La terapia hormonal sustitutiva (THS) o de reemplazo hormonal en la menopausia se empezó a utilizar hace décadas. Pero un estudio norteamericano publicado hace 20 años asoció su uso a un mayor riesgo de sufrir cáncer de mama y a problemas de salud cardiovascular. Esos datos hicieron saltar todas las alarmas y la terapia hormonal cayó en desuso. Sin embargo, ese estudio se llevó a cabo en mujeres con una media de edad de 63 años, sin tener en cuenta si tenían otros problemas de salud, y no se diseñó para evaluar el impacto riesgo-beneficio de la terapia hormonal para tratar los síntomas de la menopausia, si no que su objetivo era determinar el efecto preventivo de la terapia hormonal en enfermedades crónicas.

Posteriormente, los datos del estudio fueron analizados de nuevo por los mismos autores, que aportaron cambios importantes en sus conclusiones finales. Además, todas las guías nacionales e internacionales publicadas después, así como los comunicados de las sociedades científicas relacionadas con la menopausia indican que sus beneficios superan claramente los riesgos. Por ello, los expertos quieren normalizar su uso.

Este mes, un total de 21 sociedades médicas y científicas nacionales e internacionales, coordinadas por la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), han presentado un documento de consenso que defiende la seguridad y eficacia de la THS, ya que solo está contraindicada en algunos casos. Por este motivo, el documento también establece una serie de criterios para determinar qué pacientes pueden beneficiarse y cuáles no, ya que su uso no se puede generalizar.

Entre las sociedades que han elaborado este informe se incluyen la Sección de Ginecología Oncológica de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), la Sociedad Española de Oncología Médica, la Sociedad Española de Cardiología (SEC), la Sociedad Española de Senología y Patología Mamaria (SESPM), la European Menopause and Andropause Society (EMAS), la European Society of Gynecology (ESG) y la International Menopause Society (IMS), todas ellas de reconocido prestigio.

En este post, el responsable de la Unidad de Menopausia de nuestro centro, Dr. Pascual García Alfaro, amplía la información.

¿Es cierto que la THS aporta más beneficios que riesgos para tratar la menopausia? Sí, siempre y cuando la paciente presente una sintomatología que deteriore su calidad de vida, ya que es un remedio excelente para aliviar los síntomas que se asocian a esta etapa. No obstante, el tratamiento debe iniciarse antes de los 60 años y es fundamental que no hayan pasado más de 10 años desde el inicio de la menopausia, ya que es cuando aporta mayor beneficio que riesgo.  

¿Por qué los expertos han elaborado este documento ahora? Porque se dispone de estudios que avalan sus beneficios. Además, en estas últimas décadas se ha registrado un aumento de problemas como insomnio, sofocos, bajo estado de ánimo, deterioro cognitivo o alteración de la vida sexual asociados a la menopausia que podrían aliviarse con el uso de la THS. Estos problemas disminuyen la calidad de vida de las mujeres y afectan a su actividad en el entorno social, laboral, personal y afectivo.

¿Por qué no se recomienda la THS de forma general? Porque la menopausia es un periodo normal en la vida de la mujer que se manifiesta de forma diferente en cada una. Muchas pasan esta etapa sin síntomas o muy leves. En cambio, otras presentan una sintomatología que les condiciona su vida. Por lo que hay que estudiar cada caso y conocer muy bien cuál es el historial clínico, los antecedentes familiares y las circunstancias personales de las pacientes para decidir si puede ser útil, cuándo empezar, qué dosis hormonal es la correcta en cada momento y cuando es conveniente modificarla o abandonar la terapia.

¿En qué casos está claramente contraindicada y por qué? En caso de tumores hormonodependientes, como el cáncer de mama o el de endometrio, porque puede aumentar el riesgo de recidivas; en mujeres con migrañas con aurea, ya que también puede aumentar el riesgo de enfermedad cerebrovascular. Si hay problemas hepáticos activos, porque podrían agravarse al metabolizarse las hormonas en el hígado, y en mujeres con problemas de coagulación, porque podría aumentar el riesgo de una trombosis.

Se dice que es más efectiva si se aplica en los primeros años de la menopausia ¿es verdad? El momento en el que debe iniciarse depende de cada caso. Pero siempre debe hacerse antes de que hayan pasado 10 años desde la última regla. Cuando se inicia pasado ese tiempo se incrementa el riesgo cardiovascular. El secreto del éxito de la terapia hormonal es ofrecer un tratamiento individualizado a quien lo necesite y hacer el seguimiento para ir adaptándolo en función de la respuesta y la evolución de cada mujer durante esa etapa.

En mujeres jóvenes con menopausia precoz, ¿también se recomienda? Sí, precisamente en estos casos, y siempre que no haya contraindicaciones, puede resultar de gran ayuda para retrasar la enfermedad cardiovascular y la osteoporosis.

Al parecer, los ginecólogos que trabajan en menopausia son los que más lo prescriben. ¿Por qué? Probablemente porque están más sensibilizados o conocen en persona o más de cerca los problemas que puede comportar la menopausia y tienen información sobre sus beneficios y sus contraindicaciones. Además, hay que tener en cuenta que las mujeres de 50 o 55 años tienen todavía por delante muchos años por vivir, y lo que cuenta no es tanto seguir alargando la esperanza de vida, sino disfrutarlos en las mejores condiciones.

¿Qué tipo de hormonas se administran en la THS?, ¿son dosis más bajas o mejores que hace años? Desde luego. Habitualmente la THS combina estrógenos y progesterona o derivados con dosis bajas o ultrabajas.  Pero en algunasmujeres se administran solo estrógenos como es el caso de mujeres sin útero. El tratamiento siempre se prescribe de forma individualizada. En función de los síntomas predominantes, de la edad de la paciente, los antecedentes personales, si desea tener reglas o no y si tiene su deseo gestacional cumplido o no, a partir de ahí, se determina la combinación y la dosis que puede ser más beneficiosa en cada caso.

¿Qué cree que es importante para que se pierda el miedo y las mujeres no la rechacen? Esta iniciativa va en esa dirección, porque falta más información entre los propios profesionales, para que actualicen sus conocimientos en este ámbito, y también hacen falta más especialistas y unidades específicas que ofrezcan atención especializada a las mujeres que atraviesan esa etapa, y más concienciación y proactividad por parte de los médicos de familia y los ginecólogos para asesorar y acompañar a sus pacientes durante ese proceso. A medida que más mujeres la utilicen y comprueben sus beneficios, se irá normalizando su uso y el miedo irá desapareciendo.