El prolapso uterino ocurre cuando los músculos y ligamentos del suelo pélvico se estiran y debilitan, por lo que dejan de ser un mecanismo de sujeción adecuado para el útero, en consecuencia, el útero se desliza hacia la vagina y en algunos casos sobresale de ella. También se puede producir un descenso de la vejiga (cistocele) y/o el recto (rectocele).

Los antecedentes obstétricos, tener estreñimiento crónico, el sobrepeso y los deportes de impacto pueden favorecer su aparición.

Además, aunque se cree que es un problema que afecta a las mujeres que han tenido hijos, también puede producirse en mujeres que no los hayan tenido, por ello es importante hacerse revisiones ginecológicas anuales.

En nuestro centro contamos con una Unidad especializada en Fisioterapia del suelo pélvico, así como una amplia experiencia en el tratamiento de este problema. Por la que puedes solicitar una consulta para que puedan valorar el estado de la musculatura de esta zona.

En este post, nuestro equipo de fisioterapeutas y ginecólogos/as responde a algunas cuestiones básicas y ofrece consejos útiles.

¿Qué puedo hacer para prevenirlo?

Existe una rutina de ejercicios específicos para fortalecer la musculatura del suelo pélvico, que también contribuyen a prevenir la incontinencia urinaria de esfuerzo y favorecen unas relaciones sexuales óptimas.

Tras el embarazo, es muy recomendable realizar un control sobre el estado del suelo pélvico por un fisioterapeuta especializado. Es igualmente recomendable hacerlo también tras una cesárea, ya que el aumento de peso materno y el peso fetal, pueden variar la calidad del mismo.

Importante: No debes realizar ningún tipo de actividad física hasta pasadas seis semanas tras el parto y antes de empezar es necesario contar con la autorización de tu ginecólogo/a obstetra.

¿Cómo puedo saber si tengo un buen tono muscular?

En nuestro centro, las fisioterapeutas comprueban el tono del periné a través de diversas técnicas:

Testing muscular: se trata de una prueba de coordinación, que permite realizar una valoración de la calidad de la musculatura del suelo pélvico.

Técnicas de relajación: ayudan a la distensión y a la buena ejecución de los ejercicios.

Biofeedback perineal: consiste en colocar una sonda vaginal que transforma la contracción voluntaria del periné en señales visuales y auditivas, lo que permite una autocorrección y una mejora de la calidad de la misma.

Electroestimulación funcional: ayuda a activar la musculatura del suelo pélvico y se utiliza cuando es necesario como técnica  de apoyo coadyuvante.

Presta atención a cualquier síntoma

Es importante, que ante la aparición de cualquier síntoma, informes a tu médico, que, en función de cada caso te derivará a un/a fisioterapeuta especializada en suelo pélvico o te indicará el mejor tratamiento. Algunos de estos síntomas pueden ser una señal de aviso o aumentar la predisposición a que surja algún problema: pequeñas incontinencias, sensación de peso vesical o de bulto genital, trastornos urinarios, dificultad y dolor durante las relaciones sexuales.

¿Cuándo es necesaria la cirugía?

En los prolapsos hay diferentes grados. Desde la fisioterapia se puede ayudar si están en un grado inicial Iº o IIº. En estos casos se pueden utilizar diferentes técnicas para reeducar la estabilidad pélvica. En la primera visita es muy importante explicar a la paciente qué es el suelo pélvico y sus funciones y que sepa que no trabaja sólo.

El tratamiento que se realiza en la consulta es global: reeducamos la postura, la respiración, los hábitos (gestión de esfuerzos), y explicamos cómo practicar deporte protegiendo el periné. Además de reeducar la postura es importante mejorar la faja abdominal para evitar un exceso de presión en la cavidad pélvica. Para conseguirlo, hay que realizar gimnasia abdominal hipopresiva y ejercicios controlando la respiración. De esta forma se trabaja la musculatura profunda del abdomen y con su activación también se activan los músculos del suelo pélvico de forma refleja. Con la ayuda de un sistema electrónico que permite visualizar en tiempo real tus ejercicios (biofeedback ), sentirás y verás en una pantalla como contraes y relajas tu suelo pélvico. Otros casos de inestabilidad pélvica precisan de terapia manual y técnicas miofascialessuperficiales y profundas, que actúan sobre las fibras que conectan las cadenas musculares

En caso de estar más avanzado es el ginecólogo es quien indicará si la cirugía es necesaria, explicando a la paciente las distintas técnicas quirúrgicas e indicando cual es la más adecuada para cada caso.

La vía de abordaje clásica es la vaginal, pero hoy en día la vía principal es la laparoscópica. Sus resultados son más anatómicos, más funcionales y más duraderos. La técnica consiste en introducir una cámara a través del ombligo y realizar 3 pequeñas incisiones de 5mm en el hemiabdomen inferior. A través de estas pequeñas vías de entrada se recolocan los órganos en su sitio y se fijan a un ligamento que pasa delante de la espalda por medio de una malla de polipropileno. Se trata de una vía mínimamente invasiva, muy bien tolerada por las pacientes. La estancia hospitalaria es de 24-48 horas. En general, durante la primera semana la paciente puede recuperar bastante movilidad, pero durante todo el primer mes es recomendable evitar esfuerzos ni levantar peso.

A la hora de operarse, es importante tener la tranquilidad de hacerlo en un centro con un alto volumen de casos y una experiencia de mucho tiempo, lo cual es importante para obtener los mejores resultados a corto y a largo plazo.

Si tienes dudas o algún problema de este tipo, no dudes en contactar con nuestro equipo de fisioterapeutas y ginecólogos/as.