La citología es una prueba habitual en la revisión ginecológica. Seguro que te la has hecho alguna vez. Su objetivo es detectar de forma precoz lesiones o alteraciones en las células que alerten del posible desarrollo de un cáncer de cuello uterino. Este tipo de cáncer ginecológico no es el más frecuente. Sin embargo, más del 80% de los casos están asociados al virus del papiloma humano (VPH), una infección de transmisión sexual que se contagia muy fácilmente y que no siempre provoca síntomas.

La mayoría de las personas que tienen relaciones sexuales ha estado en contacto con el VPH, al menos en algún momento de su vida. Pero muchas ni se dan cuenta, porque lo normal es que las defensas eliminen el virus en unas semanas y la infección pase desapercibida. No obstante, en algunos casos puede permanecer latente o hacerse crónica y provocar lesiones que, si no se controlan o tratan a tiempo, podrían derivar en un proceso canceroso. Por ello es fundamental hacer revisiones de control y pruebas como la citología.

Lo normal es que no haya ningún problema. Pero, ¿qué ocurre cuando sale alterada? “En esos casos, lo primero que debes hacer es estar tranquila, ya que una citología alterada no es sinónimo de cáncer de cuello uterino. De hecho, solo es un aviso de que puede haber alguna infección o alteración que en primer lugar hay que confirmar, y en segundo lugar tratar, si es que es necesario“, explica la Dra. Alicia Úbeda, consultora del Servicio de Ginecología de Dexeus Mujer. A veces, no hace falta ni eso, ya que las lesiones que provoca el VPH desaparecen por sí solas. “Lo importante es detectarlas cuanto antes y controlar su evolución”, añade.

Y ¿qué protocolos se suelen seguir para determinar si se trata de una lesión importante o no? Ante todo, hay que confirmar si efectivamente las irregularidades detectadas están relacionadas con el VPH. Para ello es necesario realizar una prueba específica. Si el resultado es positivo, y se sospecha que las lesiones detectadas pueden ser precancerosas, es probable que tu ginecóloga/o decida llevar a cabo una colposcopia. Si nunca has oído hablar de esta prueba, ¡no te asustes! Se realiza en la consulta y consiste en observar el cuello del útero con aumentos a través del microscopio tras aplicar unas tinciones. Si tras el examen ve alguna zona diferente, podrá practicar una biopsia. La muestra de tejido se analizará para confirmar o no los resultados de la citología. Apenas dura 5-10 minutos. Tras la prueba es posible sangrar un poco. Pero si ocurre, el sangrado es mínimo.

Asimismo, una citología anormal también puede indicar la presencia de otro tipo infecciones, provocadas por hongos o bacterias. En estos casos, y para confirmar el diagnóstico, hay que obtener una nueva muestra en fresco en la consulta para realizar un cultivo vaginal y/o test moleculares, como la PCR. Este tipo de infecciones no revisten gravedad y se pueden tratar con antibióticos.

Dexeus Mujer incorpora una nueva técnica que agiliza el diagnóstico

Habitualmente, en la citología se extraen y analizan células del cuello uterino y de la vagina, (células del exterior del útero, del interior del cuello uterino y también de la vagina). Recientemente, y para mejorar tanto el análisis como agilizar la obtención de resultados, nuestro centro ha incorporado una nueva técnica: la citología líquida digitalizada. Se trata de una iniciativa pionera en un centro hospitalario privado, y es un sistema automatizado que utiliza unos algoritmos de inteligencia artificial para clasificar las imágenes y distinguir las muestras de células normales de las que se apartan “de la normalidad”. Esta técnica permite ahorrar tiempo a los especialistas que estudian las muestras y ofrecer un diagnóstico más rápido. Además, también hace posible conservar células para posteriores análisis, si son necesarios, lo que evita molestias a las pacientes.

¿Te ha resultado útil este post? Esperamos que sí. De todos modos, cada caso es diferente, así que si tienes cualquier duda consulta siempre a tu ginecólogo/a.