A todas nos preocupa la aparición de las primeras arrugas o de las primeras canas. Pero pocas veces nos preguntamos cómo afecta el paso del tiempo a nuestro corazón o a otros órganos de nuestro cuerpo, y mucho menos a los ovarios. Sin embargo, el ovario es uno de los órganos que más pronto envejecen. A los 30 años ya empieza el deterioro, y a partir de los 35 ese proceso se acelera progresivamente.

Por ello, desde el punto de vista biológico, los médicos consideran que a partir de los 35 años una mujer ya es “mayor” para ser madre. El problema es que actualmente, al menos en Occidente y especialmente en nuestro país, pocas mujeres se plantean ser madre antes de los 30 años, y muchas lo intentan cuando se acercan a los 40. De ahí que cada vez sean más las que tienen problemas de fertilidad. El retraso de la maternidad, por lo tanto, es uno de los principales motivos de que hayan aumentado esos problemas.

Contra el reloj biológico no podemos luchar. Sin embargo, es importante que las mujeres seamos conscientes de ese declive, y también que intentemos estar mejor informadas, ya que muchas descubren que tienen problemas cuando ya es demasiado tarde. En este post te explicamos algunos datos curiosos sobre el envejecimiento ovárico, con el asesoramiento de nuestros especialistas en Medicina de la Reproducción y Xus Murciano, responsable de la Unidad de Nutrición de Dexeus Mujer.  

  1. ¿Por qué envejecen tan rápido los ovarios? Hasta no hace mucho, no se conocían exactamente los mecanismos. Pero hace un par de años, un equipo de científicos de Estados Unidos y China observó que el envejecimiento ovárico está causado por un estrés oxidativo, que se acentúa con el paso de los años, porque los genes implicados en activar las defensas celulares frente a estos daños disminuyen su actividad. Por otro lado, existe una relación directa entre una mayor tasa de alteraciones cromosómicas embrionarias a mayor edad de la mujer. Esta tasa empieza a aumentar de forma exponencial a partir de los 35 años. Eso hace que cueste más concebir de forma espontánea y que aumente la tasa de aborto a partir de esa edad, y mucho más a partir de los 40 años.
  2. ¿Qué es exactamente el “estrés” oxidativo? Es un fenómeno natural, que no podemos evitar. Para explicarlo de forma sencilla, podemos decir que nuestras células realizan diversas funciones en las que se producen reacciones biológicas. Estas reacciones son necesarias para la vida celular, pero provocan la formación de unas moléculas muy reactivas: los radicales libres, (¡seguro que has oído hablar de ellos!). Por suerte, estas moléculas tienen una vida muy corta y enseguida desaparecen. Pero durante el tiempo en el que están activas, reaccionan con todo lo que les rodea. Por ello, con el paso de los años, pueden tener efectos negativos, ya que pueden provocar alteraciones en el material genético (ADN) y otras estructuras celulares.
  3. ¿Se puede frenar este envejecimiento? Frenar no. Pero sí ralentizar. Para entenderlo hay que comprender por qué envejecemos: la explicación fisiológica es que nuestro organismo funciona manteniendo un equilibrio dinámico entre los procesos de degradación y la reparación de los mismos. Cuando se produce una ruptura en ese equilibrio, envejecemos. En ese proceso intervienen elementos muy variados, como la herencia genética, nuestros hábitos de vida y factores ambientales (contaminación, la exposición a radiaciones, etc.), que pueden incidir de manera positiva o negativa en cada lado de la balanza. Si queremos ralentizar este proceso, por lo tanto, es fundamental evitar en lo posible el daño oxidativo, y reforzar la acción reparadora. En el caso de los óvulos, su crecimiento y maduración depende del funcionamiento correcto de diferentes tipos de células ováricas, que producen las hormonas y nutrientes necesarios para su desarrollo. Si están dañadas, pueden producirse alteraciones. Por otro lado, nuestro sistema reproductivo y las células sexuales, en particular, son especialmente sensibles a la exposición a sustancias nocivas como el tabaco, el alcohol, las radiaciones y agentes químicos o tóxicos ambientales.
  4. ¿Es verdad que una dieta rica en antioxidantes puede ayudar a ralentizar el envejecimiento y reparar estos daños? No hay dietas “milagro” aunque sí que es recomendable incluir en nuestra alimentación frutas, verduras, legumbres y otros alimentos ricos en compuestos y vitaminas de acción antioxidante. Pero el secreto para envejecer de forma saludable es una buena prevención: evitar el sedentarismo, mantener una vida activa y basar nuestra alimentación en productos naturales y frescos, de proximidad y temporada, ya que con los años nuestro metabolismo se enlentece y necesitamos comer menos cantidad y más calidad en los alimentos.
  5. Hacer deporte ¿es útil, o puede aumentar el “desgaste” celular? Es una cuestión de sentido común: hay que hacer ejercicio, pero siempre sin forzar nuestro cuerpo. Por ello la actividad física debe adaptarse a la edad y a nuestras condiciones físicas. En general, en mujeres se aconseja una hora diaria. La regularidad y la constancia es fundamental.

De todos modos, la salud de nuestro sistema reproductivo no depende solo de mantener unos buenos hábitos de vida. Las infecciones, los desequilibrios hormonales, algunas enfermedades o alteraciones genéticas e incluso una baja reserva ovárica pueden condicionar su funcionalidad y nuestra fertilidad. Por ello es importante hacerse revisiones de control y contar con el apoyo de un/a ginecóloga/o de confianza al que podamos consultar cualquier duda.