Dexeus Mujer ha reconstruido el clítoris de forma gratuita a 97 mujeres víctimas de la ablación
05/02/2019

6 de febrero 2019

Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina

Ablación Dexeus
  • Esta intervención se realiza a través del Programa de Reconstrucción genital que ofrece la Fundación Dexeus Mujer desde el año 2007
  • El impulsor de este Programa de acción social es el Dr. Pere Barri Soldevila, que fue el primer médico en realizar esta operación en España
  • Un 65% de las mujeres operadas viven en Cataluña, que es la comunidad que concentra un mayor número de residentes
  • El perfil es el de una joven de origen africano, de 27 años, de media, que nació en España o reside aquí desde su infancia o adolescencia

Barcelona, 5 de febrero de 2019 – Con motivo del Día Internacional de Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina (MGF), que se celebra mañana en todo el mundo, la Fundación Dexeus Mujer ha dado a conocer los últimos datos del Programa de reconstrucción genital post-ablación, que ofrece de forma gratuita desde el año 2007. Este programa se dirige a las mujeres inmigrantes que han sufrido una ablación en su país de origen y que residen en España. Desde su puesta en marcha y hasta el año 2019, ha atendido cerca de 150 visitas, y ha practicado la reconstrucción a un total de 97 mujeres.

El Programa de reconstrucción genital forma parte de la labor de asistencia social de la Fundación Dexeus Mujer, y está liderado por el Dr. Pere Barri Soldevila, que fue el primer médico que realizó esta intervención en España. Su puesta en marcha fue una iniciativa pionera en nuestro país, que ha contribuido a dar visibilidad a este problema y a ayudar a muchas mujeres.

La intervención dura unos 45 minutos y su objetivo es restituir anatómicamente el clítoris y otros órganos afectados, así como recuperar su aspecto y capacidad sensitiva, algo que se consigue en más del 75% de los casos. La reconstrucción supone un gran paso para que estas mujeres se sientan mejor con su propio cuerpo, pero hasta el momento se ha vivido también como un tabú, ya que es un ritual que forma parte de la tradición. Además, la mayoría admiten que ha sido un proceso muy traumático. Por eso es fundamental realizar un acompañamiento psicológico. “En nuestro centro les ofrecemos una visita de apoyo psicológico antes y después de la intervención” explica el Dr. Pere Barri Soldevila, “Además, muchas de ellas son muy jóvenes, la media de edad es de 27 años”, añade el Dr. Barri.

Según los datos recogidos en el Mapa de la Mutilación Genital Femenina, elaborado por la Fundación Wassu-UAB, en España hay cerca de 70.000 mujeres procedentes de países donde se practica la mutilación genital femenina (representan un 2% sobre el total de la población de origen extranjero). De ellas, un 25% son menores de 14 años, y casi una tercera parte de las que están empadronadas en España residen en Cataluña que es la comunidad autónoma que concentra un mayor número de residentes, seguida por la Comunidad de Madrid, Andalucía, Comunidad Valenciana, País Vasco, Canarias, Aragón, Baleares y Murcia.

De las 97 que han sido intervenidas en nuestro centro, 64 residen en Cataluña y la mayoría proceden de Barcelona y provincia y de la ciudad de Girona y provincia. Por países, un 25% han nacido en España, un 22% son originarias del Senegal, un 11% de Mali y un 10% de Gambia. El resto proceden mayoritariamente de otros países africanos, como Costa de Marfil, Guinea-Bissau, Nigeria, Burkina Faso, Etiopía, Egipto, Ghana y Kenia.

 

Datos relevantes

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que actualmente existen en el mundo más de 200 millones de mujeres y niñas que han sido objeto de la MGF en los 30 países de África, Oriente Medio y Asia donde se concentra esta práctica, que se considera una violación de los derechos humanos.

La OMS indica que la MGF puede provocar dolor intenso, fiebre, inflamación de los tejidos genitales, hemorragias graves, problemas urinarios, infecciones como el tétanos, problemas menstruales, problemas vaginales y problemas sexuales, además de trastornos psicológicos. A largo plazo, también puede causar problemas de fertilidad, complicaciones durante el parto e incluso la muerte del bebé.