Septiembre es el mes de la vuelta al cole. Pero en la mayoría de las comunidades autónomas los niños no empiezan las clases hasta el día 8 o el 12. Por lo que durante una o dos semanas las madres y padres trabajadores tenemos que apuntarlos a alguna actividad para mantenerlos “ocupados”, a ser posible que les guste, no esté muy lejos de casa y sea asequible. O bien pedir ayuda a abuelos, familiares y amigos para que los “adopten” temporalmente.

El mismo problema ocurre en verano, cuando acaban las clases y tenemos que “llenar su tiempo”. Ofertas hay, pero sus vacaciones duran más de dos meses y los campamentos, campus o estancias solo 15 o 30 días (y contando que nos podamos permitir el gasto extra), mientras que las nuestras, con suerte y tirando largo, entre 20 y 30.

La historia se repite cada año, y, en realidad, cada día, porque la mayoría de los padres que trabajan a tiempo completo tienen jornadas laborales de ocho horas diarias. Así que, cuando son pequeños, conciliar es casi una misión imposible, porque sus horarios escolares no son compatibles con los nuestros, atenderlos requiere tiempo y la flexibilidad laboral sigue siendo una utopía en muchos casos.  Nada que ya no sepas si eres madre y trabajas a jornada completa.

Pero no hay que tirar la toalla. Conciliar sí es posible, o al menor intentarlo. En algunos países de la UE, se han incorporado medidas que favorecen el equilibrio entre la vida laboral y familiar así como la corresponsabilidad paterna en el cuidado de los hijos. Suecia es uno de los mejores ejemplos: la duración del permiso de paternidad es de 480 días e igual al de maternidad, y con una retribución que alcanza casi el 80% del salario durante gran parte de ese tiempo. En España en cambio, el hombre solo tiene derecho a un permiso máximo de 15 días (o 20 en el caso de familia numerosa o tener a cargo alguna persona con discapacidad), y, en general, la responsabilidad del cuidado de los hijos recae, mayoritariamente, en la mujer, que a menudo opta por pedir la jornada reducida y/o renunciar a proyectos profesionales para asumir esta tarea.

Parental-leave

Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) lo corroboran: curiosamente los hombres con dos hijos menores de 12 años son los que presentan una tasa de empleo más alta (81,7%), mientras que en el caso de las mujeres, a medida que se incrementa el número de hijos menores de 12 años, disminuye la tasa de empleo. Para las mujeres de 25 a 49 años sin hijos de edades comprendidos en esa franja, la tasa de empleo en el año 2014 era de 67,8%. Con un hijo menor de 12 años, la tasa se reducía al 62,4% , con dos al 61,4%, y con tres hijos o más el valor era de 44,2%.

Las largas jornadas laborales tampoco ayudan. Según datos de la OCDE, en España se trabaja, de promedio, casi 1.700 horas al año. Mientras que en Alemania, Holanda, Noruega, Dinamarca o Francia, el número de horas trabajadas al año se encuentra entre las 1.300- 1.475, de promedio, por trabajador.

El efecto más directo de esta realidad es que el tiempo que podemos dedicar a la familia se reduce, y consecuentemente, también el número de hijos, como demuestran diversos estudios y encuestas, un hecho que afecta no solo a las mujeres españolas sino a otras madres europeas y de otros países.

Para aumentar la concienciación social sobre este problema y tratar de cambiar las cosas, el club de Malasmadres  lanzó en octubre del año pasado la campaña #YoNoRenuncio. Una iniciativa que ya ha recaudado 295.000 firmas a través de la plataforma change.org. Su próximo reto es hacer hincapié en la necesidad de la corresponsabilización paterna y social en el cuidado de los hijos, que ya se está moviendo en redes.

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