Hoy se celebra el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres. Su objetivo es defender los derechos sexuales y reproductivos de la mujer a escala mundial.
Nuestro país es uno de los más avanzados de Europa en derechos reproductivos. Y también uno de los mejores en cuanto al acceso a servicios de atención médica. No obstante, un 30% de las mujeres españolas considera que no tiene una buena salud. Y la brecha de género en la autopercepción de la salud en España supera la media europea, según una encuesta reciente.
En esta autopercepción influyen condicionantes sociales y económicos, ya que muchas personas asocian salud a calidad de vida. Pero también el hecho de que no nos cuidemos lo suficiente: el estrés, una dieta inadecuada, el sedentarismo, la falta de horas de sueño, el consumo de tabaco o alcohol, el uso excesivo de fármacos… Además, muchas mujeres suelen esperar a tener síntomas graves para acudir al médico.
Para cambiar esta tendencia es importante ser consciente de que tener una buena salud es algo que en gran parte depende de una misma. Por ello conviene reforzar la prevención y cambiar algunos hábitos para mejorar el estilo de vida. En este post te indicamos 6 chequeos esenciales en salud ginecológica:
Ecografía vaginal. Es una prueba que permite visualizar los órganos reproductores femeninos, como el útero y los ovarios. Sirve para detectar irregularidades como miomas, pólipos, quistes o malformaciones, así como para evaluar la reserva ovárica, un indicador importante de la fertilidad.
¿Cuándo hacerla? Se realiza de forma rutinaria en la revisión ginecológica anual o cuando hay síntomas como irregularidades en la menstruación, dolor intenso durante la regla, sangrados anormales o si el médico lo considera necesario.
Citología. Es un examen que detecta cambios en las células del cuello uterino que podrían derivar en cáncer. La mayoría de estos casos están relacionados con la infección por el Virus del Papiloma Humano (VPH), una infección de transmisión sexual frecuente que, en muchas ocasiones, no presenta síntomas.
¿Cuándo hacerla? Se recomienda a partir de los 25 años de forma rutinaria en las revisiones ginecológicas anuales. En menores de 25 años que ya hayan iniciado su vida sexual generalmente no se indica la citología, pero sí el cribado de algunas infecciones de transmisión sexual (como clamidia).
Mamografía. Es la principal prueba para detectar precozmente lesiones en la mama, incluso antes de que sean palpables. Esto permite iniciar tratamientos en etapas tempranas, lo que mejora mucho el pronóstico y la posibilidad de curación. En algunas ocasiones, se complementa con una ecografía mamaria.
¿Cuándo hacerla? Para la población general se recomienda realizar mamografías a partir de los 50 años, cada 1 o 2 años. En ciertos centros, como Dexeus Mujer, el cribado puede iniciarse a partir de los 40 años para una detección más temprana.
Test de infecciones de transmisión sexual (ITS). Estas pruebas detectan infecciones que pueden afectar la salud reproductiva y general si no se tratan a tiempo, como clamidia, gonorrea, sífilis o VPH. Muchas ITS no causan síntomas, por eso es importante el diagnóstico temprano para evitar complicaciones como infertilidad o cáncer.
¿Cuándo hacerlo? Se recomienda hacer el test de clamidia especialmente en mujeres jóvenes sexualmente activas. También se aconseja realizar pruebas específicas si se ha tenido alguna relación de riesgo o si hay síntomas. La vacuna contra el VPH se aplica sistemáticamente antes de la pubertad, y si no te has vacunado, puedes consultar en tu centro médico para recibirla.
Analítica y control de la presión arterial. Medir niveles de colesterol, triglicéridos, glucosa, hemoglobina y otros parámetros ayuda a conocer tu estado general de salud y prevenir enfermedades como diabetes, hipertensión o problemas cardiovasculares. Controlar la presión arterial es fundamental para prevenir complicaciones. A partir de los 50 años, también es útil valorar la función tiroidea.
¿Cuándo hacerla? En personas sanas, un análisis general cada 1 o 2 años suele ser suficiente. A partir de los 40 años, se recomienda un control anual para detectar a tiempo cualquier alteración.
Densitometría. Es una prueba indolora que mide la densidad mineral ósea para diagnosticar osteoporosis y valorar el riesgo de fracturas. Es especialmente importante después de la menopausia, cuando la pérdida ósea se acelera.
¿Cuándo hacerla? Se aconseja a partir de los 50 años y después cada dos años, de forma regular. El intervalo puede ser o mayor o menor en función de los resultados. El médico te indicará cuándo repetirla.