“¿Cuántas veces lo hacéis a la semana?” Es una de las preguntas que se suelen hacer para averiguar si tienes una vida sexual activa y (se sobreentiende) satisfactoria. Pero, en cuestión de sexo, cuatro no siempre es mejor que dos, ya que en este caso lo que cuenta es la satisfacción personal, y si tienes pareja, la dinámica y sincronía entre ambos.

Por eso comparar no sirve de mucho, ya que la valoración debe hacerla uno mismo. Además, si echamos un vistazo a las estadísticas –solo por curiosear…– puede que te sorprenda averiguar que la idea de “soltero = más sexo” tiene algo de mito (aunque siempre hay excepciones, claro), ya que, en general, las personas que no tienen pareja estable tienen relaciones sexuales con menor frecuencia que las que están casadas, y estas últimas menos que las parejas que viven juntas. Al menos eso dicen los resultados de las encuestas que recoge el Statistic Brain Research Institute, que, por cierto, también indican que una mujer tiene, de promedio, cuatro parejas sexuales a lo largo de su vida, mientras que un hombre siete.

Los datos entran dentro de lo que se espera, ya que, en general, se considera que los hombres piensan más en sexo y tienen una mayor necesidad física de tener relaciones sexuales. Pero es un mito que las mujeres tengamos menos deseo. Lo que ocurre es que, tradicionalmente, se ha silenciado ese impulso por una cuestión de roles sociales, y también porque nuestros intereses y preferencias en relación a la actividad sexual son diferentes.

Lo que sí es cierto es que en las mujeres el deseo sexual es más fluctuante, porque los cambios hormonales que se producen durante la menstruación, el embarazo, el puerperio y la menopausia pueden influir en nuestra predisposición.

Sin embargo, la falta de deseo que experimentan muchas personas, en general, y las mujeres en particular “a menudo se deben más a cuestiones psicosociales como la rutina, el estrés, la falta de satisfacción o de comunicación y tiempo para la pareja, que a una disfunción sexual” explica la Dra. Mª Fernanda Peraza, uro-andróloga especialista en medicina sexual de Salud de la Mujer Dexeus. “No obstante, si la falta de deseo se alarga más de seis meses, o provoca insatisfacción en uno o ambos miembros de la pareja, es importante consultar el problema”, añade.

En realidad, el motor del deseo sexual está en el cerebro. “Puedes querer mucho a tu pareja, pero el amor no es sinónimo de buen sexo, porque el sexo no está ligado al apego ni al cariño, sino a la emoción, la atracción física y la innovación”, explica la Dra. Peraza. Por eso es importante crear situaciones nuevas y buscar la forma de encenderla chispa”. En este post te ofrecemos algunos consejos para conseguirlo:

Sé sensual: es una cuestión de actitud. Consiste en tener presente nuestra sexualidad de forma natural.

-Mantén tu independencia: la existencia de un cierto espacio (sano) entre las parejas alimenta la erótica.

Pon en marcha la imaginación: piensa en encuentros y situaciones que estimulen tu deseo y compártelas con tu pareja.

Renueva tu relación: cambiar algunos aspectos o costumbres que puedan crear rutinas y evitar que otros se den por sentados aumenta la motivación,  renueva el interés y puede estimular el deseo.

Emoción y aventura: son dos factores que juegan un rol importante en el deseo, que no tiene nada que ver con el apego y la seguridad, Así que, si quieres rescatarlo, crea situaciones nuevas e inesperadas: una cena, un mensaje o un viaje pueden surtir efecto.

¿A qué esperas…?