El cáncer de cérvix o cuello uterino tiene una baja incidencia, pero en España ocupa la cuarta posición en el ranking de cánceres que son más frecuentes en mujeres, tras el de mama, colon y recto. Así que no hay que restarle importancia ni bajar la guardia. La buena noticia es que gracias a las revisiones ginecológicas de control y mediante la citología se puede detectar fácilmente cualquier irregularidad en el cuello uterino y actuar en consecuencia.

La citología es una prueba muy sencilla que consiste en extraer y analizar una muestra de células del cuello uterino. En nuestro centro se realiza una triple toma cervicovaginal para analizar células del exterior del útero, del interior del cuello del útero y también de la vagina. El objetivo es detectar cambios celulares que puedan ser indicativos del desarrollo de un cáncer de cuello de útero o derivar en su desarrollo (lesiones precancerosas).

Pero si la citología te sale alterada no te alarmes, porque no significa que tengas cáncer. “De hecho solo es un aviso de que puede haber alguna infección o alteración que primero hay que confirmar y posteriormente tratar”, explica la Dra. Anna Asturgó, especialista en Patología cervical e Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) de Dexeus Mujer. A veces no es necesario tratarlas, ya que las lesiones desaparecen por sí solas. La razón es que la mayoría de los diferentes tipos de cáncer que afectan al útero, la vagina y el área ano-genital tienen su origen en el virus del papiloma humano (VPH), una infección de transmisión sexual muy frecuente que suele pasar desapercibida ya que a menudo no provoca síntomas y nuestras defensas la eliminan de forma natural, antes de que pueda causar daño.

Por eso es fundamental que acudas a tus revisiones anuales, ya que son la mejor manera de prevenir cualquier problema si tienes relaciones sexuales, tanto si has utilizado preservativo como si no, ya que te puedes contagiar del VPH si tu piel o tus mucosas entran en contacto con la zona genital de una persona infectada. Si no has utilizado protección, habrá que hacer otras pruebas para descartar que te hayas infectado de otras ITS.

En nuestro centro tenemos previsto implantar un sistema más rápido y de alta sensibilidad para detectar la presencia del VPH mediante una técnica denominada “reacción en cadena de la polimerasa (PCR)”, que permite confirmar si hay material genético del virus. La extracción de la muestra celular se haría de la misma manera que una citología. Se prevé ofrecerla a mujeres a partir de los 30 años. La ventaja es que si da negativo no sería necesario repetirla hasta pasados cinco años.

Además de realizar revisiones ginecológicas de control, otra medida preventiva es la vacuna contra el VPH, que, aunque no impide la transmisión del virus y la infección, protege frente a su permanencia y la posibilidad de que acabe provocando lesiones precancerosas o derive en un cáncer.

En Cataluña la vacuna se aplica en las escuelas de forma sistemática a todas las niñas preadolescentes que cursan 6º de primaria, y desde hace un año también a los niños de la misma edad. Una iniciativa que hace tiempo que los expertos recomendaban para frenar la expansión del VPH y otros tipos de cáncer asociados a la infección del virus del papiloma por vía sexual. Se ha demostrado que la mayoría de los cánceres del área ano-genital en el hombre y en la mujer (cáncer de ano, cáncer de vagina, cáncer de pene, cáncer de vulva) y un 70% de los cánceres de cavidad oral y faringe en ambos sexos se deben a una infección persistente del VPH.

Si no te has vacunado, infórmate. En Dexeus Mujer contamos con un Programa de vacunación específico contra el VPH dirigido tanto a mujeres jóvenes como a adultas, que es extensivo a los hombres, tanto a preadolescentes, como jóvenes y adultos.

Qué debes saber sobre el Virus del Papiloma Humano
No todos los Virus del Papiloma Humano (VPH) provocan cáncer. Hay más de 150 tipos o “cepas” y aunque todos son contagiosos la mayoría solo causan verrugas. Se transmiten por contacto directo piel con piel, mucosa con mucosa o mucosa con piel y pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, aunque son más frecuentes en pies y manos. Entre los que se transmiten por vía sexual, solo algunos se consideran de alto riesgo (14) y de ellos únicamente dos – el VPH16 y el VPH18– son los causantes de la mayoría de los tipos de cáncer asociados.
Se pueden transmitir por contacto vaginal, anal y bucal, por lo que el sexo oral sin protección también es una práctica de riesgo. La mayoría de la población que tiene relaciones sexuales ha estado infectada o en contacto con el VPH genital, pero a menudo la infección pasa desapercibida y no da síntomas porque nuestras defensas eliminan el virus de forma natural, como ocurre con los virus de los resfriados. Pero si tenemos un sistema inmunológico deprimido o nuestras defensas no logran combatir el virus, la infección puede persistir y provocar crecimientos anormales de células que pueden convertirse en un cáncer. Estos crecimientos se denominan lesiones precancerosas y hay que hacer un seguimiento de control y, si es necesario, tratarlas para evitar que proliferen y conseguir que desaparezcan.

¡Esperamos que este post te haya resultado útil! Si quieres ampliar la información sobre la vacuna o el VPH, contacta con tu ginecólogo o ginecóloga.