Introducción

La inseminación conyugal es una técnica de reproducción asistida (TRA) cuyo objetivo es facilitar el encuentro entre los espermatozoides y el ovocito (óvulo). Normalmente, los espermatozoides, una vez depositados en la vagina en la relación sexual, tienen que atravesar todo el aparato genital femenino para alcanzar as trompas y llegar hasta el ovocito. Con la inseminación artificial se depositan directamente en el interior del útero o matriz (inseminación intrauterina); es decir, más cerca de las trompas con lo que se reduce su recorrido hasta el lugar de la fecundación.

Inseminación

Este tipo de inseminación está indicada en:

  • Alteraciones de la calidad y/o cantidad de los espermatozoides.
  • Alteraciones en el cuello del útero que impiden el paso de los spermatozoides desde a la vagina hacia el interior del aparato genital.
  • Aquellas situaciones en las que no se encuentra una causa que justifique la esterilidad de la pareja (esterilidad de origen desconocido).

En todos los casos se indica un tratamiento estimulador de la ovulación con el fin de asegurar que la ovulación se produce correctamente. Este tratamiento conlleva ciertos riesgos (ver complicaciones) pero las posibilidades de conseguir el éxito son mayores.

El porcentaje de embarazo con Inseminación artificial conyugal se sitúa alrededor del 15% por ciclo de tratamiento.

Factores como son la edad de la mujer y la posible existencia de otras causas que afecten su fertilidad influyen en el resultado final por lo que, con frecuencia, es necesario realizar más de un ciclo para conseguir el embarazo.

Generalmente se recomiendan hasta 3-4 ciclos de inseminación. Cuando un ciclo no tiene éxito es importante revisarlo y realizar los cambios necesarios (variar la dosis, controles más estrictos...). Si aún así no se logra el embarazo debe considerase la posible existencia de otras anomalías y/o la conveniencia de recurrir a otras técnicas de reproducción asistida. (TRA).

Requisitos previos necesarios para realizar la inseminación

  • Exploración ginecológica completa.
  • Estudio complementario para descartar cualquier patología asociada que dificulte o impida el embarazo.

¿En qué consiste la inseminación?

La inseminación artificial intrauterina es una técnica sencilla, rápida (dura escasos minutos) y prácticamente indolora. Se realiza en la misma consulta y no son necesarios ni el ingreso en clínica ni la anestesia.

Una única inseminación por el ciclo es suficiente si se realiza en el momento adecuado; es decir, en el momento de la ovulación. Para ello es imprescindible proceder a una serie de controles de ovulación con ecografía y análisis de orina o sangre que permiten determinar el día de la ovulación con la máxima exactitud.

Muestra de semen

El día de la inseminación se recoge la muestra de semen las normas para la recogida de la muestra son las siguientes:

  • Abstinencia sexual de 3-5 días anteriores a la recogida de la muestra.
  • El semen debe de obtenerse por masturbación, y se debe entregar en un recipiente estéril de boca ancha (como los de análisis de orina) que previamente se le habrá entregado o que puede adquirir en una farmacia.
  • Es importante recoger todo el eyaculado sin que se pierda parte del semen.
  • La muestra de semen puede recogerse en del mismo centro ya que se dispone de salas de obtención específicamente habilitadas para ello. En caso de recoger la muestra fuera del centro, es importante entregarla en el Laboratorio de Andrología en un plazo máximo de una hora.
  • En el momento de la entrega de la muestra se debe notificar cualquier medicación que se esté tomando o si ha padecido algún proceso febril.

Una vez en el laboratorio, la muestra se procesa mediante gradientes de densidad que permiten seleccionar los espermatozoides de mejor movilidad. Esta suspensión final de espermatozoides (0.2ml) es la que se utilizará para la inseminación depositándola en el interior del útero de la mujer.

Cuando por razones excepcionales se prevea que el varón no podrá obtener la muestra de semen el día de la inseminación, es aconsejable comentarlo con el ginecólogo para valorar la posibilidad de congelar una muestra de semen previamente al ciclo de Inseminación.

El proceso de congelación y descongelación puede afectar la viabilidad de algunos espermatozoides, por lo que no es aconsejable la criopreservación de muestras de semen que presenten una oligoastenozoospermia severa. La congelación debe realizarse como mínimo de 3 a 5 días antes de la inseminación, previa profilaxis antibiótica para evitar una posible contaminación de la muestra.

Fecundación e implantación

Después de la inseminación

Después de la inseminación la mujer permanece en reposo durante 10-15 minutos. Ese día se recomienda una vida tranquila sin baños de inmersión ni relaciones sexuales. Al día siguiente puede reiniciar su vida normal evitando grandes esfuerzos.

En ocasiones, en los días posteriores a la inseminación, se presenta alguna pequeña pérdida de sangre o algún ligero dolor abdominal que no tienen ninguna importancia siempre que sean de carácter leve.


Control de la ovulación

Todas las pacientes son tratadas con hormonas para estimular la ovulación. Estas hormonas se administran generalmente vía subcutánea iniciándose el tratamiento en los primeros días del ciclo. Las dosis pueden variar de una paciente a la otra y de un ciclo a otro. El tratamiento se mantiene hasta conseguir la correcta maduración de uno o varios óvulos. Es importantísimo un adecuado control de esta ovulación para prevenir y evitar riesgos excesivos y para establecer con la mayor exactitud el día de la ovulación.

La ovulación se controla con las siguientes pruebas:

  • Ecografía vaginal:
    Sirve para observar los ovarios y comprobar el tamaño y ritmo de crecimiento del folículo que hay en uno de ellos (dentro del folículo está el óvulo). El folículo aumenta de tamaño a medida que va madurando. Se considera maduro o preparado para ovular cuando su diámetro alcanza los 18 milímetros como mínimo.
  • Análisis de sangre:
    Sirve para conocer el nivel de estrógenos (estradiol), hormona femenina que se produce en los ovarios y que aumenta a medida que el óvulo madura en el interior del folículo. Puede ser útil para valorar la respuesta cuando se realiza un tratamiento de estimulación de la ovulación.

Ovulación

El primer control se lleva a cabo entre 4 y 6 días después de iniciar el tratamiento de estimulación, generalmente en el 8º día del ciclo. En función de la respuesta que se observa en los ovarios, se fijan la fecha del siguiente control y la dosis necesaria. Una vez conseguido que el folículo o los folículos estén maduros, se administra una dosis fija de 5000 UI de hormona gonadotropina coriónica y se realiza la inseminación entre 36 y 42 horas después.

Suelen practicarse una media de 3 a 4 controles por ciclo. Entre el primer control y el día de la inseminación suelen transcurrir aproximadamente de 4 a 8 días.

Complicaciones


La inseminación artificial es una técnica que no está exenta de riesgos aunque todos ellos son generalmente controlables. La infección y las reacciones alérgicas a los componentes del semen son complicaciones excepcionales.


En este tipo de inseminación existen un riesgo de aborto espontáneo del 15% y un riesgo de embarazo extrauterino o ectópico (el embrión se implanta fuera del útero) del 1%.

En relación a los tratamientos estimuladores de la ovulación no hay evidencia científica de posibles efectos secundarios a largo plazo en la salud de la mujer. Sin embargo, existen dos riesgos importantes a corto plazo: el más frecuente es el embarazo múltiple (15-20%); el menos frecuente es el exceso de estimulación o hiperestimulación ovárica (1%). El número y tamaño de los folículos y el nivel del estradiol realizados durante los controles de ovulación permiten reconocer aquellos ciclos que tienen un mayor riesgo de hiperestimulación y de embarazo múltiple y que, valorando individual mente cada caso, puede ser conveniente cancelar.

Una vez conseguido el embarazo, los posibles riesgos para la madre o para el feto son los mismos que acontecen en un embarazo ocurrido de forma espontánea, a excepción de las complicaciones derivadas de un eventual embarazo múltiple, como son la prematuridad o el bajo peso al nacer.