es la causa? y ¿por qué afecta a unas mujeres y no a otras? “En primer lugar, porque no todos los anticonceptivos tienen la misma composición ni actúan del mismo modo”, explica la Dra. Clara López, ginecóloga de Dexeus Mujer. “Además, cada mujer es diferente y sus hábitos, etapa vital y circunstancias personales también”, añade, “y hay otros factores que pueden favorecer la sequedad vaginal, como la toma de algunos medicamentos, el estrés, el consumo de tabaco y alcohol o el uso de cosméticos inadecuados”. Por ello, siempre hay que consultar a un médico para que haga una valoración completa e individualizada de cada caso.

Los anticonceptivos hormonales más utilizados en nuestra sociedad son los orales combinados, que contienen estrógenos y progestágenos, dos hormonas femeninas. Estas hormonas reducen la testosterona circulante e inhiben la producción de estrógenos por parte de la mujer. Tanto la testosterona como los estrógenos participan en la hidratación y la lubricación vaginal y en el mantenimiento de una mucosa genital sana.

En los últimos años, se ha reducido la concentración de estrógenos de los anticonceptivos hormonales para reducir sus riesgos asociados, pero por contrapartida esto puede producir un aumento de la sequedad vaginal. En general, el DIU hormonal en principio no empeoraría la sequedad, al contrario, al no inhibir la ovulación, no altera tanto los niveles de estrógeno ni los tejidos y mucosas de la vagina.

Por otro lado, los métodos de sólo progestágenos tienen un efecto similar a los combinados respecto a la sequedad vaginal, porque inhiben de forma similar la ovulación y disminuyen los niveles de estrógenos también de forma parecida. En cuanto al anillo, tiene una dosis de absorción sistémica hormonal que es similar a los anticonceptivos orales, pero al ser las hormonas liberadas y absorbidas a nivel vaginal, algunos estudios parecen demostrar que provocan menos alteraciones a nivel de sequedad vaginal y relaciones sexuales dolorosas. 


¿Qué soluciones hay?


Cambiar de método anticonceptivo
. Se puede valorar un cambio a un anticonceptivo que contenga una dosis mayor de estrógenos; un anticonceptivo con otra vía de administración como el anillo vagina,l que podría conseguir una mayor concentración de hormona a nivel local, o a un anticonceptivo con efecto únicamente local y que no altere los niveles de hormonas a nivel general como el DIU hormonal. También se podría plantear el cambio a un método anticonceptivo no hormonal. Pero pide consejo a tu ginecólogo/a, para que valore tu caso y decida cuáles pueden ser las mejores alternativas. Además, es importante que el cambio de un método a otro se haga siguiendo unas pautas, así como hacer un seguimiento durante los primeros meses para ver la respuesta.

Hidratantes vaginales. Pueden ayudar, pero siempre hay que averiguar el origen del problema. A la hora de elegir es aconsejable utilizar preparados de base acuosa con un pH cercano al de la zona vaginal y compatibles con la mucosa genital femenina. Pide consejo a tu ginecólogo/a o en la farmacia, ya que en el caso de las cremas hidratantes hay productos específicos para la menopausia que incluyen compuestos que no son necesarios si no te encuentras en esta etapa.

Lubricantes. En el caso de los lubricantes, al ser usados para facilitar las relaciones sexuales, deben ser compatibles con la mucosa femenina y masculina y no comprometer la integridad del preservativo.

Higiene íntima. En ocasiones, un lavado excesivo de la zona genital puede empeorar el problema, a pesar de que usemos productos especialmente formulados para esta zona. La vagina y la vulva tienen su propia flora y un abuso de productos de higiene puede alterarla. Evita el uso de desodorantes y perfumes en la zona genital, ya que pueden resultar irritantes y agresivos.

Ropa interior transpirable. Usa ropa interior que facilite la transpiración, como el algodón.

Bebe agua. El agua que bebemos facilita la salud de todas nuestras células y también la de nuestras mucosas y tejidos. Cada día perdemos, aproximadamente, unos dos litros a través de la respiración, el sudor y la orina, y eso es algo que nuestro cuerpo debe reponer.

Buenos hábitos: No fumar, comer de manera saludable y utilizar productos que respeten el pH natural de la piel para la higiene íntima son algunas rutinas que ayudan.