Aunque no siempre se consulta, sentir dolor en el momento de la penetración durante las relaciones sexuales es un problema muy común y no debe ser considerado nunca como normal. Puede afectar a mujeres de todas las edades y aunque puede ser provocado por diversas razones, una de las más habituales es la contracción involuntaria de los músculos del suelo pélvico. Esta contracción se denomina comúnmente vaginismo, y provoca el cierre parcial o total de la vagina, lo que, además de dolor, impide la penetración. En este post explicamos cómo tratar este problema y qué otras causas pueden provocar dolor en el momento de la penetración.
- Vaginismo
El vaginismo puede hacer que sea doloroso, difícil o imposible tener relaciones sexuales, realizar un examen ginecológico o colocar un tampón. Se trata de una disfunción sexual y por ello, se debe consultar y tratar, ya que puede ser un síntoma indicativo de otros problemas de salud ginecológica (endometriosis, inflamación pélvica, miomas, infecciones de transmisión sexual, estenosis vaginal…). Aunque también puede ser consecuencia de experiencias sexuales previas negativas, falta de deseo, una educación represiva en la infancia o la adolescencia, problemas de sequedad vaginal – muy frecuentes a medida que se aproxima la edad de la menopausia – o, simplemente, el miedo a un embarazo.
A menudo, la causa del vaginismo es una mala primera experiencia, por miedo a sentir dolor la primera vez, porque la relación no fue del todo deseada o porque no se le dedicó el tiempo necesario para alcanzar la excitación y facilitar la lubricación. Si no se trata, puede acabar provocando ansiedad, inseguridad, frustración y problemas personales y de pareja, porque afecta tanto a la satisfacción sexual como al bienestar psicológico.
El primer paso siempre es consultar con un/a ginecólogo/a especialista en disfunciones sexuales y ser sincera. Si tienes pareja, es importante hablar abiertamente de este problema y no sentirse culpable. Si tienes que hacer terapia o ejercicios, es importante que esté informada y que acuda, si es necesario, a las visitas para que sepa cómo debe actuar y ayudar. En general, además de una primera exploración física y repasar síntomas e historial clínico completo, el médico puede pedirte una ecografía para examinar los órganos internos (puede ser vía abdominal) y descartar posibles malformaciones y enfermedades como endometriosis o la presencia de fibromas o miomas.
Es muy probable que el médico te indique que acudas a un especialista en fisioterapia del suelo pélvico para que te explique dónde se localizan los músculos vaginales y que te ayude a tomar conciencia de cómo se contraen y se relajan. A través de ejercicios específicos, técnicas respiratorias o el uso de dilatadores y masajes vaginales se puede relajar la musculatura de la zona. La respuesta suele ser muy buena.
2. Problemas orgánicos
El dolor durante el coito también puede ser provocado por malformaciones vaginales, enfermedades pélvicas, cicatrices por intervenciones quirúrgicas (por ejemplo: la episiotomía) o vulvodinia, una disfunción de origen nervioso que se caracteriza por dolor crónico en la zona de la vulva, hipersensibilidad y escozor al contacto. Asimismo, una inflamación del intestino (por colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn), un estreñimiento muy intenso u otras enfermedades intestinales (infecciones, gases, etc.) también pueden hacer que la penetración resulte dolorosa. Tu ginecólogo/a debe estar informado y derivarte al especialista que considere más adecuado.
3. Endometriosis
Si el dolor se nota en una zona más profunda, puede ser un síntoma de endometriosis, quistes o problemas en el útero. La endometriosis se produce cuando el tejido endometrial fuera del útero y se extiende a otras áreas ginecológicas u orgánicas. A menudo provoca dolor en la zona de la pelvis, el fondo de la vagina y el recto. Es importante acudir a un centro que cuente con especialistas en esta enfermedad, para que puedan abordarla de una forma integral, ya que también puede comprometer la fertilidad. El tratamiento puede ser farmacológico o quirúrgico, hay que valorar cada caso y su evolución, ya que esta enfermedad requiere seguimiento.
4. Sequedad vaginal
Es frecuente en la menopausia y el posparto, y también puede provocarla, en algunos casos, la toma de anticonceptivos hormonales. En general, en el caso del posparto es fundamental respetar el tiempo indicado para reanudar las relaciones sexuales y evitar la penetración al principio, especialmente si se ha producido alguna herida – episiotomía – o desgarro. Con el tiempo, las cicatrices se cierran y la zona del periné recupera la elasticidad. Date un tiempo. Para la menopausia, se puede usar un lubricante y, si es necesario, el médico puede indicar la aplicación de un tratamiento hormonal, por vía oral o local (crema u óvulos). Si se debe a otras causas, es importante detectarlas y nunca forzar la penetración si no hay una buena lubricación y deseo. Si el anticonceptivo hormonal reduce el deseo y la lubricación hay que buscar una alternativa mejor. En nuestro centro contamos con una Unidad especializada en Ginecología regenerativa y funcional en la que puedes consultar qué tratamientos existen para solucionar este problema.
5. Infecciones
Pueden ser de origen bacteriano o vírico: vaginitis, cistitis… Algunas, como el herpes, afectan a la vulva y provocan dolor. También pueden ir acompañadas de un flujo de color u olor diferente a lo normal. El tratamiento debe indicarlo tu ginecólogo/a, tras realizar una exploración y las pruebas que considere necesarias para determinar la causa.
6. Origen psicológico
Si el problema no tiene una causa física, entonces habrá que realizar una terapia con un especialista en sexualidad. Aunque te parezca complejo, se pueden conseguir buenos resultados de forma relativamente rápida y notar cambios positivos con solo unas sesiones. También es importante dedicar tiempo a mejorar el autoconocimiento del propio cuerpo y a disfrutar de la sexualidad y del contacto con la pareja sin centrarse en la penetración. En nuestro centro contamos con una Unidad específica para tratar estos problemas.
En resumen: sentir dolor durante el coito NO ES NORMAL. Debes informar siempre a tu ginecóloga/o para que haga un diagnóstico y te indique qué pasos hay que seguir para tratar este problema y solucionarlo lo antes posible, ya que además de afectar a tus relaciones sexuales y de pareja, puede ser un síntoma de otros problemas de salud.
No sabía que existían tantas causas, personalmente solía pensar que esto se atribuía normalmente al vaginismo. Yo lo padecí, pero con ayuda de un médico y de los dilatadores conseguí solucionarlo. Un articulo muy interesante y que ayuda a estar informadas.
Superar cada una de esas barreras sexuales, que en realidad tiene remedio con la ayuda adecuada, debe partir de la propia mujer que desee tener una vida sexual sana y completa.
Sé que es fácil decirlo, pero en realidad, la fuerza de voluntad para someterse a las indicaciones médicas o de psicólogos, es necesaria.
Excelente artículo.
Carla Mila
Los dolores en las relaciones sexuales es una causa bastante comun en las parejas ya que en ciertos casos las mujeres sufren de vaginismo lo cual les causa un dolor que no les permite disfrutar en ningun momento y esto se debe a o bien un trauma en el pasado u otra razon. n todo caso debemos consultarlo con nuestro ginecologo de confianza para que nos de una buena solucion.
Hola , alguien que me pueda ayudar
Tengo cuatro meses que tuve a mi bebé y estoy en lactancia y hace un mes que retomé mi vida sexual pero cada que terminamos me duele y arde mi vulva al orinar ,llegue a pensar que era una infracción pero me trate con medicamentos y aún me pasa lo mismo:(
Hola Kary,
Es posible que las molestias estén relacionadas con falta de lubricación y fricción con la relación, algo muy frecuente dando el pecho. Te recomendamos que pruebes de hidratar bien la vulva con aceite de pompeya diariamente por ejemplo, y usar lubricantes durante la relación. Si no mejora, no dudes en venir a consulta para valorarlo.
¡Un saludo!
El problema del vaginismo es que es una situación delicada, ya que normalmente se tiene vergüenza a hablar de ello. Hablo de mi caso, me costo muchísimo contarle a mi pareja que me quería tratar con dilatadores vaginales, por suerte mi ginecólogo me aconsejo muy bien de como hacerlo y hoy en día se podría decir que estoy plenamente curada. Me ha gustado mucho la información que dais. Gracias!