¡Ya estamos en casa!

En los últimos meses de embarazo, y especialmente cuando se acerca el día del parto, estamos deseando que todo pase muy rápido y llegue el momento feliz de estar ¡por fin! en casa con “el polluelo en el nido”. Y sí, el momento llega, pero a la felicidad se añade el estrés, porque un bebé requiere atención las 24 horas del día, y si, además, tú no descansas y no tienes experiencia, hay momentos de muchas dudas y situaciones imprevistas que pueden hacer que te sientas insegura, te pongas nerviosa o de pronto te dé el bajón, sobre todo durante los primeros días.

Es normal, ya que tanto tú como el bebé tenéis que adaptaros a la nueva situación. Así que, date tiempo. Son días (y noches) muy largos e intensos, pero también tienen momentos increíbles, por lo que debes intentar disfrutarlos al máximo.

En este post, la pediatra del Hospital Universitario Dexeus, Mati Viñas, nos explica de forma muy amena y sencilla los cuidados que necesita el bebé durante los primeros días ¡así te sentirás un poco más segura y tranquila!

  1. Cambio de pañal: Si no lo has hecho nunca, puede parecer difícil, pero enseguida se le coge el truco. Necesitarás un cambiador (mejor que esté plastificado, porque así lo lavas fácilmente si se mancha) y un mueble con cajones donde tener todo a mano: bodies, pañales, toallitas o gasas con agua…

La maniobra es fácil: con el bebé tumbado boca arriba lo desnudas de cintura para abajo, desabrochas las cintas de los pañales y retiras la parte delantera. Con una mano hay que coger las piernas del bebé por los tobillos y levantarlas, para limpiar primero por delante y luego por detrás con una esponja con agua, poniendo atención en todos los repliegues (para eso los niños son más fáciles que las niñas) Pero ¡cuidado!, porque suelen aprovechar este momento de “libertad” para hacer pipí.

Una vez limpio, sécale bien con una toallita y coloca el pañal limpio y abierto debajo del bebé, y abróchaselo. Las cintas adhesivas no deben quedar sueltas, pero tampoco apretadas, comprueba que el pañal le recoge bien las piernas para evitar “escapes”. El ombligo debe quedar siempre al aire y destapado. Muy importante: no le dejes nunca solo en el cambiador ni encima de la cama (ruedan y podría caerse). Si tienes que ir a buscar algo, el bebé se va contigo.

 

  1. La piel del bebé. Los bebés recién nacidos, en general, no necesitan cremas. Tampoco hay que ponerles colonia, perfumes, talcos en polvo o irritantes, ni debes lavar su ropa con suavizantes. La crema para el culete solo debes aplicarla si tiene la piel irritada. Si se le irrita con facilidad es posible que tenga la piel muy sensible, no le pongas bien el pañal o necesita que se lo cambies con más frecuencia. Si tienes dudas o no mejora, consulta a tu pediatra, para que te recomiende qué debes hacer.  Algunos recién nacidos tienen restos de una capa de grasa protectora que se llama vérnix caseoso. Es normal y no hay que quitarla. Se reabsorbe poco a poco.

 

  1. El ombligo. Hasta no hace mucho se recomendaba utilizar alcohol para desinfectar la zona, pero se ha visto que se infectan menos y se caen antes si hacemos “cura seca”. Pero eso no quiere decir que no tengas que hacer nada, sino que debes asegurarte que siempre está seco y limpio, y que cada vez que le cambias el pañal no se ha mojado o manchado. Si está limpio y seco, basta con dejarlo fuera del pañal, y listo. Si se ha manchado, hay que lavarlo con una gasita y suero fisiológico, secarlo y dejarlo al aire. Cuando curamos así los ombligos pueden quedar algo más blandos durante un tiempo. Lo importante es que no huela mal y que no se ponga rojo alrededor. Si eso pasa, hay que acudir de inmediato al pediatra o a urgencias para que lo valoren. El cordón suele caer por si solo entre 7-15 días después del parto.

 

  1. La ropita. Lo importante es que sea ropa cómoda, idealmente de algodón o fibras hipoalergénicas, lavada antes del primer uso y sin mezclarla con la ropa de los mayores, y sin utilizar suavizante. Hay que evitar que tenga botoncitos y ornamentos pequeños que se puedan soltar y puedan hacer que se atragante, así como lazos. Debe irle holgada pero no muy grande.

Como no regulan bien la temperatura durante las primeras horas, puedes ponerle algún gorrito de algodón muy fino los primeros días. También hay que tener un arrullo suave tipo muselina o algodón fino para taparle cuando les damos de comer o los tenemos encima, y otro más gordito para la cuna. En general, los primeros días tienen las manos y los pies más fríos, es normal.

Recuerda que los bebés no sudan, así que hay que controlar la temperatura ambiente, evitando que haga mucho frío o calor en casa. Si le ves muy rojo y está irritable y llorón, puede ser que tenga calor. Quítale alguna prenda. Por lo general, con ponerles una capa más que a nosotros es suficiente. Si los tenemos en brazos les transmitimos calor, así que podemos destaparlos un poquito más.

 

  1. Los paseos. Son imprescindibles, el bebé necesita que le dé el aire y tú también (igual o más). ¿Cuándo empezar? Desde el primer día, excepto en el caso de que haya una ola de calor extremo o de frío o sean prematuros (entonces hay que esperar un poquito más, hasta que lleguen a término). Eso sí, hay que tener en cuenta algunas cosas. Debemos escoger días soleados, o por lo menos sin lluvia o viento. Saldremos a pasear un ratito, al aire libre. Evitando las horas de máximo sol en verano y buscando horas con menos frío en invierno.

A veces, pensamos que será mejor en sitios cerrados, calentitos… Pues no. Allí se acumulan virus con muchísima facilidad, aunque sean espacios amplios. Especialmente en los meses de invierno. Lo ideal es pasear por la calle, en el parque, evitando lugares con mucha gente y procurando que los que nos encontremos al paso no cojan ni toquen al bebé. Por eso, si tiene un hermano/a más mayor, intenta evitar llevarlo al cole para recogerlo (no es que seamos antisociales, pero es lo mejor para protegerlo y ahorrarle algún que otro virus, hasta que sea más mayorcito).

Otra cosa importante: nunca lo expongas directamente al sol. Para eso, lo más cómodo es un arrullo para tapar el cuco o el cochecito, una sombrilla también ayuda. Si son más mayorcitos, podéis ponerles una gorra y crema solar protección 30-50. Pero la crema es para evitar que los reflejos les quemen, no para que “tomen el sol”.

Y recuerda: ¡disfruta mucho del tiempo que pases con tu bebé, ese tiempo es como tu hijo: único e irrepetible!