Otoño es tiempo de setas, un alimento que da un toque especial a muchos platos, y que permite elaborar salsas deliciosas. En esta receta te proponemos hacer un paté en casa a base de champiñones, muy natural y fácil de preparar. Solo requiere un poco de tiempo porque hay que dejar en remojo las semillas durante unas horas para que se ablanden y le den una textura cremosa.

Los champiñones se pueden rehogar un poco en la sartén, si no quieres comerlos crudos. También puedes sustituir las pipas de girasol por semillas de sésamo, calabaza o nueces, si te gustan más. Combina muy bien con tablas de queso y verduras a la brasa. También se puede servir con crudités, como apio y zanahoria. Puedes tomarlo como tentempié o como entrante, con otros platos en una cena o picoteo informal.

El champiñón es un alimento que aporta pocas calorías. Después del agua, su principal componente son los hidratos de carbono. Dentro de las vitaminas, destaca su contenido en niacina (de hecho, es uno de los vegetales con mayor contenido en esta vitamina) y riboflavina. Estas vitaminas tienen un papel fundamental en regular la energía que nos mueve, y por eso su déficit se asocia al cansancio, la fatiga y la falta de fuerzas. También aporta minerales como el potasio, el fósforo y el selenio.

En cuanto a las semillas de girasol, son un alimento muy nutritivo y energético, pero rico en calorías, por su alto aporte de grasas. Sin embargo, sus grasas son insaturadas, que ayudan a rebajar los niveles de colesterol y regulan el sistema cardiovascular. También contiene calcio, hierro y potasio, un mineral que regula el sistema nervioso. Eso sí, las semillas para elaborar este paté deben ser naturales y en crudo, sin tostar y sin sal.

Ingredientes

  • 200 g de pipas de girasol
  • 150 g de champiñones
  • 40 ml de tamari
  • 40 ml de aceite de oliva
  • 1 diente de ajo
  • 1 cucharada de jengibre fresco rallado
  • Pimienta negra

Preparación:

  1. Coloca en un bol las pipas de girasol crudas y vierte el agua (debe ser mineral o filtrada) de manera que las cubra un par de dedos. Deben permanecer en remojo entre 4 y 8 horas. Además de ablandarlas, ayuda a activar sus nutrientes y a facilitar su asimilación.
  2. Pasado ese tiempo, acláralas, escúrrelas bien y resérvalas.
  3. Lava bien los champiñones, para eliminar toda la tierra y deja que se escurran.
  4. Una vez secos, corta los champiñones en forma de láminas. Si no te gustan crudos, deja que se rehoguen en una sartén con un poco de aceite de oliva virgen extra, pero sin que se frían, a fuego muy bajo y tapados.
  5. Coloca los champiñones en la batidora, añade las semillas y el resto de los ingredientes y tritura la mezcla, pero lentamente, y a poca velocidad, hasta que consigas una textura cremosa.
  6. Vierte la mezcla resultante en un bol y acompaña el paté con rebanadas de pan tostado o el que más te guste.
  7. Para conservarlo, siempre en nevera y mejor en un bote de vidrio de cierre hermético. De todos modos, es mejor consumirlo en unos dos o tres días como máximo.

¡Buen provecho!